Hablemos hoy de: La vida sí existe y tiene sentido

Un extraño título para el tema de hoy, pero es que en la medida en que avanzan los hechos en el mundo entero, pareciera que el ser humano ya no cree en la vida.

Todo apunta a la destrucción de la existencia, a la exterminación del ser humano, a complicar las cosas en todos los contextos del mundo, a la desaparición de los seres vivos como parte primordial en el sistema que sostiene la vida en el planeta llamado Tierra el cual es el único que tenemos, en definitiva, a no creer en la verdadera, pura y real esencia de la vida.

Pareciera que Confucio tuvo razón cuando dijo, ”La vida es muy simple, pero nos empeñamos en hacerla difícil”.

La vida es lo que tú quieres que sea, porque eres quien le dará su verdadero sentido, por tal motivo sabes que cuando siembras, algún día recibirás el fruto de tu acción.

Recibir la oportunidad de la vida, es obtener la más grande bendición. A partir de ese momento, el ser humano entra en un proceso de evolución que lo llevará a la obtención de todo cuanto se proponga y esté dispuesto a recibir del universo.

Porque cada día es una oportunidad y vendrá llena de sorpresas, algunas buenas y otras no tanto, sin embrago, dependerá de la actitud que se asuma ante estas, el alcanzarlas o dejarlas pasar.

Lo malo, los arrepentimientos posteriores y a destiempo, porque lo que se deja pasar, casi nunca regresa.

Todos debemos tener un propósito que nos llene de energía y entusiasmo, que nos provea de suficiente interés, ánimo, y seguridad en lo que hacemos. Además, que entendamos que el acto de vivir nuestra propia realidad, es el sentido más grande que le podamos dar a nuestra existencia.

Cuando logras entender y comprender el sentido de tu vida, tendrás la capacidad para ayudar a otros a encontrar el sentido de las suyas, y esto redundará en tu beneficio, pues habrás cumplido con uno de los más hermosos momentos de la existencia, al contribuir a que alguien encuentre su propio camino.

Cuando tenemos un porqué, tenemos los elementos necesarios para darnos cuenta que vale la pena vivir, que si hay motivos para avanzar, que sobran las razones para continuar en el camino, que todo tiene un significado, que hay mucho porque agradecer, que abundan las oportunidades y que hay suficiente contenido para encontrarle sentido a la vida.

Tristemente pareciera que el ser humano cuando sale al mundo, lo hace con una carga negativa y con deseos de enredar las cosas. En muchos casos, el ego juega un papel determinante en la conducta y forma de ver la vida en las personas.

A pesar que existe un principio que reza que todos somos iguales, son muchos los que creen que están por encima de los demás. Una actitud totalmente errada, ya que el hecho de tener una posición social o económica diferente a otros, no nos concede el permiso o nos faculta para sentir tal estado de superioridad.

A los ojos de Dios esto es un pecado, y ante los ojos del hombre significa que las personas carecen de valores relevantes como la humildad, humanidad, respeto, honorabilidad, y por encima de todo, personalidad y autoestima.

Nubes oscuras están atentando contra la humanidad, planes siniestros en la mente de algunos, conspiración en contra del orden natural de las cosas, y lo peor de todo, es que en su mayoría se hacen pensando en un supuesto mundo mejor en el cual existan las libertades plenas para que cada quien sea lo que quiere, y en el que todos seamos iguales.

Nada más falso e ilógico, pues en fin el ser humano consciente tiene la capacidad para entender que su vida depende del aprovechamiento de las oportunidades que todos los días al despertar, tocan a su realidad.

No olvidemos nunca que el ser humano posee una fuerza natural interna capaz de sobreponerlo por encima de otras, incluso de las externas. Y que también cuenta con un elemento extraordinario para llevar a cabo sus compromisos de vida, este es la voluntad.

Aunado a él, la capacidad para ver y entender lo bueno y lo no tan bueno, de ser y pensar de manera positiva porque entiende que es el camino que nos acerca al logro de las cosas, que la energía mental le imprime paz al alma, que por encima de lo material debe estar lo espiritual, que al adquirir y cumplir compromisos le estamos dando sentido al proceso de autorrealización de nuestras metas, objetivos y proyectos, y que para llegar a nuestros sueños, solo debemos despertar y cambiar nuestra actitud ante elementos que nos han hecho autómatas en muchos procesos y que no nos han permitido avanzar en el camino correcto.

Existen muchos estudios que indican que tener un propósito en la vida, genera beneficios en el ser humano. A pesar de las diferencias existentes entre cada uno de nosotros, la forma en que veamos y asumamos las motivaciones, bien sean internas o externas, al final generarán los resultados que se buscan, cuando se ejecutan de manera consciente y justa.

Claro, importante saber, que las internas son más espirituales y por lo tanto sus beneficios son mayores, ya que nos permiten darle un sentido más humanista a la vida sin importar el tipo de situación que tengamos que enfrentar.

Un día nacemos, y a partir de ese momento nos convertimos en el protagonista de nuestra historia. Al crecer y comenzar a darle sentido a las cosas, descubrimos maravillas que cada día nos deslumbrarán más por lo significativo que serán, y las experiencias y huellas que irán marcando nuestro camino.

Pero dentro de todo, tendremos oportunidades que se nos abrirán en el mundo y el universo para que desarrollemos el hermoso potencial que como seres humanos tenemos, para que descubramos maravillas y bondades, para que nos demos cuenta que si bien llegamos solos al mundo, nunca seremos capaces de recorrerlo sin una compañía, que además no tiene sentido ir por la vía solo porque siempre necesitaremos de una mano que nos apoye o ayude a pasar hacia el lado en el cual hemos encontrado ciertas dificultades.

Porque si la vida es bella, cuando descubrimos que con alguien al lado se convierte en algo maravilloso, entonces la vemos más hermosa aún. Así me permito entender que no estoy solo.

Generemos nuestro proyecto de vida, observemos de dónde venimos y pensemos a dónde queremos ir, de esta forma podemos construir un futuro con las experiencias del ayer y la realidad del presente. Así nos daremos cuenta, que la vida si existe y tiene sentido, y que además, Dios la hizo para todos.

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