Hablemos hoy de: Nos engañamos constantemente
Los seres humanos creemos que siempre tenemos la razón, y que todo lo que hacemos está bien. Pues nada más falso, porque casi siempre vivimos engañados por casi todo lo que está frente a nosotros.
Somos una sociedad de consumo, y en la mayoría de las oportunidades utilizamos el sentido de la vista para orientarnos. Pero no nos damos cuenta, que casi todo lo que está a nuestro alrededor, está hecho con la intención de enamorarnos para engañarnos, pues lo que estamos viendo, en el fondo y en la realidad, no es ni se acerca a lo que realmente debe ser lo que nos están ofreciendo, vendiendo o informando.
Un ejemplo de esto, es cuando queremos comprar algo que nos han dicho, o hemos visto la publicidad, y que según es un producto excelente. Lamentablemente al comprarlo, nos damos cuenta que fuimos engañados, pues este ni se acerca a lo que nosotros queríamos realmente. Y, si buscamos con detalle, de seguro encontraremos otros de mejor calidad y a menor precio.
Esto sucede con frecuencia, y pareciera que no nos importa, pues normalmente volvemos a caer en la trampa.
De igual forma sucede con las personas que dicen ser excelentes profesionales y que por su calidad se merecen todo, y además, hacen el intento de ser agradables con sus compañeros, pero dentro de sí, existe algo llamado ego, que no los deja ser quienes pudieran ser realmente.
Al creer que se merecen el reconocimiento, su conducta los traiciona, pues creen que si demuestran un comportamiento equilibrado y de igualdad, pueden ser mal vistos y mal conceptuados, por lo tanto se niegan las oportunidades.
Pero, lamentablemente son disonantes, ya que cuando las cosas son conseguidas a través de la gestión de otros, ellos suelen aprovecharse en silencio de estas oportunidades.
Con esta conducta solo demuestran el conflicto interno que padecen, pues luchan contra su conductismo correcto, y el aprovechar las oportunidades que se consiguen a través de otros. En conclusión, viven engañándose a sí mismos.
De una u otra manera todos nos engañamos, y en la mayoría de los casos es como una respuesta de supervivencia, ante situaciones que sobrepasan los niveles de valores que pueda tener el individuo. Es algo así como cuando una persona dice ser muy inteligente, pero lamentablemente su acciones evidencian lo contrario, lo cual no será reconocido, sino justificado casi siempre por factores externos o por culpa de otros.
Pero esto forma parte de la conducta humana, y de la necesidad del individuo por seguir adelante en la vida, sin importar la realidad de las cosas.
Normalmente queremos muchas cosas, y normalmente nos engañamos de cualquier manera. Un ejemplo de esto es cuando nos vemos al espejo y decimos que estamos gordos y debemos rebajar. La conducta subsiguiente, es decir que la semana siguiente comenzaremos una dieta para perder los kilos que tenemos demás, pero ese momento nunca llega, pues siempre seguimos consumiendo lo que no debemos.
Nuestra sociedad ha sido manipulada y engañada a través de la historia, principalmente por los políticos.
Siempre han utilizado la falsedad y la mentira haciendo creer que son la solución a los problemas, y al final se convierten en un problema más, pues nunca se dedican realmente a resolver las crisis en la que están envueltas las sociedades.
Pero como dije anteriormente, pareciera que nos gusta, pues hemos caído en una forma de ciclo, al permitir que las situaciones se repitan con mucha frecuencia. Como lo dijo Goebels, una mentira repetida muchas veces, termina siendo creída como una verdad.
Hoy en día en un mundo en el que la tecnología y las redes sociales se imponen, vivimos sometidos a lo que ellas digan, y en la mayoría de los casos, no existe la autonomía suficiente para darnos cuenta lo que es real o lo que es falso.
Para recuperar la sociedad y formar una nueva generación de seres conscientes e identificados con la ética personal, social, cultural, humana, profesional, debemos apuntar a una realidad que las personas que dirigen al mundo, no quieren que se mencione de manera firme y se concientice al respecto, pues eso generaría sociedades más independientes y cultas que no permitirían ser manipuladas por los políticos de oficio. Estoy hablando de la educación, la clave para sacar al mundo de la oscuridad.
La inserción de los valores morales en la sociedad, permitirá la formación de una generación más clara y autónoma en sus realidades y toma de decisiones, lo que fomentará, el desarrollo de seres humanos con importantes niveles de inteligencia y ética, que con plena consciencia podrán tomar las riendas de los cambios necesarios, para alcanzar un desarrollo integral, justo, humano y de oportunidades en equilibrio, que genere beneficios para todos y que propicie la competencia clara, justa y legal entre los seres humanos.
Debemos formarnos un escudo de valores, y en primer lugar reconocernos y estar claros en quien somos realmente. Un vez que lo logremos, podemos ser capaces de ver nuestras realidades, ser dueños de nuestras decisiones, tener conceptos propios, saber lo que queremos y conocer nuestras limitaciones. Así, seremos dueños de nuestra vida y tendremos la capacidad para ver las amenazas con anterioridad. No será fácil engañarnos.
Y, aunque las cosas no siempre sean lo que parecen, las apariencias de las personas no sean las reales, y algunas cosas estén muy bien disfrazadas, siempre habrá personas con importantes niveles de inteligencia para detectar estas falsedades, y los intrínsecos que se ocultan detrás de ellas.
Empecemos a valorarnos y formemos parte de este selecto grupo.
Es tiempo de pisar firme, y sin engaños, ver hacia el horizonte la realidad de nuestra vida.
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