Opinión

Hablemos hoy de: Creo en las personas

Que tal vez no sean muchos, pero que cuando las reconocemos y mantenemos en nuestra vida.
martes, 09 julio 2024

Porque creo en las personas, te digo que la felicidad cuando se compra dando la espalda al mundo, no hay dicha que se pueda sentir ni placer que te pueda llenar.

Solo debemos dar una mirada al cielo y ver en él, la inmensidad del universo que nos invita a ser la esencia del perfecto individuo que creo Dios, y que trajo al mundo para hacer el bien y actuar a su imagen y semejanza.

Por eso, creo en la gente que se hace sentir, en la que expande su mente y entiende que para ser iguales, primero debemos aceptar que somos diferentes, que no existe nadie más en el universo igual a cada uno de nosotros, porque uno de los mayores regalos de Dios es habernos hecho únicos e independientes, creo en los que van tropezando y caen pero que igual se levantan y siguen detrás de sus sueños y anhelos en la vida, en los que pueden extraviarse o perderse porque al final terminan encontrándose a ellos mismos que es lo más importante.

Creo en las personas que de manera muy especial, muestran su humanidad de manera abierta y sin límites.

Aquellas de conciencia clara, con valores y principios que muestran solo con una palabra, que son alegres, sensibles, oportunos, gentiles, solidarios, y que por encima de todo, muestran su humildad en cada acción que emprenden en su vida.

Y en un primer plano me refiero a nuestro entorno más cercano. Y ese, es la familia.

La esencia de nuestra razón de existir, por quienes vivimos y forjamos futuro, por quienes trabajamos con ahínco y dedicación, por quienes sufrimos en algunos momentos, por quienes somos capaces de perdonar, por los que aprendemos muchas cosas en la vida, son ellos los que dirigen nuestra mirada hacia el horizonte siempre buscando su bienestar, por los que somos capaces de hacer cosas que nunca nos imaginamos, los que nos regalan felicidad, momentos gratos, con los que reímos y lloramos, nos divertimos, compartimos y nos hacen sentir vivos cada mañana al ver sus rostros o escuchar su voz.

Ellos son una pieza fundamental para que podamos creer en las personas.

Nuestra vida se enriquece con cada persona con la que nos relacionamos.

Es importante aceptar que en cada una de ellas hay un aporte a nuestro desarrollo y evolución, que nos engrandecen y nos ayudan a ser más objetivos en nuestros espacios, que son capaces de mirarnos a los ojos porque son reales, que al igual que nosotros tienen la capacidad de elogiar y reconocer en el otro sus capacidades y bondades, que reconocen sus fallas y errores, que son agradecidos, que saben pedir disculpas y a la vez regalar una sonrisa sincera, y que pueden reconocer que existen otras personas que con solo una palabra, pueden convertirse en parte de los que queremos una mejor humanidad.

Existe una realidad que no podemos ocultar, y es la que nos muestra la cara de muchos seres humanos que aún, no han entrado en la lista de las buenas y bonitas personas que existen en el mundo.

Sí, es una verdad que existen seres humanos que les gusta practicar la maldad, que no son buenas personas, que detestan ser buenos, que no creen en la gente, que disfrutan hacerle daño a otro, que son cizañeros, que no les gusta que los demás tengan éxito, que son envidiosos, y que en definitiva pareciera que hasta con ellos mismos son inconformes.

Pero este tipo de personas no nos pueden detener y hacer cambiar nuestra forma de ver, ser y actuar ante la humanidad.

Todo lo contrario, debemos aunar esfuerzos para hacer que entren en razón de los errores que cometen, de las oportunidades que se pierden al tener ese tipo de conductas, que existe un mundo maravilloso que pueden encontrar al cambiar su forma de ver la vida, que la humanidad no es enemiga de ellos, todo lo contrario, que existe en el universo gente maravillosa capaz de regalar alegría y momentos gratos, que hay que tener fe en las personas porque hay mucha gente buena y con muy buenas intenciones.

Que tal vez no sean muchos, pero que cuando las reconocemos y mantenemos en nuestra vida, se convierten en un imán que atrae a otras, enriqueciendo así a nuestro entorno de personas valiosas.

Son pocas las personas que existen con esas características, sin embargo las hay y viven en un mundo de mentiras y engaños.

Por tanto, y como seres que buscamos un mundo mejor, debemos hacer todo lo posible por prestar nuestra ayuda para que puedan ver con claridad y objetividad, los errores que están cometiendo, y se den el permiso de reflexionar sus conductas y orientarlas hacia los buenos caminos donde la maldad, el desinterés, el egoísmo, lo efímero y otros aspectos negativos, no ocupen sus espacios y permitan que su ser despierte a la vida, al desarrollo, la evolución, el encuentro principalmente consigo mismo, para que puedan abrirse a los demás de manera asertiva.

No podemos perder la fe en las personas, hay muchos de buen corazón, de buenos pensamientos, con excelentes intenciones, muy valiosos, de muy buenos sentimientos, agradecidos, con una visión inmensa de la vida, y con una capacidad extraordinaria para compartir sin interés, sus capacidades para quien las necesite.

No podemos menospreciar a nadie porque la vida da muchas vueltas.

Te deseo que sigas siendo mi gran amigo, te propongo que mantengas siempre la alegría de tener a alguien con quien contar, conversar, y compartir tus cosas, que consigas lo que quieres, que mantengas vivos tus recuerdos, que guardes y conserves los momentos más gratos de tú vida, y que por encima de todas las cosas, te valores y creas en ti, y así, a pesar de las decepciones, nunca dejarás de creer en las personas.

Saben a qué se denomina Edadismo?

A la discriminación de las personas según la edad.

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