Hablemos hoy de: Recordar

Recordar es el acto de traer al presente un evento ocurrido en nuestra vida, permitiendo que se abra el corazón para que este llegue a nuestra mente. Porque lo que permanece en el recuerdo nunca muere.

Si el ser humano no tuviese la virtud de recordar, simplemente la vida sería como un vacío o una laguna sin fondo en la que no existiría ninguna relación entre los eventos y no habría conexión con el futuro. Es importante reconocer que no debemos anclar la vida al presente sin pensar en el futuro, ni establecer conexión con el pasado, pues este es, el mejor aliado que tendremos en este tiempo, ya que lo que permanece en el recuerdo nunca muere. Es así, como siempre recordamos algo o alguien importante que pasó por nuestra vida.

Es muy común escuchar a las personas, o en un programa de radio decir que recordar es vivir. Y, ciertamente en muchos casos los recuerdos nos alegran la vida, pero en otros nos oscurecen el día, por lo que es mejor gozar la oportunidad de no recordar. Lo importante es que tenemos la capacidad para pasar la página y estacionarnos en lo bueno y lo bonito que nos trae alegría. Esto demuestra que aún tenemos la memoria fresca (debemos aprovecharla antes que el tiempo comience a pasar la factura del olvido, aunque la buena memoria también nos ayuda a saber de qué nos debemos olvidar) y que podemos traer al presente tantos momentos maravillosos que verdaderamente nos permiten vivir de nuevo.

Uno de los aspectos más hermosos de recordar es que podemos vivir más de dos veces, pues cada vez que reavivamos esos momentos nos trasladamos al tiempo, espacio y evento con tal naturalidad que la mente se ubica en cada uno de los aspectos del recuerdo y así lo volvemos a vivir una vez más. Por tanto podemos decir que recordar es volver a vivir, viviendo el hoy y poder pensar en el mañana.

Construir un pasado perfecto es casi imposible, pues como seres humanos no estamos exentos de cometer errores y dejar huellas negativas que puedan marcarnos para siempre. Sin embargo, debemos andar por la vida con la mayor consciencia, amando a nuestra familia, honrando a los padres, valorando a los amigos, haciendo las cosas de la mejor manera, siendo una persona responsable, justa, honesta, solidaria, que sepa ubicarse en la posición de otros cuando la nuestra es mejor, siendo buenos hijos de Dios, cultivando nuestra mente y nuestra vida para evolucionar de manera positiva, siendo trabadores comprometidos con la gestión que debemos desarrollar, buenos ciudadanos, buenas personas, y en general, llevar una vida acorde con las normas naturales del universo para de esta forma dejar buenos recuerdos y una huella positiva que permita, que en un futuro podamos ser recordados de buena manera por las personas que tuvieron relación con nuestra vida. Pues es difícil olvidar a alguien que nos dio los suficientes motivos para recordarlo.

Es muy importante tomar en cuenta que la vida pasa, y cuando los recuerdos comienzan a desaparecer, simplemente significa que la consciencia no existe. Esto supone que el olvido es peor que estar ausente, pues el olvido puede ser permanente, mientras la ausencia supone que alguien existe y vive. El olvido nos aleja de todo lo que hayamos podido vivir. Y como dicen que recordar es vivir, también es importante estar claros en que el pasado no tiene futuro, por eso no debemos quedarnos en los recuerdos y evolucionar hacia el futuro, viviendo el presente.

La palabra recordar nos remite al hecho que la memoria tiene que ver con el corazón. Que al recordar estamos extrayendo del corazón los bonitos sentimientos, recuerdos, pensamientos, nostalgias, sensaciones, anécdotas, vivencias, experiencias, personas y hechos que traemos al presente.

Importante mencionar que el recuerdo tiene que ver con la memoria ya que nos traslada hacia lo que sucedió, y nos permite almacenar información para conservarla y posteriormente traerla de nuevo al presente cuando sea necesario. Es así como gracias a la memoria podemos recordar toda la información que acumulamos a través de nuestra vida.

Pero más allá de todo esto y de la importancia que tiene la palabra recordar, es lo relevante y el valor que realmente debemos darle a dejar huellas positivas en nuestra vida. Que estemos claros de quien somos realmente, que podamos ser recordados como personas que vivimos para el bien común, que sabíamos compartir, que nos gustaba respetar para ser respetados, que creíamos en las personas, que siempre pensamos en que si puede haber un mundo mejor y que cada uno de nosotros debemos aportar para que eso se haga realidad. En definitiva, que nuestra vida vale la pena.

Entonces honremos y recordemos con afecto y respeto a tantas personas que han tenido que ver en nuestro desarrollo. Demostremos que supimos aprovechar sus enseñanzas. Valoremos cada momento que nos han permitido obtener logros significativos. Seamos agradecidos con las oportunidades que la vida nos ha brindado. Demostremos que ha valido la pena.

Finalmente, hay que vivir el presente, apoyándonos en el pasado para forjar un futuro prometedor. No olvidemos recordar que vinimos al mundo a vivir nuestras propias experiencias y ser felices. Eso sí, sin quedarnos en el recuerdo ya que podemos perder tiempo de nuestro presente.
Que bonito es recordar y ser recordado.

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