Opinión

Hablemos hoy de: La Misericordia

Por lo tanto, el dar de comer o de vestir es tan importante, como el enseñar, consolar o dar un buen consejo, ambos representan formas de ser misericordioso.
martes, 13 octubre 2020

Hoy, cuando la humanidad vive momentos difíciles y complejos, debemos practicar desde lo más profundo de nuestro ser el valor de la misericordia.

Dios es misericordioso, y si los seres humanos fuimos hechos a su imagen y semejanza, entonces debemos ser fiel reflejo de lo que es él, y de sus enseñanzas.

Es casi imposible concebir al ser humano sin la capacidad de ser misericordioso, ya que este es un símbolo de lo que es la esencia de una persona.

Ante una realidad que nos dice que todos somos iguales ante sus ojos, y que por tal motivo todos tenemos la capacidad de ver y sentir el sufrimiento de los demás, también es cierto que cuando ayudamos o nos compadecemos del dolor y la necesidad ajenas, lo debemos hacer desde la más profunda convicción y el más puro sentimiento de querer ayudar porque queremos y deseamos lo mejor para quien lo necesita, y no, porque sentimos pena del sufrimiento del otro.

Se debe hacer con el corazón limpio y con el amor de querer ayudar por sentimiento puro y real.

La misericordia es la disposición o capacidad de sentir o compadecerse por los sufrimientos, miserias o necesidades de los demás. Está relacionada con el ánimo de las personas a querer ayudar, a asumir una actitud bondadosa o solidaria hacia otras personas que están atravesando situaciones críticas o requieren de algún tipo de apoyo.

Esta disposición a ayudar se manifiesta en el amor, el perdón, la reconciliación, la amabilidad, la simpatía, la solidaridad, la empatía y el valor que se pueda sentir hacia otras personas que están en condiciones adversas o diferentes a las nuestras.

Dios siempre ha sido misericordioso y los seres humanos somos su fiel reflejo, por tanto nuestro comportamiento y nuestras acciones, deben apuntar a las buenas practicas y a observar una conducta que esté alineada a los mas elementales preceptos de la vida.

Es así que debemos convertirlo en algo más que un sentimiento de simpatía, lo debemos convertir en una practica constante.

Podemos observar que la misericordia se puede manifestar de diversas formas, tanto por medios materiales, como por medios espirituales.

Por lo tanto, el dar de comer o de vestir es tan importante, como el enseñar, consolar o dar un buen consejo, ambos representan formas de ser misericordioso.

Una oración por la paz del mundo y por la unión de la comunidad mundial en la familia, representan una forma de ser misericordioso y lo más importante es que ante lo que se está viviendo a en el mundo, Dios con seguridad escuchará la misericordia que a través de la oración, una persona está pidiendo por el bien de la humanidad.

Importante resaltar que la misericordia no tiene relación con la lastima. Esta última está relacionada con un sentimiento temporal que normalmente no genera una acción, en cambio la misericordia, produce un sentimiento que concluye en la capacidad para ofrecer ayuda.

También lo podemos relacionar con la compasión, piedad, bondad, clemencia, comprensión, ternura, otros. Está relacionado a un sentimiento muy intimo en el ser humano.

En términos religiosos, la misericordia es la cualidad de Dios por la cual perdona los pecados de los fieles. A su vez es un atributo divino mediante el cual los fieles le pedimos a Dios que tenga piedad por nuestros pecados y nos perdone de cada error que cometemos en la vida.

Asimismo esta se convierte en un estilo de vida a través del cumplimiento de nuestras promesas, de creer en Dios, de obrar bien, de nuestro buen comportamiento, y, a su vez, de acciones externas como el rezar, respetar y adorar los símbolos de la iglesia.

En tiempos de tribulación nada mejor que practicar la misericordia, ya que como Dios nos ha enseñado, debemos ser respetuosos del dolor y la necesidad ajenas, y convertir estos momentos en oportunidades para ser verdaderas personas capaces de ayudar sin ningún tipo de interés a quien lo necesite.

Debemos reconocer y honrar este don que está en cada uno de nosotros, y practicarlo con el mejor sentimiento hacia nuestros seres amados principalmente, mirándolos con benevolencia y con amor, y entendiendo que tal vez sus vidas no han sido tan acertadas como las nuestras, y que a pesar que hemos tenido que luchar para alcanzar lo que hoy tenemos, también es cierto que ser solidarios simplemente nos abrirá el camino a nuevas experiencias que enriquecerán nuestras vidas, y que con ayudar a otros, viviremos una experiencia tan enriquecedora que en un futuro traerá beneficios a nuestros descendientes y las bendiciones se verán multiplicadas.

Practicar el don maravilloso de la misericordia que está en nuestros corazones, es una tarea que a diario debemos poner en práctica.

Con solo un consejo, una palabra de aliento, una palmada en la espalda, un simple tranquilo que yo te apoyo, un gesto de solidaridad por muy pequeño que sea, una muestra de amor humano, o un gran abrazo que haga sentir a la persona que nos está solo, es un indicador que la misericordia brota de nuestro corazón para hacer honor a Dios por tal bendición.

Somos seres de bien y estamos preparados para dar lo mejor de nosotros ante un mundo complejo, por lo tanto, permitamos que Dios obre a través de nuestras acciones, manifestando sus propósitos de Justicia, misericordia y bondad.

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