Hablemos hoy de: Lo que sucede en la vida

La vida está concebida para que desde el principio, estemos expuestos a infinidad de situaciones que en ella pueden suceder. Algunas serán generadas por nosotros mismos, pero otras se presentarán sin pedir permiso y sin avisar. Lo bueno de esto, es que estamos dotados de múltiples elementos que nos permitirán sobreponernos a cada una de estas pruebas, con inteligencia, claridad, objetividad y decisión.

Muy importante es, estar vivos y no dormirnos ante la realidad del mundo. No debemos ocultarnos de lo bueno o malo que se presente, porque en ambas situaciones, debemos tener seguridad para beneficiarnos o desechar lo malo.

Por tal motivo, no podemos preocuparnos por lo que creemos que pueda suceder ya que en la mayoría de las ocasiones, nunca sucede nada. Al contrario, debemos ocuparnos de la realidad y de lo que estamos viviendo en el momento, que puede ser totalmente fascinante y maravilloso.

Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos, pero entre el inicio y el fin, hay un espacio extraordinario lleno de regalos y beneficios diseñados solo para ser aprovechados por cada uno de los seres humanos que habitamos este maravilloso planeta.

Disfrutar y sacar provecho de ellos, solo dependerá de nuestra actitud ante la oportunidad de estar presentes con vida propia, en el maravilloso plano de la existencia.

Son muchos los que equivocan el camino, toman rumbos nada agradables que los conducen hacia los errores, la negatividad, los problemas, el conflicto, lo oscuro, lo inadecuado, lo turbio, lo opaco, y al final caen en la adversidad.

Pero no solo es esto, sino que también se revisten de capas de falsedad tan gruesas, que pierden la capacidad para reconocer el origen de las situaciones, y se pasean por la vida culpando a los demás de sus fracasos e irresponsabilidades.

Asumir, es una bella oportunidad que nos aclara la mente y nos abre el camino hacia la luz, que nos permite ver y encontrar respuestas, vías, medios, guías y ayudas, hacia la solución de la mayoría de las situaciones negativas a las que nos enfrentamos en nuestro día a día.

Siempre encontraremos a alguien que nos tienda la mano, solo debemos permitir de buena manera, que este actúe en positivo, para que podamos formar una sinergia envuelta en aromas de benefició y soluciones a cada una de las adversidades que tengamos que enfrentar.

Aquí debemos aplicar el perdón, pero no hacia los demás, principalmente hacia nosotros mismos. De esta manera, seremos capaces de reconocer y agradecer a la vida y a quienes nos dan el apoyo, por las oportunidades para levantarnos y mantenernos en pie para seguir adelante.

Nunca debemos olvidar de dónde venimos, tampoco separarnos de nuestras raíces, mucho menos negar el origen. Lo que si debemos hacer, es honrar a nuestros ancestros que nos dieron las primeras orientaciones sobre la vida, nos enseñaron a dar los primeros pasos en la complejidad del mundo, en cierta forma, nos enseñaron un poco del bien y algo de lo que puede ser malo, pero también nos dijeron que algún día decidiríamos tomar un camino por el cual deberíamos seguir solos, y que de allí en adelante, seríamos nosotros los dueños de nuestras decisiones las cuales teníamos que pensar y analizar, antes de dar los pasos subsiguientes.

El éxito o el fracaso dependerían de nosotros nada más.

Cada día tiene su propio sabor, por lo que no podemos permitir que estos se conviertan en rutina, de ser así, podríamos llegar a perder el verdadero sentido y pensar que esta se trata solo de sobrevivencia.

Así, le perderíamos el maravilloso sabor que tiene el crear y descubrir lo que cada vez que abrimos los ojos, el universo tiene para nosotros. Para que cada día sea diferente, solo debemos inspirarnos en las maravillas del mundo y en el ser perfecto que somos, así tendremos la suficiente inspiración para tomar las mejores decisiones posibles.

Existe un modelo mental que dice que todo lo que pasa en la vida es porque simplemente tiene que pasar. Allí me atrevo a evocar las palabras de Dios cuando dijo Cuídate que yo te cuidaré.

De esta forma podemos ver que en muchas ocasiones somos los principales responsables de lo que en nuestra vida suceda, no hay porque culpar a nadie, cuando propicio las situaciones que me son adversas, al permitir que la soberbia y el ego actúen sin medida.

Nada ni nadie me pueden obligar a hacer lo que de acuerdo a mis valores y principios está mal. Tengo que ser fuerte y anteponer a estas situaciones, la verdad y la razón, y la honra que desde mis sentimientos profundos, tengo hacia mis padres y personas que tuvieron que ver con mi formación. Debo mostrar mi verdadera personalidad y quien soy realmente.

No debemos olvidar que todo lo que nos sucede en la vida tiene un propósito, y es nuestra responsabilidad, encontrar la luz que nos guíe a su encuentro.

En oportunidades las cosas no salen tal como las planeamos, pero no ganamos mucho si nos ponemos a buscar los por qué, solo debemos tomar decisiones y avanzar, así tengamos que cambiar de dirección, que incluso nos lleve a un rumbo diferente en nuestra vida. Si somos objetivos y las manejamos con suficiente tacto, tal vez nos demos cuenta que la vida nos condujo por esa vía porque era la que nos llevaría a dar los cambios que necesitábamos para alcanzar las metas que en su momento nos propusimos.

Es algo como las señales de las que están llenos los caminos de un ser humano, solo que dependerá de cada quien encontrar su significado, para saber cuales tomar y cuales desechar.

No busquemos la perfección, tampoco que nuestros caminos estén siempre despejados, no ignoremos las señales, recordemos que la mayoría de las cosas que nos suceden son el resultado de nuestros pensamientos y acciones, veamos la vida con ojos llenos de valores, principios, ética y moral, así, encontraremos la razón que buscamos.

Cada uno de nosotros está en el lugar correcto, y todos tenemos una misión, y uno de los aspectos más importantes es, ser buenas personas, buscar cada día la manera de superarnos a nosotros mismos, y de igual forma, ayudar a otros a encontrar su camino y contribuir a la construcción de un mundo habitado por verdaderos seres humanos. La vida es 10 % lo que sucede, y 90 % como lo manejamos. Pensemos y actuemos bien.

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