Hablemos hoy de: Ser asertivo
La asertividad, una forma positiva de ver y ser, ante las circunstancias de la vida.
Se define como una habilidad social, que facilita el proceso de comunicación entre las personas, permitiendo el establecimiento de un equilibrio entre los sentimientos y las opiniones, bien sean positivas o negativas. La persona manifiesta con firmeza su posición, sin ofender a los demás, pero manteniendo sus valores y principios.
El manejo de las emociones está muy relacionado con la asertividad. De igual forma incide en su práctica el nivel de autoestima que tenga la persona, la confianza en sí mismo, y la capacidad para confiar en sus capacidades personales. Lo mejor de todo, es que este proceso puede ser aprendido y mejorado de forma continua.
El aprendizaje de este proceso, forma parte de las experiencias y vivencias que día a día sucedan en la vida de un ser humano. Las ayudas bibliográficas pueden abrir una ventana que solo puede ser profundizada de manera vivencial.
Este proceso no va solucionar los problemas o situaciones que se te puedan presentar, es más, puede ser que en algunas oportunidades las compliquen.
Pero he ahí lo interesante de esto, en esas circunstancias, es cuando debes hacer gala de tu personalidad y mantenerte firme en la consecución de tus principios, en otras palabras, mantenerte firme ante las afirmaciones que haces sin permitir que te dobleguen sin que la razón actúe.
No olvides nunca que existen personas a las que no les gusta la verdad, ni que les lleven la contraria. Ante ellas, practica siempre la asertividad.
Al hacerlo, encontrarás satisfacción, seguridad, originalidad, será reconfortante y te sentirás feliz por expresarte de manera libre y segura.
Utiliza la asertividad de manera correcta y frecuente, mantén tu posición de forma segura y firme, con un grado de calma que demuestre seguridad en tu palabra, y que impacte en tus interlocutores.
Cuando utilices la asertividad para expresarte, adelántate en el proceso comunicacional hablando de los escenarios que sucederán, si las cosas no cambian, esto te dará un grado de flexibilidad a la hora de manifestar tu opinión o propuesta.
Por lo tanto, cuando te expreses evita emitir juicios y debes ser específico en tu interlocución. De igual forma, expresa tus sentimientos, alegría, satisfacción, descontento, u otros, manteniendo cierta calma y mostrando seguridad en todo momento.
Posterior a esto, has una descripción de los escenarios que se pueden suceder de continuar con las mismas conductas observadas hasta el momento, así mismo puedes mostrar la otra cara al cambiar, la, o las formas en que se están haciendo las cosas.
Y lo más importante, muestra y explica con claridad los escenarios que se quieren cambiar y las conductas que deben ser sustituidas por otras con una carga importante de asertividad, para que tanto los comportamientos de unos y otros, puedan cambiar a lo positivo, y mostrarse de manera clara las soluciones.
Muchos nos preguntaremos, y ¿cómo puedo ser asertivo?, no es complicado, solo debemos tomar la decisión de serlo y actuar con firmeza.
Podemos comenzar atreviéndonos a contradecir cosas pequeñas, esto es atreverse a manifestar oposición con las cosas que no estoy de acuerdo, o que simplemente no debo aceptar.
Uno de los mejores amigos de la asertividad es saber decir NO. Hay que utilizarlo de manera frecuente cuando las situaciones lo ameriten, y sin sentir pena ni remordimiento por su uso.
Es mejor un no sincero, que un sí falso. A la hora de decir las cosas, debes hacerlo de manera directa y sin rodeos, esto evitará que tengas que adornar justificaciones de lo que estás expresando.
Cuando solicites algo o rechaces un hecho, hazlo de manera personal, exprésate dirigiéndote con seguridad de ti mismo sin mencionar a la otra parte. Si tus peticiones son totalmente justas y razonables, no debes utilizar la disculpa por la necesidad o el deseo que estás expresando.
Claro, siempre y cuando lo que estés pidiendo, esté dentro de lo justo y en el marco de la razón. Debes utilizar el proceso comunicativo haciendo gala de dotes de orador.
En todo momento debes mostrar seguridad en lo que expresas, tu lenguaje corporal debe ser consciente, el tono de la voz modulado de acuerdo al momento, colocarse de pie o sentarse de acuerdo a la dinámica de la intervención, y mirar a las personas a los ojos te garantiza atención de la audiencia, y evita las distracciones.
La seguridad que demuestres hará que no sea necesario entrar en tantas explicaciones. También es importante que seas persistente, pero que a la vez manejes la calma con pausas que te permitan mantener el control de la situación.
Cuando soy asertivo, expreso de manera sincera mis deseos, necesidades, capacidades, y el respeto que como persona me tengo, al manejar mis valores y principios, en favor de un proceso de comunicación justo y positivo.
Así, nuestras peticiones y solicitudes serán escuchadas y atendidas de mejor manera, y nos servirá para encontrar el éxito a la hora de pedir que sea respetado y tomado en cuenta, nuestro punto de vista y nuestra posición ante cualquier evento o posición personal o grupal en un tema específico.
Con asertividad seremos libres de opinar, expresar lo negativo y lo positivo, saber el por qué de las cosas, iniciar o poner fin a una intervención, y manifestar con libertad sentimientos y puntos de vista desde ambas partes.
Al final, podremos resolver situaciones con facilidad, y establecer un ambiente armónico.
Si los seres humanos entendiéramos de manera objetiva y clara los beneficios que trae consigo el ser asertivo, muchos momentos incomodos y desagradables evitaríamos, pues se logrará establecer una balanza que no se incline, sino al lado de la razón y lo justo.
Siendo asertivo estaremos ganando en felicidad y bienestar personal, y nos permitirá vivir mejor en comunidad.
Es tan sencillo. Promueve lo bonito y positivo, y no pierdas el tiempo criticando lo que no te gusta.
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