Opinión

Golpe de Estado a la CVG

Sin el cumplimiento de estos factores, (legislar por consenso, controlar con sensatez, recaudar con honestidad y garantizar seguridad jurídica a toda costa), no habrá inversión privada posible, ni recuperación del país, alguna.
jueves, 08 septiembre 2022

El 31 de agosto de 2022, el diario PRIMICIA publicó: “Ministro de Industria y Producción Nacional, junto al Gobernador del estado Bolívar, declaran la creación de un Órgano Superior Industrial en Guayana”; posterior a este anuncio, el ciudadano gobernador pronunció un discurso sobre el bien andado tema de la “Sustitución de importaciones”.

Sin más preámbulo, cabe preguntarse: ¿No son las funciones de ese pretendido nuevo Órgano Superior Industrial (Osig), las mismas que hoy corresponden a la CVG? ¿O lo eran, y ya no lo son?

¿Nos hemos olvidado acaso, que el gigante desarrollo de Guayana, en materia de hidroelectricidad, de siderurgia, incluidas la minería de hierro y briqueteras, la industria del aluminio, de la madera, minería de oro, puertos y canalización del Orinoco, aeropuertos, desarrollo humano, vial, urbanístico e industrial, se debió todo a esa CVG que hoy pretenden disminuir, apartar o sepultar? ¿Seremos capaces de olvidar, todo lo que la CVG hizo por Guayana y el país? Hay una realidad chocante, pero evidente, que viene arrastrándose desde 1999 y ella tiene que ver con la multitud de instituciones, particularmente, las relacionadas con el sector productivo, que han sido acorraladas y sistemáticamente, condenadas al raquitismo y eventual cierre de muchas de ellas.

Las erróneas y perversas políticas, de un estado, omnipotente y autoritario, pero aturdido e incapaz, han sido las responsables de ese abatimiento económico que tanta desinversión, desempleo y miseria han generado.

También, la CVG, desde 1999, ha sido una víctima, en parte, por esas desorientadas políticas que la han hecho venirse a menos y por la ausencia de un sabio y recio liderazgo gerencial que no supo o pudo evitar la radical desinversión, propició la ausencia de proyectos y generó los desafectos y virulento antagonismo político de este gobierno con la democracia.

Todos estos factores llevaron a la CVG a su actual condición de “cascarón vacío”.

Por otro lado, la demagógica y desnaturalizada dirección que desde 1999 vivió, en un torcido compromiso con la corrupción, planificó e inició unos pocos, pero costosos proyectos, todos fallidos, como por ejemplo, la construcción de la planta de pulpa de papel, en el sur de Monagas, que hoy se exhibe como un gran monumento a la derrota.

Habría que añadir el bosque de Uverito, planificado y decretado por el propio Hugo Chávez, para alcanzar los dos millones de hectáreas que además que no se materializó, de seiscientas mil hectáreas sembradas de pino Caribe que existían, decreció a menos de cien mil.

Hoy 50 % de las acciones de esa abatida empresa (Proforca), fueron vendidas por unos míseros dólares, a una compañía turca que ni posee los conocimientos técnicos, ni el capital necesario para hacerla crecer hasta los niveles, alguna vez planificados; también yace como duende, los restos de una obra carcomida por la corrupción, como es el tercer puente sobre el río Orinoco, en ese importante pueblo de Caicara.

Por otro lado, está Sidor, quien en manos privadas (Consorcio), llegó a producir 4,3 millones de toneladas por año, fue nacionalizada, y en manos del Estado, su producción se redujo a menos de un millón de Ton./año.

Hoy, algunas de sus plantas se encuentra en estado ruinoso, devastadas, sin recursos humanos debidamente formados, sin recursos financieros para recuperarse y sin la necesaria determinación política para reflotarla.

Edelca, la que alguna vez (en la cuarta República) fuera una de las vedettes de la CVG, fue separada de esta y adscrita a Corpoelec, actualmente su poder de generación disminuyó a menos de la mitad.

La falta de visión y de inversión, no solo impidió su crecimiento, con la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas (alto Caroní y río Paragua), sino que ni siquiera se realizó el debido mantenimiento para sostener los niveles nominales de generación de energía.

Hoy, la otrora “Gran CVG”, recibe un tiro de gracia, con la creación de Osir, esa organización paralela.

¿Y es que puede alguien creer, que por cambiarle el nombre a sus instituciones, automáticamente se incrementará la productividad? ¿O será ésta una guerra intestina que no desean enfrentar de otra manera? Sea lo que sea, no habrá crecimiento económico, pero sí, mucha frustración.

El Estado debería haber aprendido ya, que la producción, se da cuando ella está en manos del sector privado; que su función es legislar por consenso, controlar con sensatez, recaudar con honestidad y garantizar seguridad jurídica a toda costa.

Todo esto generaría la confianza y estabilidad necesaria para la obtención de capitales, particularmente, extranjeros y sin el cumplimiento de estos factores, no habrá inversión privada posible, ni recuperación alguna.

En cuanto a la tan pregonada “sustitución de importaciones”, ¿no fue ese el objetivo que nos llevó a crear un Instituto del Hierro y el Acero, renombrado posteriormente como Sidor, cuyo fin era sustituir la importación de cabillas, tubos, planchas, hoja de lata, etc.? ¿Y no fue ese el objetivo, de crear la industria del aluminio, para producir aluminio primario que generara divisas, produjera perfiles, tubos, conductores electricos y laminados de todo tipo?

¿No fue esa la intención de construir las Petroquímicas, para producir derivados del petróleo que sustituyeran las importaciones de abonos químicos para impulsar la agricultura y la producción de materias primas para plásticos, entre otros?

Lo mismo ocurrió con la madera, el carbón, los componentes automotrices, farmacéuticos, y los alimentos de todo tipo.

La lista de industrias construidas a lo largo de muchos años, es muy larga, con gran participación del capital privado y público, la contribución de muchos conocimientos, creatividad y esfuerzo.

Todo ese capital natural, financiero y humano ya no existe.

Ahora, nuevamente escuchamos voces desafinadas que otra vez hablan de “sustitución de importaciones”. Sí, creo que es moralmente necesario el arrepentimiento y la reconstrucción del país.

Den el nombre que quieran: sustitución de importaciones, recuperación, u otros; es mucho el sufrimiento infligido, los daños causados y las pérdidas habidas; reparemos lo que es posible, pasemos la página y reconstruyamos la nación, en democracia, con libertad y justicia, pero hagámoslo.

“La libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio social”. John F. Kennedy.

CE.mgarciat84@gmail.com.

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