Hablemos hoy de: Porqué y para qué?

No podemos ser sensibles a las necesidades de los demás y de nuestro entorno, ignorando nuestras propias necesidades.
Para ir bien por la vida debo dejar de lado una serie de elementos, el egoísmo, la rutina, la comodidad cuando esta involucra a otras personas, la pereza que reduce mi energía y no permite que me accione. Mi visión de vida debe ser más amplia y mi corazón estar abierto para dar y recibir a todo el que en nombre de Dios y con las mejores intenciones necesite de mi apoyo y ayuda. Vencer los temores no es fácil, pero tampoco imposible, solo debo tomar decisiones conscientes y continuar en el camino sin confusiones y con la mente bien clara en lo que quiero para mí y en el cómo, a través de las bendiciones que recibo puedo ayudar a los demás.

Muchas veces sin darnos cuenta convertimos nuestra vida en un campo de batalla. Vivimos permanentemente dudando y buscando escusas para no creer en nada y en nadie, llegando incluso, a dejar de creer en nosotros mismos. Todo esto está relacionado casi siempre a crisis emocionales que atravesamos por diversas causas. Una vez que superamos estas crisis, buscamos encontrar sentido a lo que nos ha pasado, estableciendo una relación con la forma como tenemos estructurada nuestra vida. Es así como muchas veces nos hacemos una pregunta a la que casi nunca le encontramos respuesta, por qué a mí?

Robin Norwood en su libro Por qué a mí, por qué esto, por qué ahora, dice lo siguiente:
“…Es importante comprender el principio esotérico del sacrificio, que tal vez hasta el momento hayas expresado inconscientemente en alguna dimensión importante de tu vida. El principio del sacrificio opera cada vez que nuestros sufrimientos sirven para que otros aprendan algo mejor. Pero el don no está en el sufrimiento sino en la curación.
Qué requiere esta curación de nosotros?. Ante todo, la disposición de abrirnos a una visión de la realidad que incluye verdades subjetivas, aún imposibles de probar científicamente, verdades del corazón y del alma.

La curación se produce mediante un cambio de conciencia, un cambio de actitud; mediante el perdón a otros y a nosotros mismos, el perdón a la vida y a Dios. La curación se produce cuando dejamos de creer que nuestras condiciones de vida deberían haber sido otras y nos disponemos a aceptar y, con el tiempo apreciar, simplemente, lo que es.”

Esto me hace recordar un episodio de mi vida en la que le comentaba a un amigo mi insatisfacción con el sueldo que percibía por mi trabajo, con la sabiduría que lo caracterizaba, me miró fijo a los ojos y me dijo, con lo que ganas te da para tener una vida tranquila, vivir bien y estar en sintonía con el universo. A Dios gracias así ha sido a pesar de…
Debemos accionar nuestra energía, perder el miedo y trabajar el tiempo con respeto para edificar nuestra vida con bases sustentadas en la razón, con planes bien organizados que nos permitan romper los muros que construimos en la mayoría de los casos sin razón, pues casi siempre es más lo que creemos que sucederá, que lo que realmente sucede. Esto permitirá que encontremos respuestas a muchas interrogantes y nos demos cuenta que el por qué, está sustentado en lo que realmente somos, una energía maravillosa que nos hace merecedores de todo lo que hacemos y construimos, de lo que nos beneficia a nosotros y a otros y de lo que nos permite tener una vida tranquila y estar en armonía con nuestro entorno. Así podemos satisfacer la racionalidad y emotividad que nos apremia en oportunidades y encontrar sentido a lo que hacemos, por qué lo hacemos y para quién lo hacemos.

En el trabajo por ejemplo, cuando relacionamos el por qué y para qué al aspecto económico, hacemos que este se reduzca y se empobrezca, sin restar la importancia que representa para el sustento individual y de nuestras familias. En este aspecto, es muy importante tener claro cuál es el papel que como trabajadores representamos en la cadena productiva de las empresas, para contribuir al logro de los objetivos, metas, alcanzar los resultados satisfactorios esperados, y entender el trabajo desde una perspectiva solidaria al formar parte del ganar-ganar, y su visualización desde lo social.

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