Hablemos hoy de: En el camino
Sabemos que vamos por buen camino, cuando nuestra mirada está puesta al frente y sin volver atrás.
La vida nos presenta un mundo de autopistas con múltiples distribuidores, que nos invitan a elegir la vía que mejor nos parezca. Sin embargo, como dice Antonio Machado en su canción, “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Nada más sabio para decirnos que cada uno de nosotros somos los artífices y responsables del camino que elijamos en nuestra vida. Esto por supuesto, es un proceso en el que cada día vamos agregando distancias y eventos que nos permiten ir construyendo nuestra historia y nuestras realidades. No esperemos que los caminos estén libre de obstáculos, todo lo contrario, debemos estar prevenidos para sortear cada situación, cada momento triste y alegre, cada acierto y error, y cada trago amargo que debamos enfrentar.
Todo esto es la vida, y la manera de aprender a vivirla es seguir un camino recto que a pesar de sus curvas, no logre desviarnos del sentido que elegimos darle a la nuestra. Tropiezos, piedras, traspasos, golpes, puede tal vez parecer una montaña rusa que a veces nos coloca arriba, pero otras nos mantiene abajo, incluso la velocidad de sus eventos varía y eso nos puede distraer de nuestros objetivos. Lo importante es que estemos claros que no existe un guión que nos diga lo que debemos hacer, después de cada tropiezo podemos levantarnos y continuar el camino que escogimos. Nada nos debe desviar porque la vida se aprende viviendo, experimentando y superando cada una de las veces que caigamos. Este será el impulso necesario para que con mayor fuerza y decisión, continuemos construyendo lo que por convicción creemos debe ser la ruta que nos conviene para llegar a la meta y objetivos de vida que un día nos planteamos.
Hay algo muy importante en todo esto, y eso, es que debemos mantener vivo cada aprendizaje que saquemos de todas las situaciones adversas que tengamos que atravesar, desechando la carga de lo negativo de cada una de ellas, porque eso si es importante, aprovechar cada experiencia para fortalecernos como seres humanos y para enseñar con los aprendizajes que hemos obtenido a lo largo de nuestro camino.
Es importante tener presente que en la medida que avancemos, se irán generando interrogantes sobre lo que es la vida, su valor, la misión que tenemos, su significado, cuál es su verdadero sentido, entre otras tantas que debemos aprender a sortear y analizar, para que podamos avanzar sin que los miedos y el temor que estas generan, representen obstáculos que frenen nuestro desarrollo.
Por todo esto, es importante estar claros que existe un universo interno inmenso e ilimitado en el que nuestra imaginación y nuestros pensamientos, crecen cada día con cada una de las acciones que emprendemos, y que al final serán la razón de nuestra existencia. De la conexión que mantengamos con nuestro universo interior, dependerá la realidad con la veamos cada momento de nuestro existir y nos mantendrá conectados con nuestra verdad.
Que bonito es saber y darnos cuenta que vivimos la vida por etapas, y que cada una de ellas está llena de magia, de cosas maravillosas que nos sirven de transición hacia la próxima frontera que nos conectará con una nueva, y que cada etapa tendrá su propia particularidad que nos hará evolucionar hasta hacernos conscientes del porqué de cada una, y del verdadero significado de la vida. De la forma positiva con que veamos y vivamos cada etapa, dependerá la manera como terminaremos nuestro camino. Por eso, es determinante que establezcamos un equilibrio entre los elementos de la vida, la luz, el frío, la oscuridad, el silencio, el calor, el ruido, cada uno de ellos en constante movimiento, nos permiten disfrutar de la magia y la belleza del universo.
Todo es un constante dar y recibir. Pero mientras damos cosas buenas y maravillosas, la vida nos devolverá respuestas asertivas y agradables que nos permitirán seguir avanzando. De allí que encontrarnos con nosotros mismos tiene un valor incalculable. El alma, el cuerpo y la mente, necesitan descanso y momentos de paz, armonía, tranquilidad, silencio, soledad y afecto, entre otros. Esto nos permitirá establecer el equilibrio y la armonía necesarios para estar permanentemente en ON.
Nuestra vida debe ser propositiva y ascendente permanentemente, y debemos hacer un uso constructivo de nuestra libertad de pensamiento y acción. Así, tendremos la capacidad para sortear cada obstáculo que se presente, y de asumir con absoluta responsabilidad, las consecuencias de nuestros actos. Importante recordar que cada camino es distinto y cada persona lo recorre según sus propios criterios.
Siempre que emprendamos un camino, lo debemos recorrer paso a paso, no importa el medio que utilicemos, lo importante es tener muy claro el fin, los objetivos y las metas que queremos alcanzar. En el transcurso vamos a conseguir tal vez obstáculos, conoceremos personas que nos ayudarán o tal vez quieran impedir que avancemos, veremos una vida de experiencias que jamás nos habíamos imaginado, pero lo más importante, es que aprenderemos mucho de nosotros mismos y valoraremos con fortaleza, entusiasmo, sabiduría, coraje, atención, habilidades y tenacidad, cada experiencia y cada aprendizaje que estas lecciones nos dejen.
Cada distancia que decidamos recorrer la debemos hacer con plena consciencia. Cada ciclo de nuestra vida debe ser cerrado con agradecimiento por la experiencia obtenida. Cada momento de nuestra vida debemos darle gracias a Dios por la oportunidad, y debemos mostrar nuestro agradecimiento haciendo el bien en el resto del camino que nos falta por recorrer.
Sigamos recorriendo nuestro camino por la senda del bien.
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