Opinión

Hablemos hoy de: El Perdón

Lo mejor de perdonar, es sentir una hermosa paz que nos embarga y nos permite ver la vida con un color lleno de bendiciones, armonía y en equilibrio.
martes, 05 julio 2022

Un tema hermoso que está relacionado con la esencia del ser humano. Pero que también es complejo porque despierta mucha incertidumbre relacionada con su contenido, cuál es su verdadero significado?, quién perdona?, hay una clasificación de lo que se puede o no perdonar?, a quién se puede perdonar?. Estas interrogantes nos conducen a hacernos otras preguntas tales como, existe realmente el perdón?.

Uno de los peores errores que hoy estamos cometiendo, es utilizar la palabra perdón como si fuera algo muy simple y sencillo, tanto que incluso caemos en un pecado grave, porque colocamos a Dios en el medio de la acción. Es como cuando le decimos a alguien Dios te bendiga, y al voltearnos le proferimos una serie de epítetos desagradables que desvirtúan la acción que acabamos de realizar.

Debemos tener cuidado con esto, ya que estamos frente a una situación que involucra la naturaleza del hombre, y que por su importancia, tenemos que trabajar en función de una filosofía clara y real que nos lleve a asimilar, su verdadera connotación.

Perdonar significa lo que la mente de los seres humanos les dicte de manera asertiva y objetiva, ante una acción adversa en su contra. Puede ser una decisión de cambiar el rencor por el afecto, la venganza por el entendimiento, es liberarse del dominio de quien te causó el daño, es aplicar la comprensión, compasión, empatía, saber disculpar la ofensa de manera cierta, dejar pasar el momento y utilizar el tiempo en cosas constructivas, es cambiar nuestra conducta hacia quien nos hirió, es proferir buenos deseos a la otra persona, y principalmente, es liberarse de una carga negativa que nos afecta en la consciencia y en nuestro buen desenvolvimiento como personas de bien. Es recordar las enseñanzas de Dios, “perdónanos como también perdonamos a quienes nos ofenden”.

Lo mejor de perdonar, es sentir una hermosa paz que nos embarga y nos permite ver la vida con un color lleno de bendiciones, armonía y en equilibrio.

Debemos tomar en cuenta que perdonar no es frenar las conductas negativas hacia el otro, también es cambiar la conducta hacia lo positivo, que al final nos deja un mejor sabor, y nos conduce al verdadero compromiso por tener buenos deseos hacia quien actúa negativamente, aportando así, a que el otro piense y reflexione y no cometa nuevamente el error.

Muy importante es el beneficio que nos puede dejar el perdonar. Así como a nuestro entorno, ya que uno de sus efectos es permitir que las energías positivas fluyan de mejor manera, y el ambiente mejore de forma general a sí mismo.

En este sentido, en el momento que perdonamos a quien causó la situación, de la misma forma nos perdonamos a nosotros mismos, por toda la energía negativa que esa acción generó en nosotros. De esta manera nos liberamos de energías oscuras (rencor, resentimiento, dolor, ira, sufrimiento) que afectan nuestra mente, y no nos permite avanzar hacia una mejor vida. Nos allana el camino hacia lo que queremos hacer y lograr. Si no perdonamos, llega un momento en que la negatividad afectará todas las actividades y acciones, y no podremos avanzar sino hacia la frustración y el sufrimiento. Al perdonar, nuestro pensamiento se expande y se abre a lo bueno y bonito que el universo nos ofrece cada día

Luego del perdón recibiremos luces que nos permiten ser más generosos, amables, justos, los pensamientos serán más positivos y objetivos, será agradable compartir lo nuestro, la actitud hacia los demás será muy asertiva, podemos ver a las demás personas de manera clara, y con el mejor sentimiento como seres humanos, nos hará feliz ser más bondadosos, amables, generosos, y tener una mejor actitud hacia otros. Incluso nuestra salud mejorará, porque la energía que se genera en nuestro organismo, será totalmente renovada y positiva.

Si generamos relaciones de calidad, nuestra forma de ver la vida y de resolver situaciones que requieran del perdón, será mucho más sencillo y práctico para nosotros. Tendremos la capacidad para distinguir las mejores acciones para desarrollar aspectos que redundarán en la solución a circunstancias sencillas, pero que tienden a complicarse por la naturaleza del ser humano.

Cuando perdonamos nos acercamos más a Dios, y la actitud que se genera en nosotros de manera natural y humana, nos hace sentir su presencia en nuestras acciones, que son el reflejo de lo que en ese momento nos dicta el corazón, y de manera natural, resalta una mejor actitud hacia nuestro entorno y hacia la vida.

El perdonar nos regala mucha paz y encuentro propio. Pero no significa que aprobamos la falta, que justificamos el daño que nos causaron, que seamos indiferentes a esta acción, que permitimos que se aprovechen de nosotros, que no nos importe y lo olvidamos, que nos reconciliamos sin problemas, que no defendemos nuestros derechos, que no se castigue a quien ofende y se libere de sus actos sin pagar las consecuencias, y que somos indiferentes ante la actitud de quienes actúan de manera negativa.

Las cargadas energías negativas en las que se está moviendo el mundo en este momento, ha hecho que los seres humanos hayamos olvidado en cierta medida, lo que somos realmente y para qué hemos venido a este plano. Nuestra esencia se ha visto afectada por motivos muy negros que pretenden que la raza humana, se afecte a si misma sin importar las consecuencias que esto traerá para todos.

Pero, no debemos olvidar que el perdón forma parte de nuestra vida, y que es una acción tan hermosa y positiva, que reivindica al ser humano en su mejor expresión. Si perdonamos nos perdonamos, si nos amamos somos capaces de amar, si nos vemos como verdaderos seres humanos podemos reconocer a los demás como iguales, si creemos en Dios somos dignos de recibir sus bendiciones, si soy bueno no tengo porque practicar lo contrario, hay que perdonar para que quien hace daño pueda reflexionar y cambiar su actitud, cuando perdonemos lo debemos hacer desde lo más profundo de nuestro ser, solo así el efecto será positivo y real.

Cuando se nos haga difícil perdonar, pensemos en los actos negativos que Dios nos ha perdonado, y por lo tanto, perdonemos así no nos hayan pedido perdón.
Es mejor perdonar que caminar en el odio, porque el perdón nos sana.

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