Hablemos hoy de: Altruismo
Cuando ya se ha superado la cifra de los 8.000 millones de habitantes en el planeta Tierra, se puede observar con escepticismo y profunda preocupación, que la conducta de los seres humanos ha ido en decadencia.
Tal vez porque cada vez se acentúa más la lucha por los intereses de particulares y de grupos que ostentan el poder económico principalmente, o porque las políticas de los gobiernos no centran su atención en la solución de los principales problemas que aquejan a sus ciudadanos, aumentando de manera exponencial el individualismo, trayendo como consecuencia que cada persona busque la manera de resolver sus propias situaciones sin importar la forma o manera ni a quien afecten, ocasionando así un importante deterioro en la evolución de la sociedad mundial.
A esto se suma la crisis que atraviesa el mundo y sus ciudadanos en la actualidad. Y para mayor tristeza, el aumento sin freno de la pobreza.
Está demostrado que no hay cumbre, reunión, encuentro, congreso, acuerdos, planes e iniciativas individuales o colectivas, en función de la erradicación de la pobreza, que haya traído resultados que puedan ser medibles de manera objetiva.
Es mucho lo que se ha escrito, lo que se ha dicho, las fechas, tiempos o cronogramas establecidos para el alcance de metas, y a la hora de evaluar, han sido muy bajos los resultados obtenidos.
Es importante reconocer que estos planes no solo no han beneficiado de manera bien significativa a las personas, tampoco lo han hecho con todo lo que al ambiente y lo natural se refiere.
Un mundo indolente tal vez, pero ante esto siempre hay una luz que alumbra la vida de algunos seres humanos especiales, que sin interés alguno de por medio toman la decisión de aportar desde lo humano y a través de sus capacidades y conocimientos, para beneficiar a los seres más necesitados cuya cifra crece cada día.
Son personas con una característica muy importante que se basa en sus valores y principios, y es que poseen un gran corazón.
Su capacidad para sentir, reconocer, y aportar a las necesidades de otros, supera en ocasiones lo que ellos mismos poseen, pero es tan grande su deseo de ayudar, que solo escuchan la voz del alma y su consciencia, y toman decisiones desde lo interno con un intenso ánimo y motivados por el amor hacia el prójimo.
Decía el filósofo Seneca que “gran parte de la bondad que vemos en el mundo es el resultado de quien se esfuerza diariamente por hacer el bien”.
Muchas de las personas a las que nos referimos tienen una característica que los hace especiales, y es que son personas altruistas.
Podemos definir el altruismo como una tendencia, interés, deseo, disposición a procurar el bien de las demás personas de manera natural y sin interés alguno de por medio, incluso en oportunidades, por encima de las mismas de quien la practica.
Es un deseo interno de ayudar sin sentirse obligados por ningún motivo. Es una manera de vivir una bonita y positiva experiencia de empatía.
Nuestro día-día está lleno de momentos de altruismo, cuando ayudamos a alguien en la calle, a un familiar, un vecino, no necesariamente con dinero, sino con cualquier acción que vaya en beneficio de quien lo recibe.
El altruismo es una característica del ser humano que ha sido estudiada por especialistas. Algunos piensan que es una conducta aprendida, otros que tiene una relación biológica o natural.
Ambas posturas son totalmente válidas, ya que existen personas que sienten desde lo más profundo de su corazón, la necesidad de aportar a solucionar situaciones que afectan a otros, pues tienen una sensibilidad amplia y sus respuestas son totalmente naturales.
Otros lo hacen por observación, han sido testigos de algunos actos de personas altruistas, que de manera simple y natural apoyan a otros que en muchos casos son desconocidos, lo más importante para ellos es simplemente ayudar, aportar, permitir que el otro reciba una ayuda, un aporte, o algo que les permita solucionar en parte o gran medida, la necesidad que les apremia.
Así se permiten copiar estas conductas, y se les despierta el interés, la necesidad y la sensibilidad por ayudar a otras personas, lo que los hace sentir satisfechos y genera en ellos una sensación de agrado por su buena conducta.
Las personas que practican el altruismo generan un gran impacto social. Esto por el aprendizaje que producen con sus buenas conductas, ya que quienes observan se permiten reflexionar y ver los beneficios que estos alcanzan, en muchas oportunidades con acciones pequeñas que representan para quienes los reciben, grades significados.
El altruismo fortalece a quienes lo practican, generan buenas respuestas de quienes lo reciben, funciona como un medio de inclusión, promueve los vínculos sociales, facilita la cooperación, demuestra la capacidad ética y moral del individuo, es una muestra de solidaridad y de la capacidad para dar que tenemos los seres humanos.
Además, nos ayuda a comprender que todos somos importantes y que nuestra vida vale tanto como la de los demás, que todos tenemos derechos, permite que se forme una visión justa del concepto de igualdad, y nos conduce a vernos de una manera más humana, y a cambiar nuestra actitud ante la vida y a ser mejores ciudadanos del mundo.
El altruismo nos hace más humanos.
Sabes que significa la palabra Estolidez?
Insensatez, estupidez, falta de razón.
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