Hablemos hoy de: Necesitamos Paz
En un mundo convulsionado y en constante cambio, y en el que la sociedad se ha tornado extrañamente intolerante ante situaciones incluso que no tienen grandes significados, se encienden las alarmas referidas al futuro de la humanidad.
Esto preocupa y ocupa a las personas que apostamos a un mundo en equilibrio, de gente con visión, que practiquen el respeto como valor que permea al resto de valores, en el que podamos ver a los ojos a los demás, donde cada quien pueda ser quien es sin caer en el egocentrismo, en el que el ser brille por su humildad, que podamos manejar las emociones y también logremos ver la realidad de otros y atrevernos a ser solidarios, y en el que por encima de cualquier cosa podamos reconocer que somos hijos de un mismo Dios, que tenemos un solo planeta para todos, y que lo que genera el universo nos abraza sin discriminar.
Y sí, es cierto que en oportunidades sentimos que la cabeza gira y da vueltas sin sentido, y es porque pensamos que algo nos agobia, bien sea la familia, el trabajo, la salud, situaciones económicas u otros que nos llevan a un estado de estrés que afectan la dinámica de la vida.
Claro, no podemos dejar de lado lo que está aconteciendo en el mundo y en nuestro país, y que estas situaciones no son ajenas a nosotros, pues formamos parte del sistema y todo nos afecta de manera directa o indirecta.
Hay algo que debemos tener presente y que tenemos que aprender a manejar con mucha inteligencia, y esto es que en oportunidades las situaciones que nos agobian no dependen de nosotros y que estamos muy lejos de tener alguna solución para ellas, por tanto no podemos permitir que nos agobien y nos saquen de nuestro centro de equilibrio, permitiendo que el tiempo fluya de manera natural pues todo vuelve a su cauce.
El caos en el que estamos viviendo está causando estragos en la salud física y mental del ser humano, y debemos ser muy inteligentes y cautelosos a la hora de enfrentar estas realidades, para no caer en el vacío interior que nos desorienta y en oportunidades nos lleva a tomar decisiones equívocas y alejadas del deber ser.
Tal vez un poco de relajación y meditación, un mayor contacto con la naturaleza, ejercicios de respiración para mejorar la concentración, ejecutar buenas acciones y regalarse un buen tiempo de calidad para sí mismo, nos puedan ayudar a encontrar un poco de paz que nos ayude a centrar y alinear nuestra vida con la energía del universo.
Todos queremos recibir lo que el mundo nos ofrece, pero tal vez el secreto esté en el equilibrio que debemos alcanzar para hacer frente a los karmas que se nos presentan en la vida actual. Esto nos puede conducir al encuentro de la paz mental que necesitamos.
El estar, el sentirse, el existir, el hacer presencia y el reconocerse, son parte de lo que debemos asumir a la hora de representarnos en cada momento de la vida. Es decir yo existo y estoy aquí con las capacidades suficientes para ver y entender todo lo que tiene que ver con estar vivo. Y de esta manera asumo cada responsabilidad que tenga que ver con mis actos y mis acciones, y todo lo que haga estará dirigido a promover los valores más altos de la dignidad humana y de la promoción de la paz.
Hay que ser consciente, actuar de manera correcta, aportar siempre soluciones, vivir su vida y respetar la de los demás, ser solidario al compartir las bendiciones que recibimos del Padre Creador, querer y ansiar un mundo mejor, estar seguro que si se puede alcanzar, creer en la gente, no dejarse caer con facilidad, enfrentar los retos, pensar en positivo, trabajar con responsabilidad, valorar y cultivar la familia, creer en Dios y en el potencial para ser parte del cambio que el mundo necesita. Ama la paz y el equilibrio del mundo.
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