Opinión

Guayana, el Orinoco y sus dragas

Es navegable en toda su extensión; los barcos de mediano calado, pueden hacerlo hasta Ciudad Bolivar, y los de mayor calado, sólo hasta Matanzas.
jueves, 13 agosto 2020

¡El río Orinoco es imponente! Una de esas tantas maravillas que tiene Venezuela. Es como un gigantesco cuadro de hermosos paisajes, con ricos manglares, bordeado en mucho, por una glamorosa y verdísima selva tropical.

Este río, el tercero más caudaloso del mundo, con 33.000 m3/seg., tiene 2.140 Kms. de longitud; nace en la sierra Parima, cerro Delgado Chalbaud, a 1.047 msnm, y desemboca en el Océano Atlantico, formando un extenso delta de 300 kms., con cientos de caños. Este, el padre de los ríos de Venezuela, es navegable en toda su extensión; los barcos de mediano calado, pueden hacerlo hasta Ciudad Bolivar, y los de mayor calado, sólo hasta Matanzas.

Tiene dos canales navegables: uno que va desde El Jobal (puerto de la Bauxita) hasta Matanzas, con una longitud de 634 kilómetros. Por él, navegan motoempujadores con trenes de gabarras, fundamentalmente, para el transporte de la bauxita. Este segmento del canal, solo es navegable por dichas embarcaciones ocho meses del año.

El segundo canal y el más importante, es el que va desde Matanzas a la Barra (desembocadura); mide 361 kilómetros. Es navegable durante todo el año, por barcos de hasta 65.000 toneladas. Sin embargo, hay tramos de ese canal que requiere dragado (limpieza de sedimentos).

Este hermoso río, es también, motor del desarrollo de Guayana y autopista fluvial que comunica esta region con el mundo.

Una de las historias de Guayana, comienza así. En 1927, el señor Eduardo Boccardo obtiene del Estado, 22 concesiones para explotar mineral de hierro; en 1.933, la Bethlehem Steel Corporation, compra al Sr. Boccardo, por un millón de bolívares (BS. 1.000.000), el derecho u opción a las 22 concesiones, que luego se reducirían a 16.

En 1941 comienza la construcción del ferrocarril Palúa- El Pao, la infraestructura de esos dos poblados y la del Puerto de Hierro, que habría de ser, el puerto de transferencia, localizado en el estado Sucre.

En 1951 se efectuó el primer despacho de hierro desde Puerto de Hierro, hasta los EE. UU. El transporte de hierro entre Palúa y Puerto de Hierro, se hizo utilizando 7 barcos de 7.000 toneladas cada uno, denominados, “Puntas”. El Punta Aramaya, por ejemplo, fue uno de ellos.

Por su parte, la United State Steel Corporation, a través de su subsidiaria, la Orinoco Mining Company, también había venido construyendo los poblados de Ciudad Piar y Puerto Ordaz, incluidas, instalaciones mineras en el primero y portuarias, en el segundo.

El 3 de julio de 1.ñ950 la Junta Militar de Gobierno, creó una comisión interministerial para determinar si la exportación del mineral de hierro se efectuaría vía río Orinoco o por vía férrea, pasando por Ciudad Bolivar hasta Guanta, puerto de aguas profundas. La Comisión determinó hacerlo vía fluvial, después de un exhaustivo análisis y de escuchar la opinión de la Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar, para entonces, presidida por el Natalio Valery, y así lo aceptó la Orinoco Mining Company.

Fue entonces cuando esta empresa contactó a la National Bulk Carrier (Daniel K. Ludwig) para que construyera una de las dragas más grandes y modernas del mundo, la Draga Icoa, lo cual se realizó en los astilleros de Kure, Japón; la misma llegó a Venezuela, en agosto de 1961 y el 14 de ese mismo mes, comenzó sus operaciones bajo la dirección de la Universe Tankship Inc., subsidiaria de National Bulk Carrier y representada en Puerto Ordaz, por Luiggi Oletti.

El río Orinoco se convirtió en uno de los principales eslabones de la cadena productiva del mineral de hierro, acero y aluminio. Por dicho río, también entró el gran caudal de máquinas y equipos que se utilizarían para industrializar a Guayana. Desde 1961 hasta 1976, esta draga, por si sola, conservó abierta esa vía fluvial, a la navegación de buques de gran calado, realizando una inmaculada labor de limpieza de sedimentos.

El 1 de enero de 1.976, la Orinoco Mining Co., dueña de la Draga Icoa, fue nacionalizada y en 1.981, la Ferrominera del Orinoco C.A., presidida por el Ing. Anibal La Riva, como dueña que era de la Draga Icoa, hizo su traspaso formal al Instituto Nacional de Canalizaciones (INCANAL) y ahí comienza el via Crucis. Desde su inicio, la administración del INC, comenzó a darle un mantenimiento irregular y deficiente al canal y sus equipos, incluido la Draga. La misma fue llevada, para su mantenimiento, a diques secos, sin la experticia ni los recursos necesarios para esa labor, como son los de Curazao y Cuba, y es así como declina aceleradamente sus niveles operativos y su efectividad. Por esta falta de rendimiento, se adquiere e incorpora una nueva Draga del mismo estilo, pero de menor capacidad: la Draga Río Orinoco.

De inmaculada, muy pronto paso a despojo flotante, mientras, por su parte, la Icoa se hundía. La labor de la nueva draga, la Río Orinoco, tuvo que ser reforzada por una tercera Draga provista solamente por un sistema de tolvas, que si bien es útil para trabajar en puertos, resulta muy ineficiente para limpiar el canal del río Orinoco. Esta nave tuvo igual final.

En el año 2010, estas dos (2) dragas fueron enviadas a dique en Cuba, para su recuperación, y ese sería su viaje final.

Regresaron a Venezuela y muy poco tiempo después, fueron fondeadas frente a San Felix y luego en Matantanzas, donde encontrarían el lecho del río como última morada, abandonadas sin pena ni gloria. Después de esta debacle y ruina, la CVG crea una empresa mixta y sus socios son INCANAL y la empresa “China Comunications and Construction Company”, (CCCC), (el Sr. Jose Khan, presidía la CVG) y en Agosto del 2011 arriba a Venezuela la Draga Xin Hai Hu. Su desempeño dejó mucho que desear toda vez que la labor de hidrografía (supervision) fue esporádica y mediocre.

A partir del año 2018, asume el mantenimiento del canal, una empresa curazoleña denominada SIDUTRADE N V, y cuyo objeto es el de “Compra, venta, adquisición, importación y exportación de productos derivados del acero…”; los términos del contrato que fue celebrado por un (1) año, establecía que debía mantenerse la profundidad del canal, en treinta pies (30′), diez pies (10′) menos que el del diseño original.

Hoy tenemos un canal muy mal mantenido, disminuida su capacidad, con puntos críticos como los de Punta Aramaya, Punta Yaya, etc., y unas 50 millas sin boyas, en la desembocadura, por lo cual los pocos barcos que aún vienen, tienen que fodear en la milla cero, a esperar el amanecer, para reanudar su curso de navegación, con enormes pérdidas para sus cliente (CVG), que deben pagar montos millonarios por demoras.

El Instituto Nacional de Canalizaciones es responsable por diseñar (ingeniería), y llevar a cabo todos los trabajos de dragado, en puertos, vías fluviales y lagos de Venezuuela. Sin embargo, los resultados han sido desastrosos, por lo que se impone revisar ciertas políticas y estrategias, como por ejemplo: ¿Debemos seguir manteniendo el Canal del río Orinoco con la gran parafernalia de dragas, equipos de hidrografía, mantenimiento de boyas, y hasta una estación de transferencia, o por el contrario, deberemos recurrir a la construcción de una vía férrea hasta Guanta? Esta vez, los números deben dar la respuesta.

Entendamos también que ICANAL, institución del Estado, responsable por el diseño y mantenimiento de esa vía, continuamente cambia sus cuadros altos y medios de direccion, cuyos sustitutos, además, son seleccionados con erróneos criterios, y por lo tanto, no pueden garantizarle al país, un servicio profesional y confiable. Anotemos, adicionalmente, que cualquier servicio de esta naturaleza, río o ferrocarril, no podrá estar nuevamente gerenciada por el sector público, gobierne quien gobierne.

Nota: El Capitán de Fragata de la Armada Española, Francisco Herrera Garcia, (exiliado de Franco), fue el primer oficial de marina que llegó a Palúa, San Felix, Venezuela, en 1946, contratado por la Iron Mines Compañy, para emprender, con un equipo especializado, los primeros trabajos de hidrografía (estudios de caudal, profundidades, lechos, sedimentación, etc.) y señalización (colocación de boyas), en el rio Orinoco. Por su parte, el autor, fue Oficial (Sala de Maquinas) en la Draga Icoa, entre los años 1965 y 1970.

 

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