Hablemos hoy de: La edad avanzada es una bendición

En tiempos de tecnología, de evolución apresurada, de inteligencia emocional, de robótica, de training, de redes sociales, y de muchas cosas más que se convierten en temas complejos para muchas personas, en especial, las de edad un poco avanzada, debemos pensar que hay un tiempo para cada cosa en la vida, y que siempre habrá un momento especial para lograr ese algo que en alguna oportunidad, nos propusimos.

Para muchos es como un tabú, para otros es un orgullo, una alegría, y un privilegio, formar parte de la generación hermosa que ha tenido la bendición de llegar a una edad avanzada y de ser testigo de tantas cosas buenas y malas que han sucedido en el mundo.

Además, es tener la suerte de estar aún en este tiempo, de seguir existiendo, de seguir alcanzando metas, de poder, de tener posibilidades, de compartir, de formar parte de la sociedad del mundo, de sentir, de ver, escuchar, y oler, el maravilloso aroma de estar vivo.

Hay algo que es muy cierto, y es que comprender que se ha llegado a esta edad, no es nada fácil.

Incluso pareciera que nos sorprende vernos al espejo y observar las canas en nuestro cabello o alguna arruga y decir, me estoy poniendo viejo, ó, ya estoy mayor, ó, ni me di cuenta en qué momento el tiempo me trasladó hasta esta edad, entre tantas palabras que nos decimos cuando, al reflexionar nos damos cuenta que los años han pasado.

Esto nos invita a reflexionar que en ningún momento de la vida, nos detuvimos a pensar que llegaríamos a la edad, en la que comenzaríamos a darnos cuenta que el tiempo simplemente pasa sin pedir permiso.

Y después de este largo camino no nos podemos detener a mirar hacia atrás.

Todo lo contrario, debemos aprovechar la ventaja de los años y convertirnos en maestros, en personas útiles, en sacar partido a la sabiduría del tiempo, en colaborar en la construcción de un mejor mundo, y de pasar a formar parte de la reserva que será llamada a actuar de la mejor forma, en la recuperación de las sociedades de los tiempos actuales.

Seremos necesarios en la construcción de un nuevo porvenir.

Envejecer nos es malo, es el premio a la constancia que nos ha mantenido en pie durante largo tiempo, es saber utilizar la fuerza que aun conservamos, es entender que al libreto de nuestra vida aún le quedan páginas por desarrollar, y más importante todavía, es entender que mientras estemos respirando y Dios nos de la bendición cada mañana con la luz de un nuevo día, simplemente debemos seguir adelante marcando la huella por la que habremos de ser recordados, luego de cerrar la última página de nuestro libro.

Que los tiempos actuales son complejos y existe mucha discriminación, es cierto, pero precisamente la experiencia acumulada nos debe proveer del soporte necesario para que continuemos adelante, superando cada dificultad, que en comparación con nuestros mejores tiempos, seguramente será más cruel y dura, pero no imposible de sobrellevar.

Siendo bastante objetivos, nos daremos cuenta que también podemos ver este tiempo como una nueva oportunidad, como un período de posibilidades que se abren en nuestro camino, como el momento de escribir nuestro manual de cómo lo hicimos, de convertirnos tal vez en ejemplo, de ver las cosas con moderación, de adelantarnos a algunos resultados, de utilizar la comprensión y el sentir humano de una manera mucho más hermosa, de apoyar, ayudar, contribuir, aportar, dar, entender, comprender, y sentir la alegría y felicidad que se siente, cuando desde el corazón ayudas a otros a superar cualquier tipo de dificultad. En otras palabras, de comportarse como un verdadero ser humano en toda su expresión.

Si podemos decir que la experiencia de la vida nos acompaña, entonces podemos decir que la vejez es una bendición. Más aún, cuando nos damos cuenta que la evolución nos ha permitido recorrer un largo camino que solo nosotros conoce su contenido.

Y por tanto, hemos visto superar las ansias por pasar de una etapa a otra con creces, estamos viendo como las experiencias nos han trasladado por todo tipo de eventos, por lo bueno y no tan bueno, y hoy podemos observar que cada una de esas etapas nos dejó la inteligencia suficiente, para que hoy podamos ver la vida con mayor objetividad, con calma, con tranquilidad y con paz.

Hoy, debemos entender que este proceso es inevitable, que simplemente llegamos y debemos seguir adelante con inteligencia, que aún dentro de nosotros hay juventud, que la sabiduría acumulada es una virtud, que conservamos un niño interno que nos debe impulsar a sonreír y buscar la mejor manera de hacer el momento agradable, que si podemos y tenemos la capacidad para continuar disfrutando ahora, de la bendición de la vejez.

Hagamos que este momento sea mágico, busquemos apoyo, regalemos amor, brindemos amistad, cerremos los oídos y los ojos a los feos comentarios, sigamos siendo originales, conservemos el valor que siempre tuvimos, amémonos cada día más, recordemos las mejores enseñanzas de nuestros ancestros, (particularmente tengo las de mis padres vivas cada día), pensemos en positivo, disfrutemos de una buena comida, de un buen vino, de una buena conversación, de una buena compañía, y por encima de todo, disfrutemos de nuestra propia compañía y no le hagamos el juego a la soledad. Dios sigue a nuestro lado.

Ah, y cuando nos digan viejo, respondamos, con orgullo y gracias.

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