Hablemos hoy de: El Ejemplo

Los seres humanos venimos al mundo llenos de interrogantes relacionadas al por qué de nuestra existencia, pero llegamos maravillados por lo espectacular de descubrir la vida.

Llegamos desnudos, mojados, con frío, con hambre y de paso nos golpean, lo mejor de todo es que a partir del primer respiro, llega ese momento mágico en el que vienen a nosotros las caricias más hermosas de las manos del maravilloso ser que nos albergó por nueve meses en su vientre, una persona a la que llamaremos madre, y posteriormente, las de un señor al que llamaremos papá. Ellos serán nuestros guías, modelos y nuestro ejemplo.

Por alguna razón, ellos serán los encargados de ayudarnos a descifrar el por qué y para qué de nuestra existencia, nos enseñaran de donde provenimos y hacia donde iremos. Bueno, al menos harán el intento de ayudarnos a encontrar respuestas que a veces no encontraremos, o que hallaremos tantas que tal vez quedemos peor que al principio.

En oportunidades nos complicamos buscando respuestas sobre el para qué venimos a esta vida. Algunos piensan que venimos a encontrarnos con información pre existente que nos servirá para desarrollarnos y evolucionar, otros dicen que venimos a ser felices y vivir experiencias maravillosas que nos conducirán por distintos caminos.

Prefiero pensar que vine a vivir un regalo y una oportunidad extraordinaria de experimentar mi propia aventura, y que tendré la potestad de seleccionar los caminos que habré de seguir durante mi permanencia en este estupendo plano.

En la actualidad se está viviendo un momento histórico que contrasta con la teoría de algunos en relación al verdadero sentido de la vida. Este no radica en las riquezas que se puedan acumular, ni en la cantidad de bienes que lleguemos a poseer, tampoco en la abundancia en cosas materiales, estudios o títulos alcanzados, mucho menos en las posiciones de poder que hayamos obtenido, en lo que si radica nuestra verdadera riqueza, es en la calidad de personas que lleguemos a ser, a partir del cumplimiento de las leyes de Dios y el universo.

Una relación sana y de equilibrio con los elementos principales de la humanidad, es lo que nos enseñará el verdadero camino hacia la razón del por qué y el propósito por el cual, hemos venido a este mundo.

Este camino nos conducirá al agradecimiento eterno, por la bendición de visualizar las oportunidades que se nos brindan cada día al despertar, abrir los ojos y poder decir gracias señor por un nuevo día, haré que se convierta en él mejor día posible.

Esto nos alejará de ser personas que solo buscan el enriquecimiento de manera rapaz y miserable, sin importar las vías ni los medios, ni a quién despojan de lo poco o mucho que puedan tener.

Esto solo logra llenar un vacío de espíritu y las necesidades de una persona egocéntrica, que solo alcanza a alimentar sus carencias y problemas existenciales. Lo más triste es que este tipo de individuos, nunca logran llenar sus vacíos, pues mientras más logran, más quieren, porque la carencia de espíritu no se llena de esa manera.

Todo lo anteriormente expuesto lo podemos superar con disciplina y una conciencia clara en lo que queremos ser, y la forma correcta de cómo asumir nuestra propia evolución, por medios que nos permitan establecer relaciones de beneficio para todos.

Así podemos traspasar los planos que nos permitan tener una vida plena y llena de satisfacción, siendo buenas personas, buenos ciudadanos, mejores amigos, ejemplares hijos, excelentes padres, complacientes esposos (as), trabajadores con ética, y muy buenos hijos de Dios. Para esto nuestras acciones deben ser las mejores, pues solo a través de ellas, alcanzaremos la imagen que ansiamos.

Solo nuestras acciones nos pueden conceder una imagen a seguir. En oportunidades nos podemos sentir admirados, lo que nos genera una sensación agradable, la cual debemos aprender a manejar para no permitir que el ego nos haga una mala jugada.

Es allí donde debemos hacer una evaluación de lo que ha sido nuestra vida, y observar cuál ha sido la manera como hemos desarrollado nuestras acciones a través del tiempo, esto nos permitirá estar claros en qué tipo de persona soy, y como debo seguir atravesando el camino que me llevará a dejar la huella que quiero, y la imagen que recordarán de mí, una vez que traspase de plano.

Para ser recordado de la mejor manera, debo simplemente superar tanto mis expectativas como la de los demás, así como inspirar a través de mis valores y mi forma de ver la vida con sus errores y aciertos, ser muy objetivo y practicar lo justo y lo correcto, hacerme consciente de mis valores y consecuente con mis palabras, las cuales deben generar esperanza y ejemplo para otros, mantener un alto nivel de confiabilidad a través de la honestidad y la responsabilidad ante todos los actos de la vida, mostrar respeto ante todo y ante todos, con un comportamiento que permita ser recordado de manera sencilla, y ante todo, no formar parte de los círculos de corrupción que envilecen y enferman a los seres humanos, y los convierten en autómatas que van por la vida haciendo daño sin importar a quién ni de qué manera.

Si queremos un mundo mejor, en el que nos veamos como iguales miembros de una sola raza, si queremos ser quienes mostramos el camino, si queremos ver justicia en los hombres de este maravilloso mundo, si formamos parte de esta aventura no podemos dejar pasar la oportunidad de dejar una bonita huella, y si queremos que la historia nos juzgue de la mejor manera, solo debemos tomar la decisión de ser buenas personas, con un amplio sentido de la humanidad y un verdadero poder para dar, para compartir, para ser agradecidos por las bondades de Dios, para disfrutar el formar parte de tan maravillosa humanidad que está esperando solo un hilo para cambiar y convertirse en lo que verdaderamente somos, seres humanos de bien, y con los mejores sentimientos para aportar al crecimiento y desarrollo de una humanidad encaminada hacia la cima y la conquista de la vida plena.

Tenemos muchos ejemplos a seguir, seleccionemos el que más nos parezca y sigamos sus enseñanzas, para que de manera colectiva podamos construir un mundo ideal como el que Dios quiere que veamos.

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