Hablemos hoy de: No sé Cuándo
No sé en qué parte del camino el ser humano desvió su rumbo de Dios y de la vida, y escogió rutas llenas de piedras y obstáculos que solo lo hacen tropezar con mayor frecuencia que antes, en la historia de la humanidad.
El individuo, como ser social siempre debe ceñirse al cumplimiento de reglas de convivencia que busquen la armonía en sus relaciones, lo conduzcan al progreso generando bienestar personal y contribuyendo al colectivo, y enmarcándose en las normas elementales de respeto y solidaridad con el prójimo, en la búsqueda del equilibrio y la justeza social.
Podemos entender que el comportamiento humano son como acciones que el individuo exhibe, y que a su vez pueden ser determinados por los valores del hombre, la cultura, las emociones, actitudes, el ejercicio de la autoridad, la genética, entre otros.
Entender este comportamiento no es complicado, basta con remitirse a los inicios de la humanidad desde los cuales el ser humano ha demostrado tener la iniciativa suficiente para aprender de su entorno, y así poder resolver sus necesidades. Además, su grado de curiosidad y creatividad son extraordinarios.
El comportamiento del ser humano no es limitante al cumplimiento de normas y leyes, las cuales en su mayoría, son de cumplimiento obligatorio, este va más allá y tiene que ver con su nivel de educación, su cultura, las buenas costumbres, sus valores, su grado de empatía, de solidaridad, y, de su comportamiento en general.
Cuando enfrentamos nuestro día-día, nos damos cuenta de los cambios que como personas hemos sufrido. El comportamiento de muchos es agresivo, nos olvidamos discriminar entre lo bueno y lo malo y actuamos a la defensiva, el pensamiento positivo hacia la sociedad pareciera que está desaparecido, hay una ausencia significativa de valores, todos nos van hacer daño, estamos llenos de miedo, de angustia, vemos a los demás como nuestros enemigos, hay que atacar y aprovecharse de quien sea porque este mundo es de los vivos (triste frase muy utilizada en la actualidad), muchas personas ya no reparan en su aspecto físico, el abuso y la mal llamada viveza del venezolano (cáncer social como lo llamaba Arturo Uslar Pietri) están a la orden del día, pienso en mí y lo demás no me importa, y así sucesivamente vamos por la vida teniendo comportamientos que nos alejan cada día del verdadero sentir del ser humano.
Peor aún es cuando estoy en la posición contraria al individuo común, soy el dueño del negocio. Solemos escuchar frases como: mis precios los coloco yo y punto, todo está súper caro y a mí nadie me rebaja, tengo que pagar al contado y en efectivo, si no le parece el precio cómprelo en otro lugar, todos los días nos suben la mercancía, si le rebajo a usted le tengo que rebajar a todos, más barato imposible, (y al lado cuesta cien o doscientos mil bolívares menos).
Estando en esta posición se pueden hacer muchas cosas buenas, por ejemplo, siendo humano con algunas personas que se nota claramente que tienen necesidad, generoso y amable al tratar bien a sus clientes, practicando la solidaridad, la empatía, es triste ver al rostro a un médico, que con sus lágrimas casi asomándose a sus ojos decirte no lo puedo atender señor si usted no cancela los tantos dólares que cuesta lo que le debemos hacer, entre otros casos. Y en general, la falta de valores que nos permitan establecer relaciones armónicas en una sociedad herida y enferma que clama por un respiro y por una nueva oportunidad para vivir de acuerdo a las leyes de Dios y del hombre.
Como seres humanos tenemos principios morales que nos pueden llevar a tener un comportamiento acorde con las leyes del universo, el respeto, la generosidad, el humanismo, la dignidad, compasión, honestidad, cortesía, voluntad, perdón, caridad, perseverancia, racionalidad, libertad, madurez, independencia, gratitud, educación, paciencia, lealtad, entre otros tantos que seguro con su práctica lograremos generar cambios significativos en la conducta y comportamiento de los seres humanos que nos permitan caminar en una sociedad más consciente de su importante rol en el desarrollo y crecimiento de la humanidad.
Mostrar una buena conducta y un comportamiento acorde con las normas, leyes y principios de la humanidad, no es nada complicado. Solo hay que poner en práctica los valores que todos conocemos.
La cortesía en el comportamiento urbano, respeto por los bienes ajenos, hacer uso de un vocabulario acorde con el lugar donde estemos, evitar manifestaciones ruidosas que alteren la tranquilidad de otras personas, ser caballeroso, no solo con las damas sino en general, respetar a los mayores, sirviendo a otros enaltecemos nuestra personalidad, evitar la arrogancia y manejar el orgullo, siendo conscientes de la importancia del establecimiento de una relación armónica con la naturaleza, practicar la empatía y la tolerancia con dignidad, demostrar niveles significativos de cultura y educación, y en general, demostrando que si podemos ser buenos ciudadanos, buenas personas, hombres y mujeres con dignidad y respetuosos de los demás, y, personas que queremos un mundo mejor en el cual entremos todos como miembros de la raza humana que está disfrutando de la oportunidad de vivir.
Vayamos por la vida haciendo el bien, y nuestro camino siempre estará despejado.
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