Opinión

Hablemos hoy de: Solo Tú

A través de la historia el ser humano ha ido por la vida culpando a los demás por sus problemas y fracasos.
martes, 28 abril 2020

Como seres humanos estamos permanentemente expuestos a equivocarnos, podemos cometer errores, deformamos la realidad, y nos contradecimos. Sin embargo, esto no se tiene que convertir en una tragedia ya que por nuestra misma naturaleza y forma de ser, podemos fallar o equivocarnos. Lo negativo de estas situaciones, es cuando las hacemos costumbre y no tomamos las medidas correctivas necesarias para superarlas.

A través de la historia el ser humano ha ido por la vida culpando a los demás por sus problemas y fracasos como una forma muy fácil de no asumir su propia responsabilidad. (El no hacerlo nos puede llevar a perder el control de nuestro propio rumbo). Debemos asumir el control de las situaciones más allá de lo que suceda sin tomar en cuenta cómo reaccionamos, esto nos permitirá establecer una mejor conexión con nosotros mismos, para desarrollar el autocontrol necesario que nos lleve a cambiar las cosas que nos afectan en nuestra vida. No olvidemos que culpar a otros de nuestros errores no es más que un signo de debilidad.

A muchas personas no les gusta hacer nada por sí mismas, por eso les encanta jugar a sentirse víctimas para justificar todo lo que les suceda y así, poder culpar a los demás y a las circunstancias de sus fracasos. Esto hace que sientan la sensación que sus problemas se han resuelto, pero no se dan cuenta que es importante conocer el por qué, cuándo, dónde y el cómo de estas situaciones, para encontrarles solución y poder mantener el control de sus vidas.

Un ejemplo sería, cuando una persona habla mal de otra, su interlocutor puede pensar de manera negativa, ya que puede inferir que está actuando de forma irresponsable o tal vez está describiendo sus propias carencias. Todo esto nos debe hacer reflexionar, y nos debe llevar a pensar que si andamos por la vida sin culpas, ya que los culpables siempre son los demás, entonces qué papel jugamos en este mundo?, mi existencia tendrá razón de ser?, quién soy realmente?, existo? Si aceptamos quienes somos, podemos aceptar nuestra responsabilidad en los fracasos o errores que cometamos, y así, pisaremos un suelo sólido que nos permita hacernos responsables de nuestros fracasos y éxitos.

Para muchas personas es difícil reconocer sus errores, pero se les hace muy fácil verlos en los demás. Te invito a que hagas la prueba del espejo y te critiques como lo haces con otros. Estoy casi seguro que no serías sincero del todo. Debemos vernos reflejados en nuestros semejantes, así nos veremos a nosotros de manera diferente y tal vez aprendamos a valorarnos un poco más, y a descubrir quienes somos realmente. Esto nos ayudaría a entender muchas cosas y a ser mejores seres humanos. Celebrar el éxito de otros es liberarnos de una enfermedad. Además es justo.

Epictetus decía que “La esencia de la filosofía es que un hombre debe vivir, de manera que su felicidad dependa lo menos posible de las cosas externas”.
Cada uno de los seres humanos debemos procurar nuestra vida en la forma y manera que cada quien lo desee, utilizando la inmensa capacidad de la cual fuimos provistos al nacer. Decidamos ser protagonistas, no perdamos más el tiempo culpando a los demás, esto nos dará la energía suficiente para diseñar el camino que queremos recorrer.

Tristemente las cosas buenas no llegan a quienes son buenos…llegan a los que están listos para recibirlas. Si eres proactivo, te gusta estudiar, sueñas, te preparas y visualizas las cosas, entonces estás preparado para recibir todo lo que el universo tiene para ti.

Nunca olvides que el dueño y señor de tu vida eres tú mismo. Por eso, no pierdas más tiempo y comienza a ver la vida con pasión, y escoge los colores que quieras como el arquitecto de tus pasos, sueña con la música que te guíe por las notas del amor y del éxito, cocina tu futuro con una receta rica en valores y condiméntala con especias de respeto, admiración, inspiración, reconocimiento, sentido de propiedad, envuélvelas en papel de seda adornado con el más grande sentimiento de humanidad y verás que el universo te dará todo lo que te mereces por estar en el maravilloso plano llamado vida. Eres tú quien decides.

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