Hablemos hoy de: La Eficiencia

El acelerado transcurrir de la vida en un mundo globalizado exige cada día niveles muy altos de competitividad en el que los tiempos de respuesta deben estar en concordancia con la dinámica de la actividad que desarrollan las empresas. En este sentido, las mismas trabajan en función de optimizar los procesos mejorando sus sistemas de comunicación de manera que la información fluya, acorde con sus políticas para hacer que estas sean cada día más eficientes.

Pero no solo las empresas se están ocupando de mejorar sus procesos en función de la eficiencia. Hoy día la competencia es tan compleja, que los seres humanos también estamos inmersos en esta dinámica, buscando métodos que nos lleven a tener una vida más tranquila, organizada y en términos generales, más eficiente.

Esta complejidad hace que la definición y apreciación de eficiencia resulten sumamente complejas, ya que son muchas las interpretaciones que diversos investigadores le dan al tema a pesar que las diferencias radican en sumar o restar algún elemento a uno u otro concepto.

Por tal motivo, podemos decir que la eficiencia es la habilidad o capacidad que posee un individuo, el nivel de rendimiento de un proceso para lograr un objetivo de manera adecuada, utilizando la menor cantidad de insumos en su fase de producción, en el menor tiempo posible y con calidad. Es medible y se puede minimizar la pérdida de recursos materiales, físicos, energéticos y tiempo, mientras se alcanzan las metas propuestas.

En tal sentido y para maximizar y optimizar los recursos y las decisiones, debemos mostrar un comportamiento eficiente con estrategias claras y coherentes, y lo más importante, tener un objetivo bien definido que de forma explícita nos muestre el nivel de lo que se quiere alcanzar. Este debe estipular tiempo y calidad del producto final.

Es importante mencionar que al hablar de eficiencia, en oportunidades se puede confundir con eficacia o efectividad, por lo que se hace necesario establecer sus diferencias. En términos generales, la eficiencia de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, es la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir lo que queremos determinadamente. La eficacia es la capacidad para lograr el efecto que se desea, optimizando recursos y tiempo y la efectividad es la cuantificación del logro de la meta. Para algunos autores esta puede ser sinónimo de eficacia. Luego de conocer brevemente estos 3 conceptos, veamos cómo puede una persona en su vida diaria o un trabajador, ser más eficiente en sus labores.

En la actualidad se hace cada vez más complejo luchar con la presión que sentimos en nuestra vida regular así como en el trabajo. Es casi general el pensamiento que un día de trabajo es insuficiente Para lograr un alto nivel de eficiencia. Sin embargo, podemos incrementar la productividad si seguimos los lineamientos establecidos en la planificación, aun cuando esta debe tener un margen de flexibilidad debido a que existen variables que influyen en los procesos, como son las del entorno las cuales pueden producir errores que conlleven al fracaso.

Para contrarrestar estas variables, el trabajador debe adoptar hábitos que conlleven hacer su trabajo de manera más eficiente. Entre estas encontramos la planificación de su día de trabajo, centrar su atención en las tareas más importantes, mantener su espacio de trabajo limpio y ordenado, manten en tu sitio de trabajo todo lo necesario para realizar tus actividades sin que la ausencia de alguno se convierta en un retraso, evitar las distracciones manifestando de manera cordial que estas realizando un proceso importante que no puedes interrumpir, haciendo uso adecuado del teléfono móvil y fijo, optimizando el uso del tiempo sin descuidar los momentos de descanso, divide tus responsabilidades o delega si está en tus competencias, planifica o participa en reuniones efectivas, elimina los dramas de oficina, entre otros. La práctica de estos elementos contribuirá de manera efectiva al mejor desenvolvimiento de tus actividades y por ende ayudará para que tu trabajo sea más eficiente.

Pero en nuestra vida también debemos tomar en cuenta una serie de elementos que nos ayuden a manejar con mayor objetividad los obstáculos que encontramos en el camino para lograr una vida más eficiente. Lo primero es vivir nuestra propia vida porque muchas veces prestamos más atención a la de otros y nos apartamos de la nuestra, debemos ser organizados y proactivos, tener un buen descanso, pensar en positivo, ser solidarios, practicar ejercicios, participar en reuniones familiares y sociales, compartir con los amigos, participar en actividades diversas de formación (maestrías, cursos, diplomados, talleres, otros), ser cada día mejores personas y buenos ciudadanos, entre otras.

En la medida en que los seres humanos seamos más eficientes, las familias, las empresas, las ciudades, los países y el planeta, también lo serán.

Debemos tomar en cuenta que en esta vida tan maravillosa las oportunidades son múltiples, por lo que debemos aprovechar el tiempo que no sabemos cuan corto o largo pueda ser y tomar las decisiones más asertivas, en función de aprovechar de la mejor manera, ese tiempo que desconocemos.

Seamos eficientes en gestionar nuestra vida pues es la oportunidad más hermosa que nos han dado.

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