Opinión

Fospuca… 

La gente de Ciudad Guayana  necesita un buen operador privado para el manejo de los desechos sólidos y NO, un  "exterminador" de la tambaleante economía del comercio y de la industria local
jueves, 12 enero 2023

Los ciudadanos de Ciudad Guayana necesitan una o más empresas que puedan, quieran y sepan recolectar, transportar y PROCESAR los desechos sólidos, o basura; una empresa que también, utilice criterios de equidad en la aplicación de tarifas y que entienda, que la recuperación de su inversión, debe ser a largo plazo.

Nuestra ciudad, igualmente precisa de un ente gubernamental imparcial, equilibrado y justo, para mediar entre el pueblo, que es el cliente y esta empresa, que no actúe como monopolio.

Hagamos memoria de algunos hechos. Hasta hace muy poco tiempo atrás, nuestras avenidas, calles y plazas, estaban todas, llenas de desechos sólidos. Los recogían un día y los nuevos desperdicios, se acumulaban nuevamente, hasta ser retirados otra vez, varios días o semanas después.

Brotaban “cambalachitos” por todas partes, que por cierto, se convertían en objeto de festines para bandas de zamuros, perros callejeros y ratas Lamentablemente, también participaban seres humanos en situación de calle, parias de este gobierno.

La falta del buen servicio de este género, está siendo remediado por quien ha resultado ser una muy controversial empresa: FOSPUCA. Y es controversial, no por sus aparentes buenos servicios, sino por sus muy injustas tarifas.

De hecho, lo que el sector más afectado y políticamente más vulnerable solicita, son TARIFAS RAZONABLES,  EQUITATIVAS Y JUSTAS. Esto quiere decir que el establecimiento (industria o comercio) o morador de una vivienda, debe pagar por el “servicio efectivamente recibido”; esto es, por el volumen o peso de los desperdicios generados; nunca por los metros cuadrados del local ocupado o por la condición social o económica del cliente.

Cobrar el genuino servicio así tasado, es JUSTICIA; lo que solicita este sector de la población, es un trato similar al que se le da al cliente de un abasto: Este paga por el kilogramo de caraotas que adquiere y no por la cantidad de ceros de su chequera, o por el costo de la ropa que viste.

¿Qué tiene que ver la dimensión de un local con la cantidad de basura generada? Ejemplo: una joyería de 100 metros cuadrados, genera no más de un (1) kilogramo de basura diaria, mientras que una familia de 5 miembros, habitando una vivienda de iguales dimensiones, producirá unas cinco (5) veces más desechos.

¿Cómo explicar entonces, que dicha joyería pague trescientos dólares mensuales ($ 300), mientras que la vivienda antes señalada, no pagará monto alguno, si está localizada en Chirica o veinte dólares ($20), si está ubicada en Los Altos.

Esta es la extraña forma de pensar de un anacrónico socialismo y de quienes a él, se asocian.

Se entiende que la economía del país atraviesa por una de sus más severas crisis. Por ejemplo: la tasa de desempleo es superior al 50 %; los salarios, para un 90 % de la población, son de los más bajos del planeta.

Cuando la canasta básica está en el orden de los 490 dólares aproximadamente, el salario básico de la gran mayoría, oscila entre $ 7 y 50 dólares mensuales. Se calcula que en Venezuela, la pobreza está en el orden del 8 % y la  extrema, en 75 %.

Hemos vivido el período hiperinflacionario más largo y severo de nuestra historia, y aunque hoy está técnicamente finiquitado, aún rondamos una inflación del 200 % anual, que sigue siendo una cifra extrema.

Tenemos un comercio informal, creciendo y sin control. Por otro lado, uno de los más desmoralizadores y graves aspectos de esta crisis, es el catastrófico, agobiante y continuado matraqueo (corrupción) al comercio, fundamentalmente, con secuelas devastadoras para la sociedad.

Adicionalmente, poseemos una moneda en continuo proceso de  devaluación y un Estado colmado de empleados públicos, la mayoría de ellos, improductivos, que conforman una abrumadora, costosa e inoperante burocracia, una especie de gandulería organizada, que todos los días hace más difícil el poder alcanzar medianos niveles de productividad.

Como bien lo saben hacer las izquierdas, se incrementa periódicamente los impuestos municipales y nacionales, en detrimento de la economía de la institución productiva.

Además, falta la gasolina y combustible diésel para el transporte de pasajeros y mercancías; los servicios son cada día más deficientes y caros: cuando no falla la luz, es el agua, el gas o el internet.

Menos mal que el oxígeno no es suministrado por el Estado, porque ya habría escaseado.

En resumen, transitamos por una economía abatida, disminuida, propia de un país en etapa de postguerra, sin proyectos y sin recursos, y con este deprimente escenario económico y social, se suma ahora, el cobro a los sectores productivos de la ciudad, de TARIFAS IMPOSIBLES.

Sin preámbulos, ello no  obliga a efectuar una propuesta para el cobro de este servicios  de recolección de basura, transporte y disposición de ella, (relleno sanitario), ese, que hoy presta FOSPUCA.

Dichos servicios, deben ser cancelados por todos aquellos que lo reciben. Entendiendo que solo un 20 %, por ahora, puede pagar el Aseo Urbano, al restante (80 %) de la población, deberán prestarle idéntico servicio, solo que el pago será en la forma de un crédito por hogar, que se transformara en débito para la alcaldía.

Es decir, que será esta quién pague el.servicio de este 80 % de la población empobrecida por la acción directa de un Estado incapaz de promover el empleo y estimular las demás variables económicas.

Esta alcaldía, solidaria y socialista, o quien quiera que haya apadrinado a FOSPUCA, debería aceptarlo, hasta tanto mejoren las condiciones de esta enclenque economía.

En caso contrario, la alcaldía estaría fomentando nefastas acciones, como el cierre masivo de empresas y su correspondiente incremento del desempleo, una avalancha  de demandas, como la iniciada en 2021 por FOSPUCA contra SIGO, un cliente que se negó a pagar esas tarifas por considerarlas excesivamente altas.

Este grave conflicto, por elevadas tarifas, surgido recientemente en la comunidad guayacitana, debería ser objeto de diálogo entre los ciudadanos, representados por partidos políticos, Cámara Municipal (Concejales) Sindicatos, Asociaciones de Vecinos, Çámaras de Comercio del Municipio, FOSPUCA y la alcaldía.

Todos ellos deberían sentarse en una mesa a dialogar, con garantías de libertad, igualdad y entendiendo los interés que cada quien representa. Esto debería efectuarse antes de que sectores políticos oportunistas, dada la cercanía de la  elecciones, tomen este conflicto como bandera y lo encharquen, haciendo mas difícil cualquier posible solución.

CE.mgarciat84@gmail.com

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