Hablemos hoy de: El Ayer y el Hoy
El ayer es la razón de nuestro presente. Nos hace sentir vivos, nos dice cuanto ha valido la pena cada momento de nuestras vidas, nos invita a viajar gratis, nos brinda oportunidades para el mañana, nos mantiene el cerebro ocupado, y es el responsable del disco duro que allí se almacena, es quien mejor habla de nosotros, y es quien marca la pauta de lo que un día decidimos ser en la vida.
Pero luego nos encontramos con el presente, y este señor se encarga de que coloquemos los pies con firmeza en la tierra, nos dice que debemos bajar de alguna nube en la que tal vez hayamos estado montados sin alguna razón, nos dibuja la realidad, pues en el aquí y en el ahora, nos enseña lo que a nuestro alrededor sucede en el momento presente, nos indica el camino para corregir los errores, nos muestra en vivo lo que es realmente, nos ubica en el espacio y tiempo, y también nos dice, que es un momento de transición, pues existe otro tiempo que aunque sea desconocido, formará parte de la realidad, cuando abramos los ojos a un nuevo día y una nueva oportunidad.
He aquí la oportunidad y el momento para hacer un traspaso de lo viejo a lo nuevo, de mostrar respeto con el ayer, pero hasta cierto punto liberarnos de él. Curar las heridas, soltar los miedos, enmendar las fallas, llevar a la realidad nuestros pensamientos, y ver que todo puede ser mejor de acuerdo a las acciones conscientes que podamos tomar en consecuencia. Debemos reafirmar la confianza en nosotros y mostrar que al aprender la lección, podemos encontrar el nivel adecuado para realizar con mayor seguridad, todo lo que emprendamos en nuestra vida.
El ayer es muy importante, y los hechos que nos suceden en la actualidad, guardan una relación con el pasado que nos permite entender, las razones de algún hecho sucedido. Esto facilita comprender un poco más el presente, y hacer mejores proyecciones para el futuro.
Si ayer fuimos excelentes padres, esposos, amigos, grandes profesionales, ocupamos cargos importantes, buenos deportistas, formamos parte de organizaciones sociales, profesionales, cívicas, u otras, y en general ciudadanos de primera, quiere decir que hoy somos mejores que en el ayer, pues toda esta experiencia, nos permite hacer uso eficiente y efectivo de las metodologías y herramientas adquiridas, para que las acciones que emprendamos en el tiempo presente, lleven la etiqueta de la experiencia acumulada.
Hay una verdad que no podemos dejar de lado, y esta es, que el pasado o el ayer debe quedar en su sitio, no hay porqué estarlo moviendo hacia el hoy, pues esta acción no permite que se avance de manera oportuna en la vida. Si bien es cierto que en algunos casos nos sirve de referencia para muchas acciones del presente y nos prepara para otras del futuro, también es cierto que lo más sano es dejarlo donde está, para no anclarse en un tiempo que fue, pero que ya no será más.
Muchos dicen que recordar es vivir, y eso es muy cierto, pero no debemos olvidar que vivimos en el hoy que es un tiempo diferente, y que la evolución nos enseña cada día que lo que ayer hicimos de un modo, hoy existen miles formas de hacerlo diferente, y que todo está hecho en la medida en que el ser humano avanza, y con el tiempo, todo cambia.
Uno de los cambios que podemos evidenciar entre el ayer y el hoy, es la relación entre padres e hijos. La ruptura existente con el sistema pasado, en la cual los padres sobreponían sus decisiones a los hijos, hoy se ha visto cambiada casi en su totalidad. Esto supone un desafío en la familia y la sociedad, pues la mayoría de las conductas nuestras, fueron formadas en el seno del hogar y basada en valores y principios que fueron transmitiéndose por generaciones, y que garantizaban comportamientos acordes a la sociedad en la que nos desenvolvíamos.
Hoy en día la evolución nos ha llevado a cambiar métodos y formas en la educación de las familias. Las formas de estimulación que se utilizan durante el embarazo, han incidido en el desarrollo del ser humano desde el vientre, las nuevas tecnologías que se utilizan en casi todo lo que tiene que ver con la vida de hoy. Todos estos elementos, hacen suponer que la tarea de los padres y la sociedad, sea cada vez un poco más complicada, pues supone la adaptación a nuevos mecanismos que nos permitan estar a la par de los niños y jóvenes, aunque ellos siempre nos adelantan pues pareciera, por la forma y facilidad con que manejan estos sistemas, que nacen con un conocimiento previo de los mismos. Hay que hacer un esfuerzo para encontrar métodos y maneras, que nos permitan establecer una relación de equilibrio.
Un aspecto muy importante en un mundo tan cambiante, es mantener una imagen correcta, ya que los niños en general, utilizan principalmente el canal visual y son como esponjas absorbiendo todo lo que ven, escuchan y sienten.
En general, debemos ser agradecidos con el ayer. No olvidemos nunca que este señor es el más fiel reflejo de lo que hemos sido en la vida, que es la huella que cada día construimos, que es nuestra esencia, que nos permite viajar en el recuerdo, que nos imprime razones para seguir viviendo, que genera la energía para que cada día sigamos adelante con el pensamiento positivo, que es el piso que nos permite tener un hoy lleno de esperanza. Y, sin dejarlo de lado, el hoy, es nuestra realidad, lo que queremos ser y hacer, lo que mide nuestra fuerza, quien nos imprime la energía necesaria para resolver cada situación, plan, objetivo o meta propuesta.
Estos dos señores somos nosotros, y hay que seguir adelante honrando a uno, y agradeciendo al otro por la oportunidad cada mañana.
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