Opinión

Hablemos hoy de: La experiencia

La experiencia marca su huella y deja el cómo hacer algo.
martes, 07 mayo 2024

¿Me lo vas a decir a mí?, tranquilo que yo sé cómo es, no te preocupes que yo lo sé hacer, pan comido, me la pusiste fácil, en eso estoy sobrao, yo me las sé todas, me sobra la experiencia, entre otras, son expresiones utilizadas por personas que se jactan de creer que saben cómo es todo.

Pero la realidad es otra, ya que en la vida nadie nace aprendido. Todo es parte de un proceso que acompaña al individuo en su evolución.

Por eso existe la familia, la sociedad, el preescolar, la escuela, los institutos educativos, las universidades, las empresas de formación, y la teoría y la práctica.

Además, el elemento más importante que se encarga de proporcionar todas las herramientas existentes, para que el individuo evolucione y se desarrolle de la mejor manera posible, es la vida, la que nos enseña absolutamente todo lo bueno y lo no tan bueno del mundo.

Estos elementos contribuyen en la formación y adquisición de conocimientos y experiencias por parte de las personas, lo que les puede facilitar en la práctica su desenvolvimiento en una o varias tareas, y contribuir así en el crecimiento y desarrollo personal, de la sociedad y por ende de una nación.

Así vemos que hablar de experiencia, es referirnos a las situaciones o eventos conscientes que nos suceden en el día-día, y que generan conocimiento teórico, práctico y procedimental, que convierten una acción o un proceso en algo cotidiano, ya que lo experimentamos directamente.

La experiencia marca su huella y deja el cómo hacer algo.

Es importante señalar que la experiencia genera un conocimiento posterior a la práctica realizada diferente al que se obtiene a través del estudio formal, el cual es previo.

Pero no olvidemos que las experiencias que nos deja la vida (vivencias), son las que marcan el camino, y también se forma el conocimiento empírico, el cual nos da un piso importante ante diferentes áreas de la vida misma, sobre las emociones, y la condición humana entre otras.

Esto nos permite comentar la importancia y el respeto que se gana una persona que tenga abundante experiencia en un proceso, aun cuando no tenga estudios formales sobre el mismo.

Una persona que por largo tiempo se ha desempeñado en una labor específica, obtiene la habilidad necesaria para (como se dice en el argot popular) desarrollar el proceso con los ojos cerrados.

Esto le ha permitido conocer a profundidad todos los elementos, formas y maneras de desarrollarla, con escaso margen de error. Obtiene la capacidad para enseñar a otros como desempeñar esta labor de manera correcta y eficiente.

En el campo laboral adquiere una relevancia de alto nivel, la experiencia que un aspirante a un trabajo pueda tener en un área específica. Esto le genera cierta ventaja sobre los demás, pues a la empresa siempre le va interesar más el que posee la experiencia y no el que viene a aprender.

No necesariamente la edad se debe relacionar con la experiencia, pues no todos han tenido la capacidad de transformar la experiencia acumulada en conocimiento real, por lo tanto, tal vez no sea tan útil ni aplicable como se supone.

Lo que si es cierto es la relación que existe entre la experiencia y la conciencia. La primera activa a la segunda.

Una persona con experiencia comprobada en algo, suele ser bien vista por los demás. Además, goza de respeto el cual se ha ganado a través del tiempo y de su esfuerzo por alcanzar la excelencia en un proceso determinado.

Pero hay que ser precavido en esto de la experiencia, pues no falta el que quiere pescar sin carnada, y se lanza en una aventura vendiendo una experiencia que realmente no posee, ofreciendo servicios en áreas que si bien tiene cierto conocimiento, no posee la experiencia necesaria para hacer un trabajo de calidad.

Hoy día suele suceder con frecuencia, el que consigas a alguien que ofrece servicios en áreas que no conoce bien, o no tiene el conocimiento y la experiencia necesaria para realizar trabajos o tareas con un buen nivel de calidad.

La experiencia es necesaria, y obtenerla solo requiere de disposición, mística y compromiso por hacer bien las tareas y metas que una persona se propone. En término general, es su firma o lo que marca su identidad.

¿Cómo se obtiene la experiencia? Podemos decir que son las vivencias, conocimientos y aprendizajes adquiridos a través del tiempo, lo que obtenemos al interactuar con el entorno y los retos que superamos cada día de nuestra vida, con la perspectiva que nos formamos del mundo, haciendo buen uso de nuestra inteligencia y sabiduría, formándonos una visión clara y objetiva de la vida, teniendo actitudes asertivas, practicando nuestros valores y principios, y tomando la decisión de pensar, hacer y hablar de la manera más positiva y objetiva cada día.

Ser una persona con experiencia es una decisión absolutamente personal. Cada individuo tiene la capacidad de elegir lo que quiere ser y el tipo de vida que quiere tener. Y si quiere estar en un nivel alto o aceptable, solo tiene que dedicarse a obtenerlo a través de sus vivencias, pensando y actuando bien.

La experiencia nos permite demostrar la humildad con la que vemos la vida, porque activa nuestros valores y principios, nos permite ayudar y aprender de otros, y nos brinda múltiples oportunidades en un mundo de competencias.

Es muy importante no olvidar nunca, que las experiencias relacionadas con la vida misma nos puede hacer mejores personas cada día.

¿Sabes en qué consiste la teoría del Grit?

Es el poder, la pasión y perseverancia para alcanzar el éxito.

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