Opinión

Estados Unidos sin gasolina

Ante tal situación el entonces presidente Jimmy Carter firmó un decreto facultando a los gobernadores de estado para regular la distribución del combustible.
lunes, 28 septiembre 2020

La siguiente es una síntesis sobre un hecho histórico ocurrido en Estados Unidos. Cualquier parecido con nuestra realidad no es coincidencia sino prueba de las graves consecuencias del desabastecimiento de combustible, independientemente de las causas y del grado de cultura y desarrollo de la sociedad afectada.

Sucedió que a causa del embargo petrolero decretado por los países árabes en 1973, el gobierno de Estados Unidos estableció un racionamiento de gasolina que provocó enorme violencia entre la población.

Se produjeron batallas campales en las estaciones de servicio; personas que quisieron colearse fueron asesinadas en enfrentamientos armados entre los empleados de las bombas y los clientes, desatándose una ola de agresividad desmedida por parte de la población que no estaba acostumbrada a ese tipo de desabastecimiento.

Es lógico pensar que dicha experiencia es una de las razones del por qué Estados Unidos no ceja en su política de hacerse con el control de las mayores reservas de petróleo del mundo sin escatimar en el precio que haya que pagar, porque –y aunque- en el fondo lo que está en juego no son las necesidades de la población, sino el poder político y financiero de la élite dominante.

Otro dato fue la aparición de un mercado negro del combustible y los privilegios otorgados a políticos y militares, lo cual es harto familiar para quienes aquí en Ciudad Bolívar y el resto del país nos quemamos el cuero en las colas mientras otros cometen lo que no es necesario precisar aquí.

Seis años después, 1979 pasó a la historia tras presentarse en el planeta una nueva crisis de petróleo, misma que impactó de mayor manera a los Estados Unidos donde la complicación fue tal que –nuevamente- varias personas fueron asesinadas por no respetar las colas para surtir el combustible en el fragor de una fuerte tensión social.

El origen de la crisis fue incierto, no obstante algunos lo atribuyen a los conflictos en Irán con la llegada de la revolución islámica, y a que los países consumidores, en especial los EE. UU. no adoptaron medidas energéticas importantes luego de la crisis de 1973.

En este escenario y con los precios del petróleo siendo usados como arma política, el desabastecimiento de gasolina llegó a las calles de ese país, y de nuevo las reacciones de pánico y riñas incontrolables.

Ante tal situación el entonces presidente Jimmy Carter firmó un decreto facultando a los gobernadores de estado para regular la distribución del combustible, quienes comenzaron a implementar el método del número de placa para surtir, pero las riñas no cesaron, al contrario se volvieron una situación cotidiana y en el mes de junio en Nueva York se registraron los crímenes de personas al intentar surtir sin respetar la cola, ante lo cual el presidente hizo dos apariciones llamando a la calma y a aprobar una inversión de 10 mil millones de dólares para mejorar el transporte público, hasta que finalmente la crisis fue controlada.

Una de las fuentes consultadas data de 2007 y apunta que la perspectiva cierta de una escasez de energía a mediano plazo no deja dormir a las centrales de inteligencia, dado que la consecuencia inmediata de una restricción brusca de combustible sería un caos social y productivo de primera magnitud.

Un riesgo siempre latente para ellos y una aplastante realidad para nosotros, sin dudas.

viznel@hotmail.com

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