Hablemos hoy de: Momento de Reflexión

Fin de año, una fecha en la que quisiéramos que el tiempo se acelere, o aminore su marcha. Pero lo que si es cierto, es que todos como que por arte de magia, nos damos el permiso de reflexionar sobre algunos temas. Claro, cada quien tiene su propia perspectiva de lo bueno o malo que pudo haber sido el año que está por finalizar.

Si soy negativo, solo genero energías negativas que pueden enturbiar el ambiente en mi entorno. Si soy asertivo, genero una luz radiante que produce efectos maravillosos a mí alrededor. En todo caso, quien presta atención a todo lo que ha hecho en los 12 meses, tiene la oportunidad de sentir cierta sensación de satisfacción por cuanto ha logrado en este tiempo.

Otros simplemente piensan o hacen una que otra reflexión, sobre lo que dejaron de hacer, o las oportunidades que dejaron pasar. Es ahí donde decimos como dice la canción, el tiempo que se va no vuelve.

Cada tiempo tiene su momento y sus experiencias. Y a pesar que el que termina ha sido complejo y duro en todos los aspectos, no podemos permitir que influya de manera negativa en nuestras emociones.

Debemos hacer un esfuerzo por manejar los miedos, la apatía, los temores, las dudas, las preocupaciones, y todo lo que altere el equilibrio emocional de nuestra vida. Para esto, tenemos que hacer una profunda reflexión, asumir, aceptar, y evaluar con objetividad, todas las acciones ejecutadas durante el año.

El universo está inmerso en un proceso de cambio. La energía que fluye nos puede beneficiar o afectar, dependerá de nuestros paradigmas, la manera como asumamos los cambios o acomodos que se tienen que dar, para el nuevo comienzo de tiempos diferentes.

Esto requiere estar preparados para asumir con seriedad, responsabilidad y compromiso, todos los cambios que se generen en los nuevos tiempos.

Reflexión, balance, revisión, análisis, o como lo queramos llamar, es muy interesante ejecutar cualquiera de estas acciones para obtener los resultados que nos dirán, en qué fallamos, cuántos errores o equivocaciones cometimos, y cuántos de ellos podemos corregir. Pero no solo los aspectos adversos los debemos evaluar o revisar, seguro que también realizamos muchas cosas positivas que son las que generan el equilibrio necesario, para balancear las cargas en nuestra vida.

Lo anteriormente expuesto, nos lleva a hacer un recorrido por los eventos ocurridos, alegrías, tristezas, angustias, pérdidas, nostalgia, ausencias, enfermedades, triunfos, logros, alegrías, otros. Cada uno de ellos habrá tenido un significado en su momento.

Ahora, habrá que seleccionar los aspectos que podremos seguir utilizando, y será el momento para desechar todo lo que nos causó momentos negativos y buscar la conexión con el futuro, con el nuevo año, con lo que viene, con lo positivo del alma y del corazón.

Hay mucho camino por recorrer, y en nuestra vida hay una historia que nos une con el pasado, por tanto, lo que viene y lo que hicimos, nos coloca en el presente, que es lo más hermoso que tenemos y lo que hay que disfrutar y vivir a plenitud.

Cuando estemos haciendo el balance de lo que hicimos o dejamos de hacer, debemos tomar en cuenta que en cada acción que ejecutamos, colocamos nuestro esfuerzo y dedicación, por lo tanto, sin obviar lo negativo, debemos centrarnos en lo bueno, poco o mucho que logramos, esto nos lleva a resaltar los logros, que al final serán los que nos mostraran el equilibrio de cada acción ejecutada.

No debemos minimizar nada de lo que hicimos: es importante que reconozcamos los logros, celebrar y valorar las metas conseguidas, agradecer las oportunidades, aceptar los errores, admitir los malos entendidos, solucionar los pendientes, analizar nuestro comportamiento en cada contexto en el que nos desenvolvemos, revise lo planificado versus lo ejecutado, y analice el por qué quedaron objetivos sin cumplir, realice un examen de conciencia sobre sus verdaderos logros y sus fallas, y establezca metas para resolver cada pendiente que le queda.

Cada nuevo año es una oportunidad, es tiempo para hacer cosas, es momento para reconocer nuestras capacidades y debilidades y superar estas últimas, es tiempo que podemos dedicar a ser mejores seres humanos cada día, para reconocer al otro con el respeto que se merece, para dar gracias a Dios por la vida, para entender que realmente vinimos a este mundo a ser felices, vivir y dejar vivir, para darnos cuenta que el mundo está lleno de buenas personas y que nosotros somos uno de ellos, que el mundo es hermoso, que la naturaleza es nuestro principal proveedor y por tanto debemos cuidarla, que somos parte del sistema que forma el todo, y finalmente, que debemos ser agradecidos con Dios por cada segundo que respiramos y estamos en este maravilloso plano llamado vida.

En este cierre de año, la invitación es a renovar la fe, a creer con seguridad que si existe un mundo mejor, a potenciar la confianza en nosotros mismos, a creer en la gente, a elevar nuestra autoestima a la máxima potencia, a creer en la educación como el camino a la solución de muchos problemas en el planeta, a desarrollar nuestro entusiasmo por lo que hacemos, a aceptar a los demás tal cual como son, a ver primero nuestros propios defectos, y a tener la capacidad de reconocer en los demás sus fortalezas y lo positivo que puedan tener, a cambiar nuestra mirada hacia el mundo y creer que si es posible vivir en paz, que el hombre si tiene la capacidad de respetar a los hombres, que puedo compartir mis logros y éxitos porque soy parte del universo, que, si hay momentos difíciles, también hay de satisfacción y estos son muchos más, que la vida es corta y no debemos perder el tiempo enrollándola, y que al final, el tiempo pasa y no pide permiso, así que, a vivir y dejar vivir simplemente.

Hoy doy gracias a Dios por mi vida, el aire, la luz, el sol, el agua, el suelo, por su amor, por mi familia entera, por los buenos amigos, por las oportunidades, por los buenos corazones con capacidad para ayudar, y por el mundo entero que solo espera la oportunidad de poder vivir en paz y armonía.

Reflexionemos y digamos, gracias padre por todo.

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