Opinión

Estrés, el juego invisible de todo atleta

Cuando el atleta logra gestionarlo, ese estrés se convierte en combustible que potencia la concentración.
José Cedeño
domingo, 16 noviembre 2025

Hace algunas semanas escribí sobre dos caras muy particulares de la experiencia humana: el eustrés, esa fuerza positiva que impulsa al atleta, y el distrés, que por el contrario desgasta y limita el rendimiento. Ahora se hace necesario abordar el concepto raíz de ambos: el estrés en sí mismo, ese “jugador” invisible que siempre entra a la cancha, aunque no aparezca en las nóminas oficiales. Un fenómeno que puede ser aliado o enemigo, según cómo se gestione, o lo que es lo mismo, comprender el estrés es comprender la base sobre la que se construye gran parte del rendimiento deportivo.

El estrés no es otra cosa que una respuesta natural del cuerpo frente a un reto o a una exigencia, en cuyo momento el corazón se acelera, la respiración se intensifica, los músculos se tensan; es el organismo preparándose para la acción. Por eso, no debe entenderse como algo bueno o malo en sí mismo, sino como un proceso de adaptación desde donde se derivan dos posibles caminos: el eustrés, que impulsa al atleta a dar lo mejor de sí, y el distrés, que paraliza y drena la energía. Reconocer dicha dualidad es clave para no temerle al estrés, sino para aprender a darle dirección.

En el mundo deportivo, el estrés puede hacerse presente en múltiples momentos; antes de un partido decisivo; en una tanda de penales o en los segundos finales de un encuentro de marcador ajustado. Cuando el atleta logra gestionarlo, ese estrés se convierte en combustible que potencia la concentración, la agudeza mental y la resistencia física, pero si no se maneja adecuadamente, puede transformarse en un peso difícil de cargar, minando la confianza y afectando el desempeño. Así, el mismo factor que puede dar la victoria, también puede arrebatarla en cuestión de segundos.

El tema cobra mayor relevancia en los deportes colectivos, ya que el estrés mal gestionado no afecta solo al individuo, sino también a todo el equipo, una posibilidad es cuando un jugador que pierde la calma transmite inseguridad, rompe la coordinación táctica y genera un efecto dominó que desestabiliza al grupo. Un portero que no logra controlar la ansiedad contagia nerviosismo a su defensa; un capitán presionado en exceso pierde liderazgo; un lanzador dominado por la tensión compromete la estrategia general. En los deportes de conjunto, el estrés se multiplica, ya que lo que empieza en uno, repercute en todos. Por eso, en el juego colectivo, la gestión emocional es tan decisiva como la precisión técnica o la resistencia física.

Por eso, resulta vital entender que entrenar a un atleta no consiste únicamente en fortalecer músculos o perfeccionar técnicas. La preparación psicológica es tan importante como la física, los entrenadores, psicólogos deportivos y familiares cumplen un papel clave en enseñar a gestionar el estrés para transformarlo en aliado. No se trata de eliminarlo, sino de aprender a convivir con él, aprovechar su energía y evitar que se convierta en distrés. De esta manera, el entrenamiento se convierte en un proceso integral donde cuerpo y mente trabajan en perfecta sincronía.

El estrés es un jugador que no se queda en la banca y tarde o temprano, tendrá influencia en el resultado, y allí se encuentra uno de los secretos más grandes del éxito deportivo, entender que el estrés no se elimina, se entrena.
Conviene resaltar que la presencia de profesionales especializados en psicología deportiva dentro de los equipos no es un lujo, sino una necesidad, ya que ellos aportan las herramientas necesarias para que los atletas aprendan a canalizar la presión, fortalecer la resiliencia y mantener la cohesión grupal aun en circunstancias adversas.

Contar con dicho acompañamiento marca la diferencia entre un equipo que se derrumba bajo la tensión y otro que convierte el estrés en la fuerza que lo impulsa a la victoria. Amigas lectoras, amigos lectores muchas gracias por su tiempo para con el presente espacio, hasta la próxima con el favor de Dios. Para contactos lo pueden hacer por @Joseceden o por Facebook / José E Cedeño González (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).

Ten la información al instante en tu celular. Únete al canal de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente linkhttps://whatsapp.com/channel/0029VagwIcc4o7qP30kE1D0J

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí: https://t.me/diarioprimicia

error: