Hablemos hoy de: La responsabilidad como valor
Un tema cuyo contenido causa cierto rechazo en algunas personas y que está en la balanza en la actualidad, ya que muchos se han dado a la tarea de descontextualizarlo por simples intereses personales o de otra índole.
Pero en su más profundo contenido como valor, permea el resto de los valores, pues parte del principio de reconocimiento del ser, sus actos y sus consecuencias.
Su concepto nos dice que “es asumir de manera obligatoria, los actos que se generen de nuestras decisiones, acciones y sus consecuencias, con una visión de equilibrio, justicia y cumplimiento de lo que asumimos en todo su sentido”.
También podemos decir que es una cualidad en el ser humano que cumple con sus obligaciones y compromisos, asumiendo el resultado de sus actos realizados de manera consciente o no.
Se considera como una virtud de la personalidad del individuo que ve en tan importante valor, una forma de honrar uno los principios más elementales de la humanidad, y que se encuentra en todos los contextos de la vida.
Esta puede ser de carácter individual y también colectiva, ya que en algunas situaciones suele ser compartida. Es absolutamente consciente pues cada quien la asume de manera personal.
La responsabilidad está directamente relacionada con las emociones, ya que nos permite reconocerlas y aceptarlas en momentos y situaciones complejas, y así poder manejar momentos de alto estrés y ansiedad que pueden generar desequilibrios en nuestra vida.
Cuando la asumimos con seriedad, podemos cumplir a cabalidad con los compromisos, acuerdos, tareas, obligaciones, deberes, pactos, y más aún y muy importante, con la palabra, pues como decía mi padre “la palabra del hombre es un documento”.
Es una muestra de la seriedad y responsabilidad que el ser humano debe tener con lo que asume.
Una persona puede incorporar en su línea de vida este valor como un hábito, y junto a otros valores que están directamente relacionados como lo son la honestidad, la ética, la seriedad, la justicia, el compromiso, la moral, entre otros, muestran las características de una persona íntegra.
El ser humano debe ser responsable en todos los contextos de su vida, no se puede seleccionar uno en el que si lo soy, pero en otros no. Esto debe tener una línea sin curvas que deformen el comportamiento de la persona. Es tan importante que lo podemos asumir como un principio de vida que nos permite ser ciudadanos más justos, para la conformación de sociedades en armonía y equilibrio.
Un individuo con principios y valores es responsable por naturaleza.
En la muy alta dinámica social en que se vive en la actualidad, se hace necesario y relevante trabajar en función de encontrar y retomar, el eje principal de la sociedad como lo es la familia.
Y es responsabilidad de todos, asumir de manera muy seria este compromiso, para contribuir de manera efectiva en la reconstrucción de sociedades más justas y en equilibrio con las realidades del mundo actual.
El rol de la familia en la sociedad es desarrollar en sus miembros la educación, los principios, los buenos modales, el comportamiento acorde con cada momento, para que se puedan formar conductas asertivas basadas en valores morales que los conduzcan a asumir de manera consciente su compromiso como integrante de una sociedad compleja.
Educar a la familia es un acto de amor, seriedad, responsabilidad, visión, moralidad, es una acto de luz pues nos lleva a ver por encima de cualquier cosa, la magnitud del compromiso que recae sobre nosotros como integrantes de una sociedad en decadencia, y en la cual hay que hacer mucho para construir muros de reflexión que nos permitan establecer una cortina que nos proteja ante tanta maldad, deformación y antivalores que existen en la actualidad.
Ser responsable no es complicado, solo debemos tomar la decisión de hacerlo y cumplir esa decisión.
Una persona es responsable cuando: respeta a Dios, es buen hijo, buen padre, buena pareja, buen amigo, buen ciudadano, respeta a las personas principalmente a los mayores, su tiempo y el de los demás, las palabras que salen de su boca, cumple con su palabra, conecta su mente boca y acción, asume sus fallas y errores, devuelve lo que pide prestado, cumple con las leyes y normas, respeta al ser humano, la diversidad de religiones, escucha para entender y comprender y no para reaccionar, se hace parte y forma parte, establece una relación armónica y de interdependencia con la naturaleza, comprende y aporta en las necesidades de otras personas, se ve como parte importante de los habitantes de la sociedad del mundo en la cual debe ser un miembro activo y no pasivo.
Como valor la responsabilidad debe ser asumida en todos los aspectos y contextos de la vida, personal, familiar, social, laboral, profesional. Así encontraremos equilibrio en la salud física y emocional, que nos lleven al logro de nuestras metas como personas y como integrantes de la sociedad.
Hay que ser responsable principalmente con uno mismo, asumiendo lo que somos realmente, y no colocándonos un traje que no nos corresponde. Cuando actuamos de esa manera nada sale bien, pues lo adverso se hace presente por estar asumiendo roles que no hemos hecho lo necesario para que sean nuestros con todas las de la ley.
Y si crees que tú vida es difícil, sal al mundo y obsérvalo con detalle.
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