Hablemos hoy de: La Alegría
La alegría es una de las emociones más hermosas del ser humano. Todos en algún momento de nuestras vidas la hemos experimentado como un sentimiento positivo que se manifiesta a través de nuestro estado de ánimo.
Es prácticamente mágica pues nos eleva el espíritu, genera un estado de euforia agradable, produce placer, es positiva, la satisfacción que se siente es tan maravillosa que nos hace sonreír y reír, se siente un regocijo indescriptible, nos ponemos eufóricos, gozamos con todo lo que hacemos, sentimos un jubilo excelente que nos muestra lo bello y extraordinario que es estar vivo.
Es tan agradable que nos hace estar contentos y que todo lo que hagamos, lo disfrutemos plenamente.
Son muchos los elementos que nos llevan a sentirnos alegres, ver levantarse a nuestra familia cada mañana, agradecer las bendiciones que Dios dispone para nosotros cada día, tener éxito en nuestras actividades, solucionar alguna situación de infraestructura en el hogar, alcanzar los objetivos y metas que teníamos planteados, encontrarnos con alguien a quien apreciamos, realizar una buena obra, ver y hacer sonreír a otras personas, tener un día de armonía en el trabajo, regresar a casa satisfecho, disfrutar de una buena comida y prepararnos para un buen descanso en la noche.
Todo esto nos lleva a sentirnos vivos y a tener el ánimo suficiente, para emprender una nueva jornada llena de optimismo y buena disposición, y a alcanzar un estado de bienestar, satisfacción y felicidad.
Pero para lograr todo esto es necesario activar la actitud, pues de ella va depender en un porcentaje muy alto, que logremos el estado de ánimo necesario para que todo sea armonía y buena energía.
La alegría es agradable, es felicidad, bienestar, placer, es estar contento, en modo positivo, es tener la sensación de abundancia en nuestras emociones, y es conectarnos con el mejor dibujo que podemos hacer con nuestro rostro como es, mostrar una sonrisa.
A pesar que la dinámica del mundo nos arrastra muchas veces sin frenos y queremos extender el día a 28 0 30 horas, debemos hacer un alto aunque el tiempo siga corriendo y prestarnos atención a nosotros mismos, ya que la alegría hace que nuestro cuerpo reaccione a tan importante emoción, generando reacciones biológicas, químicas y hormonales que transforman nuestras conductas en beneficios que podemos compartir con nuestro entorno socioemocional.
La alegría es un antídoto contra el estrés. Nos ayuda a tener control sobre ciertos elementos como el enfado, la prisa, el tiempo, la presión, el malestar, y al final ganamos en paz, armonía, sosiego y tranquilidad, pues estamos seguros y confiados en lo que estamos haciendo.
Muchas veces pienso en qué, o cómo puedo hacer para sentirme alegre, y la respuesta está dentro y frente a nosotros.
En primer lugar el hecho de estar respirando, poder ver, caminar, oler, degustar y tocar algo o a alguien, poder comer, movernos, pensar, ser parte y formar parte de algo, disfrutar de los placeres de la vida, descubrir cosas, escuchar buena música, sentir un abrazo, y sentir satisfacción por lo que hacemos y somos, son maravillosos signos de vida, por tanto nos debemos sentir alegres y bendecidos cada día.
Nada es fácil, lo mejor es lo que logramos con esfuerzo propio, ser autentico y original nos facilita las cosas, practicar la honestidad, sinceridad, responsabilidad, humildad, y otros valores de vida, nos permiten estar alegres, pues sabemos que estamos haciendo lo correcto y lo necesario para tener una vida en perfecta armonía con el universo.
La vida es hermosa a pesar de las circunstancias adversas, esto nos debe llenar de alegría pues muy a lo interno, nos debemos sentir satisfechos y agradecidos con todo lo que Dios nos concede cada día.
Tenemos todo para ser felices, comenzando con el milagro de despertar cada mañana. Esto nos tiene que hacer sentir los seres más alegres y debe ser motivo de celebración, pues seguimos en el camino que nos conduce a realizar todas las actividades que tenemos en nuestra mente, corazón y espíritu, y a seguir conquistando cada espacio de vida que nos acompaña en nuestro día-día.
Y a pesar que en cualquier momento tengamos caídas, no nos dejamos abatir y cada experiencia la convertimos en aprendizaje y la sobrellevamos con nobleza y espíritu de triunfador.
Tenemos que estar claros que lo más valioso que tenemos es nuestra vida misma, pues al final todo lo que nos acompaña son accesorios que nos facilitan el camino.
La mayor alegría es estar vivos, tener buena salud, que la familia esté bien, que las necesidades no nos limiten, que haya armonía en el trabajo, que nuestros ingresos sean suficientes, que podamos compartir, que podamos sentir orgullo por lo que somos, que tengamos la capacidad de ayudar a otros, y que siempre demos gracias por lo que tenemos.
Nunca pretendamos ser otro, vivamos con alegría, no necesariamente la vida tiene que ser como queremos, trabajemos con honestidad para alcanzar un nivel adecuado, busquemos la serenidad y la paz interior, disfrutemos de cada momento, y practiquemos el arte de la aceptación para estar en armonía con el cosmos.
Estar vivos es lo máximo.
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Un trastorno obsesivo para coleccionar libros.
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