Hablemos hoy de: Quererse a sí mismo

Un tema tabú para muchos, principalmente para los que piensan y hasta llegan a establecer una escala para querer. Primero quiero a mis hijos, segundo a mi esposa (o), tercero a mi madre, padre, cuarto a mis hermanos, y después a la familia entera, y al final, me quiero a mi misma (o).

Esto quiere decir que si sobra algo de afecto, ese es para mí. Se llega incluso a establecer un valor al sacrificio por los demás, en nombre de un supuesto amor. Lo peor es que se llega a tolerar situaciones insostenibles, y a soportar maltratos, simplemente porque es una muestra del amor que siento hacia ellos.

Desde todo punto de vista esto es un grave error. Es estar sometido a un sentimiento falso, que no beneficia a nadie, porque el daño que genera es muy grande y envuelve a quien lo practica, como a quien lo recibe. Crea una dependencia y un vicio hacia alguien que se acostumbra al sí mi amor, y no se le enseña el valor tan grande que tiene un no, el cual nos enseña que hay oportunidades en las que se puede, pero hay otras en las que simplemente, no se puede.

Esto al final, beneficia a ambas partes, ya que uno le da el verdadero valor al amor, y el otro recibe la esencia de un sentimiento puro y bien aplicado. Y al final, se evita sufrir en silencio.

No es igual ser querido, que merecer el amor y respeto verdadero de otra persona.

La mejor y más grande forma de amar a otras personas, es comenzar por amarse, quererse, respetarse, admirarse, sentir afecto, admiración y mucho valor hacia uno mismo. No puedo dar a otros lo que no está dentro de mí, lo que es carencia en mi vida, la ausencia de valores en sus diferentes contextos: espiritual, afectivo, romántico, social, humano, otros.

Es muy importante mostrarse como se es naturalmente, transmitiendo de manera sencilla lo que somos, nuestros valores, demostrando el nivel de honestidad y compromiso con nosotros, los demás y la vida en general.

Aunado a esto, está el atender nuestras necesidades y aceptarnos tal cual como la vida nos hizo, con nuestros valores y defectos, pero con la capacidad para aceptar nuestros errores y actuar en consecuencia a la hora de reflexionar y corregir los mismos. Es mostrarnos respeto, y darnos el valor que como seres humanos merecemos.

El querernos a nosotros mismos implica tener un buen nivel de autoestima, sin exigirnos más de lo que podemos dar en ocasiones, ni exagerar en situaciones, principalmente motivadas por el aspecto social. No olvidemos que importante es estar seguros de lo que somos, estando conectados con nuestro consciente, para lograr mejores relaciones con otros, y no ser, lo que los demás quieren que seamos.

Amarse a uno mismo implica descubrir el gran potencial que llevamos dentro, entender que somos seres únicos, que tenemos realidades propias, que debemos respetarnos tal cual como somos, que somos un ser maravilloso, que no debemos criticarnos, juzgarnos o compararnos, que somos dueños de infinitas capacidades, que debemos ser honestos y tener compromiso en la vida, amar nuestra realidad por muy dura que sea, que como los demás también tenemos necesidades, que no somos ni más ni menos que nadie, que no debemos exigirnos sin necesidad, que tenemos sentimientos hermosos que podemos compartir, y que somos del tamaño del compromiso que la vida nos coloque por delante.

Al llegar a entender todo esto, generaremos bienestar hacia dentro y hacia fuera, y tendremos la capacidad de establecer relaciones sanas con otras personas que también entendieron e internalizaron, significativos niveles de auto comprensión hacia sí mismos.

Dentro del proceso de establecer un nivel importante de aceptación y afecto hacia nosotros mismos, es relevante perder el miedo y las ataduras que nos anclan muchas veces a modelos mentales que no nos benefician para nada, y que debemos superar, así mismo hay que perder el miedo a fracasar y así desarrollaremos habilidades y capacidades ocultas que nos sorprenderán, expandamos nuestra mentalidad y dejemos en el camino cargas que solo nos causan retraso en nuestro desarrollo, dejemos para los carnavales los antifaces sociales y hagamos como dice Morgan Freman, “no esperes caerle bien a todo el mundo, recuerda que no todos tienen buenos gustos”, debemos reconocer nuestros límites esto permitirá ver que no somos perfectos y nos podremos dar cuenta que en la vida hay cosas que nos pueden hacer felices, y que podemos ahondar en ellas, por lo tanto debemos dejar de quejarnos y buscar el equilibrio en lo que hagamos.

No olvidemos que cada día es una oportunidad, así que dejemos aflorar nuestro potencial y así fluirán nuestro ingenio y creatividad llevándonos a desarrollar un gran potencial, para asumir los riesgos que nos lleven a cambiar el color de nuestra vida, elevando el nivel de autoestima y amor propio.

Amarse a sí mismo significa que tenemos un perfil sicológico positivo, que practicamos el autorrespeto, que sabemos escucharnos, que nos podemos reír de nosotros mismos, que conocemos nuestros límites, que tenemos virtudes y debilidades, que nos podemos abrir y atrevernos ante la vida, que somos capaces de hacernos responsables de nuestros actos, que nuestras creencias nos pueden llevar al éxito o al fracaso, que al conocernos nos podemos atrever y hacernos presentes, y que a través del respeto, la comprensión y la paciencia, podemos llegar a establecer una relación armónica con nosotros mismos y con nuestro entorno.

Amándome a mí, te amo a ti y soy capaz de amar sin límites al universo que me da la vida y me sostiene en armonía, en un mundo maravilloso que acepto como regalo de Dios.

Se quien soy, y por eso me amo, amo a mi entorno, al mundo y amo la vida.

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