Hablemos hoy de: La consciencia
La consciencia es nuestro juez y nuestro abogado, y a la vez es la señal que nos indica cuando hemos pasado la luz en rojo. Despierta el alerta que nos muestra que debemos reflexionar, tomar decisiones y aplicar los correctivos necesarios.
Una tarea compleja en un mundo en el que la lucha por la sobrevivencia, a veces nos convierte en seres autómatas que olvidamos la velocidad con la que el tiempo pasa y que no somos los únicos habitantes del planeta.
Es la capacidad para experimentar (ver, oír, sentir, saborear, disfrutar), vivir los procesos mentales (memoria, comprensión, emociones, concentración), conocerse a sí mismo, conocer el entorno en el que nos desenvolvemos, estar despierto, tener un importante grado de conocimiento de quién se es, estar conectado con todo, comprender la naturaleza y la realidad de la vida, para poder formarse una justa visión del deber ser, del mundo y sus implicaciones.
La consciencia establece una conexión con lo más profundo del ser, que nos permite a las personas estar claros en muchas situaciones de la dinámica del mundo.
Estar conscientes es mostrar nuestra existencia, reconocer nuestros hábitos, ser creativo, entender lo que hacemos a diario, mostrar las capacidades, reconocer las limitaciones, y actuar a plenitud.
Actuar con plena consciencia de lo que hacemos sería ideal en un mundo donde exista equilibrio y armonía, para poder tener una actitud de intelectualidad, que podamos aplicar el sentido de la percepción, mostrar nuestros afectos, y aplicar la capacidad motora que nos permite desarrollar cualquier actividad.
Si el ser humano camina por la senda de los elementos que mencionamos anteriormente, habría un cambio en la dinámica del universo, ya que su energía transformadora se activaría generando procesos armónicos en la sociedad, que facilitarían la convivencia entre los habitantes del planeta.
Cuando el ser humano está mentalmente normal y es consciente, puede realizar intercambios de tipo ideológico, laboral, social, sentimental, entre otros, que faciliten su desenvolvimiento, y a su vez ejercer la libertad de su persona en toda su expresión.
Algo muy importante es, que para estar conscientes debemos estar despiertos plenamente. Así nos daremos cuenta y registraremos cada una de nuestras acciones en el día-día.
Existen conceptos que pueden generar cierta confusión en el cerebro humano, uno de estos es precisamente, la conciencia y la consciencia.
Aunque parezca que significan lo mismo, la realidad es que son diferentes.
De acuerdo a estudios realizados por algunos filósofos y psicólogos como Freud y Descartes, la conciencia está relacionada con la percepción de lo externo, y la consciencia tiene que ver con la autorreflexión y el conocimiento de lo interno.
La conciencia se puede ver como la parte superficial de la mente (pensamientos, experiencias conscientes), y la consciencia representa lo más profundo del inconsciente (deseos y conflictos no reconocidos). Ser conscientes de nuestros pensamientos, es lo que nos define como seres humanos.
La consciencia nos permite comprender la realidad de la conexión que existe entre todos los seres vivos.
Este es uno de los elementos más relevantes en el estado de la consciencia, saber, entender y comprender, que somos seres interdependientes, que solos no podemos estar en el mundo, y el mejor ejemplo fue en el momento de la creación cuando Dios hizo al hombre y posteriormente se dio cuenta que estaba muy solo y necesitaba compañía, fue cuando decidió crear a la mujer, convirtiéndose en una de sus más hermosas creaciones.
Siempre en la vida necesitamos del apoyo, ayuda, acompañamiento, opinión, guía, o simplemente de un hombro donde apoyarnos, y esto lo encontramos en la familia como el valor más preciado de la humanidad, en los amigos que en ocasiones se convierten en ángeles, o de algún buen samaritano que sin conocernos se atreve a prestarnos el apoyo que requerimos en un momento determinado.
Estar conscientes de nuestras capacidades y actos nos aleja de situaciones incómodas y muchas veces frustrantes.
Nos lleva a estar centrados en lo que estamos buscando, a colocar nuestra mayor energía en el logro de las metas propuestas, a encontrar las mejores alianzas, a procurar con efectividad los recursos que se requieren, a darnos cuenta de nuestra propia existencia, a entender que estamos en un mundo compartido en el cual existen seres iguales que nosotros, a agradecer las bendiciones que cada día Dios dispone para nosotros de múltiples maneras, y a comprender con el alma y corazón, que somos una pequeña parte de un universo inmenso en el que cabemos todos, y que solo utilizando adecuadamente los recursos que existen podremos disfrutarlos y legarlos a las generaciones posteriores a nosotros.
Aunque hay personas que aún no han entendido la importancia de estar cada día más conscientes de la complejidad del mundo, no podemos perder la esperanza de alcanzar una vida con colores más hermosos que nos llenen de paz, amor, encuentro, redención, visión y acción, que nos conduzca hacia una vida plena de armonía y disfrute.
Si soy consciente de mi vida, de lo que soy y lo que quiero, de cómo llegar a alcanzar mis aspiraciones, de las ayudas que necesito, de mis límites y de mí mismo, seguro estoy que podré lograr todo lo que me proponga porque Dios y el universo así lo quieren para mí. Es mi decisión y así será.
Sabes que significa la palabra Alcorque
Hoyo que se hace al pie de un árbol para aprovechar mejor el agua del riego.
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