Hablemos hoy de: La Nobleza
Una persona con valores, sentido de la solidaridad, sensible al dolor ajeno, educada, con valores humanos, desprendida de lo material, con carácter y practicante de la justicia, con capacidad para ver lo bueno del ser humano, capaz de ser agradecido, que aplica la sabiduría, sencillo y comprometido, y sobre todo, claro en que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, es una persona clara y practicante de lo que es ser noble.
La nobleza es un valor que define a una persona generosa, culta, capaz de propiciar bienestar propio y de otros, acompañado de una serie de valores, entre los que destacan la generosidad y el amor.
Es así que una persona noble, busca siempre escuchar y comprender a los integrantes de su entorno, y está dispuesto a solidarizarse y brindar la ayuda que sea necesaria, y que esté dentro de sus posibilidades. De igual forma, posee una gran capacidad para manejar las emociones personales y colectivas, sabe disculpar, no guarda rencor, aún, con quienes le hayan faltado.
La práctica de la nobleza según los psicólogos, genera un impacto altamente positivo en la imagen de quien hace uso de ella.
Es percibida por los demás como una persona comprensible, amable, alegre, solidario, humano, respetuoso, amigable, entre otras cualidades, que facilitan su relación y comunicación con otras personas, contribuyendo con las relaciones de amistad y encontrando respuestas positivas de cooperación y estima, para el desarrollo de actividades en común.
Todos estos elementos generan una alta autoestima en la persona que practica la nobleza. Normalmente carecen de maldad.
Una persona noble tiene un corazón noble. Por tal motivo, siempre practica los más altos ideales del ser humano y desconoce lo falso, lo pobre, lo mediocre. Su sentido de generosidad no acepta el No, y aplica lo positivo, promoviendo el sí se puede. Es gallardo y siempre defiende el sentido de lo justo.
La persona noble tiene como principal política, sus principios, de igual forma considera que la verdadera riqueza la genera el trabajo justo y honrado, así como la cara de la moral debe estar presente en cada transacción y negocio que se practique, también cree en que el carácter se moldea con la experiencia y los años, y que los seres humanos debemos aceptar el principio básico del respeto mutuo hacia la vida, y hacia los valores que como individuos y como sociedad, practiquemos. Algo relevante, es que considera que la oración es sumamente importante, y que los humanos tenemos una muy alta capacidad para generar conocimiento y relaciones de equilibrio.
Una comunidad en la que la mayoría de sus integrantes practiquen la nobleza, será una comunidad en la que las relaciones interpersonales sean positivas, el sentido de cooperación será tan alto que facilite la unión en la resolución de problemas tanto individuales como colectivos, el sentido de solidaridad y confianza permitirá que sus integrantes se sientan seguros y tranquilos, y lo más importante, no habrá desamparo, rencor, venganza ni violencia. Todo lo contrario, triunfará el perdón y la armonía.
En una sociedad compleja y llena de antivalores, toma gran importancia la práctica de este valor. A partir del saber que es una condición natural que tiene que ver con el ser humano, es muy importante desde el punto de vista social que se establezcan programas de aprendizaje y estimulo de su práctica, principalmente hacia la población infantil, pero sin dejar de lado a los adultos.
La relevancia de conocer el significado de la felicidad, del perdón, y de lo negativo del rencor, la venganza, la maldad, cobra importancia en los beneficios que genera la práctica de este importante valor.
Para la enseñanza de este valor, vamos a mencionar algunos aspectos que debemos tomar en cuenta: Uno de los más significativos, es enseñar con el ejemplo, no olvidemos que los niños son esponjas que absorben todo lo que ven.
Manejar las emociones es muy importante, enseñar que existe el triunfo, pero también la derrota, y que cada una tiene un significado que nos dejará un aprendizaje.
En general la enseñanza de este valor tiene una connotación muy alta en la vida de las personas, y su aprendizaje para la puesta en práctica, dependerá de ciertos elementos que están relacionados con su desarrollo, su entorno, nivel educativo, valores familiares y sociales, entre otros.
Nunca falta quien quiera cambiar el verdadero sentido de las cosas. Digo esto porque hay quienes quieren convertir este importante valor en algo negativo, o como un signo de debilidad en la personalidad del individuo. Todo lo contrario, una persona que lo practique, es una persona con grandes características, seguro y fuerte.
En la actualidad necesitamos muchas personas que practiquen este importante valor. Es necesaria cada día su puesta en práctica, ante una sociedad indolente al dolor ajeno, que cada día se desconoce, que implanta reglas muy personalistas, que imponen normas contrarias a los valores humanos, que buscan dividir, que generan desequilibrio, orientadas solo a lo económico sin importar las vías para obtenerlo, en la que el ser humano ocupa un plano irrelevante, y en la que lo único importante son los intereses de quienes ostentan el poder civil, económico, moral, social, entre otros.
Realmente importante es su práctica. Saber que se es reconocido de manera asertiva, que se genera beneficio sin ningún tipo de interés, que se puede favorecer o ayudar a alguien sin mucho esfuerzo, solo tomando la decisión de hacerlo, que somos capaces de dar de manera natural, que podemos generar alegría y felicidad en otros, que el mundo es pequeño pero lo podemos hacer grande con pequeñas acciones, y que en cada paso y cada acción que genere beneficio en otros, estamos haciendo honor a la esencia de Dios en cada uno de nosotros.
Siendo nobles, haremos que el mundo sea un mejor lugar para la convivencia de todos.
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