Hablemos hoy de: La Vanidad

Un tema complejo que nos invita a la reflexión ya que vivimos en un mundo rodeado de vanidad por todos sus costados. Más aún en la actualidad donde el ser humano ha adoptado posiciones totalmente ausentes de valores, humanidad y sentido de convivencia.

Hablar de vanidad es complejo ya que este término tiene diferentes significados, a pesar que se relacionan entre sí. Podemos definirla como una manifestación o creencia excesiva de las habilidades personales, de generar un gran atractivo hacia los demás (ser bello), de creerse superior, queriendo ser, verse y sentirse más de lo que se es sin importarles nada. Está asociado a la vez con la arrogancia, la presunción, la soberbia, la falta de contenido, la ausencia de valor moral, el engreimiento, lo banal que a su vez mantiene al ser humano ausente de la realidad, de lo sustancial de la vida, permitiendo de esta forma que caiga en un hueco en el que solo encontrará un gran vacío. Como dice Thomas C. Wolfe, “La más segura cura para la vanidad es la soledad.

Según la creencia cristiana es uno de los 7 pecados capitales, ya que genera superficialidad en el ser humano y lo aleja de la espiritualidad.

Una persona vanidosa sufre de complejo de superioridad y no duda a la hora de destacar sus supuestas cualidades físicas o intelectuales, sin importarle menospreciar a otras personas.
En la actualidad este término tiene una gran vigencia, ya que existe una sociedad con muchos complejos personales que se manifiestan de diferentes maneras. Entre estas podemos mencionar como una de las más cotidianas las que tienen o han descubierto el poder económico. Normalmente se creen que esto les da el derecho de pasar por encima de otros, violando cualquier principio de convivencia y respeto por los demás. Pero en esto hay algo muy importante que se esconde detrás de esa fachada y no es más que un gran sentido de inferioridad, una gran falta de autoestima y un gran deseo de ser aceptado. Al no conseguirlo, genera en él una conducta egoísta que a la larga le traerá problemas en sus relaciones generado rechazo, incluyendo el ámbito familiar.

Algunas características son: nunca podrá ser un líder y mucho menos, alguien en quien se pueda confiar, puede llegar a arriesgarse a sufrir enfermedades con tal de mejorar su imagen, afectan la vida de otros para sentirse superiores, puede generar conflictos y llegar a marginarse, no admite los errores, no aceptan sus propios defectos, si ven afectada su imagen pública se molestan con facilidad. Al final su conducta termina siendo peligrosa.

Pero se puede dejar de ser vanidoso. Para esto la confianza y el amor propio son imprescindibles, recupera tu autoestima a través de tu autoconciencia, no te compares con los demás ya que como eres, eres perfecto, trabaja tu agradecimiento y maneja tu humildad, ambas son fortalezas que debes desarrollar.

Nada más hermoso que ser un ser humano original. Para eso Dios y la vida nos hicieron únicos y universales. Aceptémonos y formemos parte de esta maravillosa sociedad.

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