Hablemos hoy de: A los amigos
Un día llegamos al mundo, abrimos los ojos sin poder ver realmente, lloramos, respiramos aire externo al lugar que nos cobijó durante un tiempo importante, y hacemos que otras personas se sientan felices y satisfechas por vernos nacer.
Es el inicio de nuestra verdadera historia, el día uno que marcará nuestro recorrido por el tiempo que habremos de permanecer en este maravilloso plano llamado vida.
Y con el paso del tiempo evolucionaremos y creceremos, iremos transitando cada una de las etapas de nuestra vida y dentro de ellas, una tan importante que marcará nuestro devenir por el mundo, la gratitud a Dios por encomendarnos la tarea de venir al universo de los vivos, a nuestros padres por habernos regalado el don de nacer, a los hermanos que estarán antes o después de nuestra llegada, y a un grupo de personas que seguro serán muy especiales para nosotros, y se llaman amigos.
La familia siempre marcará la diferencia en tú vida, pues estarán a tú lado o muy cerca en cada momento y episodio de tu camino, pero entre los kilómetros que recorrerás, aparecerán las personas que llegarán a significar mucho y en oportunidades podrán incluso sustituir a un integrante de tú círculo familiar, o se convertirán en parte de ellos.
Sí, son los amigos que llegarán, que te demostrarán grandes cosas y que algunos se quedarán.
Pasarán a formar parte de una de las riquezas más grandes que pueda tener el ser humano, pues muchos de ellos te acompañarán durante el camino de tú proceso de evolución desde tus inicios.
Y son ellos, los que te inspirarán en muchos casos, para que alcances las metas y objetivos que te propongas alcanzar en tú vida.
Algunos incluso te podrán fortalecer para que seas lo te propones, te servirán como bastón en muchos casos, sabrán escucharte y aportarán ideas a tú intelecto, serán tus compañeros y confidentes, y en muchos casos por qué no, podrán llegar a ser la persona más importante que complemente tú vida, pues pasarán de ser mejores amigos a ser tú pareja. Esposa o esposo.
Los amigos de corazón te impulsan, celebran tus éxitos, te acompañan en tus caídas, pueden llorar contigo, están presentes de cualquier manera porque ni las distancias los separan realmente, te regalan tiempo efectivo cuando se comunican, siempre hay temas para conversar, te cuentan su vida y saben escuchar la tuya, y los más importante, es que el respeto es lo primordial.
Y lo hacen porque entienden que cada uno tiene su propia vida.
Una persona que entiende lo que es la verdadera amistad no hace nunca nada que vaya en contra del otro, no lo engaña, no le ofrece lo que sabe que no le puede dar, sabe utilizar el no, es solidario, sincero, amable, comprensivo, correcto, no olvida ni reclama, sabe pedir explicaciones de algo que no está bien, siempre tiene un buen concejo, una palabra de aliento, comparte sus sonrisas, sus alegrías, el éxito, las caídas, acompaña sin importar cuál sea la situación, está pendiente, y siempre está dispuesto.
Ah, pero no nos podemos engañar y debemos estar claros en que no todos son lo que aparentan muchas veces, pues tal vez en oportunidades hemos tenido que vivir desengaños y traiciones, producto de la falsedad, la envidia, el oportunismo, la ausencia de carácter, el egoísmo, la mentira, la falta de sinceridad, de transparencia, de estar claros a la hora de enfrentar situaciones que tal vez no sean como tú las quieres.
Lo importante de todo esto, es que tenemos que alcanzar la madurez necesaria para entender que estas situaciones no nos pueden hacer cambiar nuestra personalidad, que debemos ser más inteligentes y manejarlas con prudencia, para sacar de las mismas los mejores aprendizajes que nos harán crecer en nuestro intelecto para el manejo de situaciones similares, pues tal vez su misión era enseñarte que no en todos podemos confiar, y por eso simplemente les damos las gracias y pasamos la página.
Los verdaderos amigos son personas mágicas que simplemente aparecen.
De manera sencilla se ganan tu afecto y confianza por su transparencia, su fluidez en la comunicación es mágica y sutil, te confían lo bueno y no tanto de sus vidas, en sus relatos te das cuenta que eres afín a algunos de ellos, son capaces de descubrir tu mundo en muy poco tiempo, te muestran sinceridad y su sola presencia brilla, te muestran gentileza humana y capacidad para entenderte y protegerte, están allí para brindarte simplemente su amistad, su capacidad para compartir, para entender, y para estar cuando los necesites en cualquier circunstancia de la vida.
Te aceptan como eres y si pueden, te ayudan a sostenerte o cambiar paradigmas en tú vida. Con solo mirarte son capaces de descubrir que hay algo que o está muy bien, o simplemente no lo está.
Y siempre encuentran las palabras mágicas que se convierten en alivio para tu ser.
Que grande es encontrarse con quienes compartieron tú niñez, tu adolescencia, tú juventud, tu universidad, tú madurez, y hoy acompañan tú vejez.
Es algo mágico y placentero, es emocionante, indescriptible la sensación que se siente cuando entablas un viaje por el recuerdo con alguno de ellos, cuando descubren que el tiempo no ha pasado pues en el pensamiento están vivas todas las maravillosas vivencias de la época, cuando se siente el abrazo sincero del amigo, del convive, compinche, confidente, cómplice, de quien te acompaño en tus andanzas de muchacho, del colegio, liceo o universidad, de quien un día te despediste porque seguirían rumbos diferentes, y de quien sin importar el titulo o la posición que ocupe en la actualidad, lo seguirás llamando por su apodo o su nombre de pila.
A mis amigos les expreso mi respeto, mi estima, mi sinceridad y mi afecto, y les doy gracias por formar parte de la maravillosa vida que el universo me ha regalado, en especial a mi principal amigo, Dios.
¿Sabes qué es un Panegírico?
Los elogios o los cumplidos que se dedican a algo o alguien.
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