Hablemos hoy de: El Equilibrio

Hablar de equilibrio en el ser humano en la actualidad, no es tarea fácil. Sin embargo, haremos el ejercicio de disertar sobre este tema tan interesante, y del cual depende la armonía en la que el hombre debe moverse, para que exista una balanza justa que no se incline hacia el lado adverso de las necesidades de la sociedad.

El equilibrio es un estado deseado por las personas, con el objeto de mantener su línea de vida en perfecta concordancia con sus realidades.

Significa estar en orden, en paz, en armonía, en justicia, en libertad de expresarse, de ser autentico, de practicar el bien, de ser solidario, de mostrarse de manera individual sin obviar lo colectivo, es mantener conectados la mente, el cuerpo y el espíritu, es manejar los hábitos de vida de manera correcta, es disfrutar de nuestro cuerpo cultivando la buena salud, es permitirnos unos minutos diarios de ejercicio, es disfrutar de las cosas buenas de la vida, es estar claros en quienes somos, es regalarnos muchas sonrisas y sentir la alegría que el universo nos regala cada día.

En definitiva, es un estado óptimo que debe encontrar el ser humano.

Hay formas de mantener un equilibrio interno que nos permita mantenernos en armonía con la vida.

Debemos ser proactivos, cultivar la cultura, pensar en positivo, regalarnos momentos de locura, tener objetivos y metas concienciadas, amar la familia, reunirnos con los amigos, sonreír de manera consciente, practicar la amabilidad y la humildad, evitar los conflictos y mantener la personalidad ante toda circunstancia. Nunca olvidemos que las buenas acciones alimentan el alma.

Practicar el perdón, tanto a nivel personal como en lo colectivo, también es una buena manera de alcanzar el equilibrio. Por lo tanto es importante desprendernos de los rencores y sentimientos negativos, para poder alcanzar un nivel significativo en nuestra espiritualidad y en nuestro desenvolvimiento como miembros de una sociedad.

Debemos ser agradecidos con las bendiciones que a diario recibimos, para sentir que el universo acompaña nuestros pasos por los caminos de la vida.

Para mantener el equilibrio dependiendo de las circunstancias, es importante tener un buen control de las emociones. Es así que desde el punto medio que nos mantiene en una sensación de paz, debemos manejar las alteraciones y los desequilibrios que se presenten para controlar las perturbaciones que influyan de manera negativa, en el estado de serenidad y balance en el que nos encontrábamos.

Retomar este estado puede ser complicado si no desciframos las claves que nos permitan encontrar de nuevo la paz y tranquilidad.

La inteligencia juega un papel primordial en el manejo de estas situaciones, ya que nos permite guiarnos a través de las realidades de la vida. Nos permite ver la diferencia entre lo que es real, y lo que deseamos como personas. Es analizar desde lo interno, todos los elementos que nos lleven a encontrar, un equilibrio personal.

Y aunque en teoría todo esto se lea con facilidad, nada más lejos del deber ser. Es un trabajo interno de profundas reflexiones y encuentros con uno mismo y con la realidad del mundo, que nos dice cada día que los tiempos se presentan con mayores complicaciones, es como si a los seres humanos no nos gusta la armonía y el equilibrio, pues no está oculto para nadie, que nosotros mismos no nos damos el permiso de ver la vida de manera sencilla y sin tantas complicaciones.

Solo con darnos el permiso de vivir en un mundo en el que se practiquen los valores más elementales de la vida, sería suficiente para vivir en un sistema que fue concebido para que todos tuviéramos oportunidades, y en el que nadie tenga razones para sentirse superior a otro, pues somos iguales ante los ojos de Dios.

Todo lo que afecte nuestras emociones se refleja en nuestro estado físico. Por tanto debemos encontrar las causas que generan desequilibrio en nuestra vida, bien sean internas o externas, y así determinar de manera objetiva las acciones a seguir, para superarlas y encontrar lo que realmente necesitamos para alcanzar la felicidad.

Hay oportunidades en las cuales debemos reconocernos como individuos, como seres únicos, entender qué nos hace sentir bien, pensar y actuar de manera individual, reconocer que no podemos permitir que la sociedad condicione nuestras actuaciones y forma de vida, que debemos recuperar la personalidad que nos lleve a ser más justos en todos nuestros actos.

Es encontrar el equilibrio que se nos ha perdido, para que actúe en nuestro favor. Así, nuestras acciones estarán enfocadas en el autoconocimiento y en nuestro crecimiento personal. Recordemos que desde adentro, podemos generar mucho más hacia afuera.

Si somos objetivos nos podemos dar cuenta que hoy en día la vida puede verse de una manera más fácil. La tecnología nos puede facilitar muchas cosas, sin embargo, para encontrar el equilibrio entre los diferentes contextos de nuestra vida, debemos mantener una conexión entre ellos, pues no nos desconectamos de nuestra familia durante las horas del trabajo, y tal vez, también tenemos en mente lo que se refiere a nuestro desarrollo profesional y académico.

Lo que si debemos hacer, es ser muy objetivos y manejar con mucho criterio cada uno de ellos. Ser justos en la medida de lo posible, y encontrar la línea que nos lleve a manejar el sentido de justeza necesario para alcanzar las metas en cada uno de ellos.

En la actualidad, frente a un mundo convulsionado por diferentes conflictos que afectan la vida de los seres vivos, pues no es falso que estos conflictos afectan a todas las especies que habitamos el planeta, debemos buscar un consenso que conduzca al establecimiento de acuerdos que nos permitan hacer un paréntesis, en función de la conservación de la vida en el planeta.

Solo con el concurso de cada habitante, con la mente clara en los intereses de la humanidad, dejando de lado el individualismo, pensando en el bienestar colectivo, en los principios de la vida (nacer, crecer y morir), en lo que significa la bendición de estar vivo, en que el mundo fue creado para todos, en que hacer el bien es mejor que la otra opción, en que la recompensa se obtiene por las buenas acciones y además te da tranquilidad, y que con solo pensar y actuar bien, estaremos aportando nuestra cuota hacia una mundo mejor y en equilibrio.

Alcanzar el equilibrio, es una decisión personal.

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