Opinión

Es de vida o muerte reflexionar

La rabia y la frustración en una porción de insensatos es insoportable
Luis MAURERA MOGOLLÓN
jueves, 02 abril 2020

Hoy, cuando la vida necesita del buen criterio y bondad de todos los humanos que respiramos en el mundo para combatir el mal planetario llamado corona vid. Muchos, perdidos de sus juicios y de sus misericordias segregan odio y maldad contra la raza humana sin importarle las angustias y dolores de los demás y sin importarle que existe un Dios y una vida que da la oportunidad de corregir los errores.

La distancia no debe de existir cuando un mal inducido nos abraza a todos; por primera vez en mi existencia veo las calles solitarias en mi País, en la televisión veo plazas, anteriormente llenas de visitantes, completamente vacías, las enormes y modernas ciudades lucen solitarias y abandonadas mientras sus cielos muestran a plenitud y por primera vez, luego de decenios, su maravilloso color azul.

En el mundo, países con absurdas maneras de pensar, millones de seguidores de las más grandes y diferentes religiones, millonarios ambiciosos y acaparadores, déspotas y tiranos de regímenes vencidos y retrógrados, líderes de paz y de guerras que se vanaglorian ante multitudes como seres únicos y excepcionales, pobres reprimidos y humillados, pueblos modernos y tecnológicamente avanzados, inmigrantes y refugiados en países que no es el de ellos; todos, absolutamente todos, han debido ceder y doblegarse ante un ser invisible, microscópico (covid 19), que además, les exige rendirse en igualdad de condiciones.

Sin embargo, la rabia y la frustración en una porción de insensatos es insoportable porque no aceptan sus equivocaciones ni aceptan rendirse ante la necesidad de abrazarnos todos como familia, visto que es la única forma de combatir todos los males creados por el hombre y no por la naturaleza como así lo reconoce la gran mayoría de las personas pensantes en el mundo.

Hoy, estamos obligados a entender que un bicho ajeno y perjudicial al ambiente quiebra la soberbia en nuestras clases sociales, nunca ningún poder económico en el mundo le ha comprado felicidad a nadie, solo la unidad y el abrazo entre sí, es la única forma que se puede lograr la paz y el bienestar de todos y la posibilidad de seguir con vida en la tierra.

La incredulidad, la ignorancia y el egoísmo es lo que ha permitido desconocer que existe un solo y único Dios y que todos somos iguales. No se puede seguir creyendo que existen únicos y diferentes.

Hoy no puede haber distancias entre unos y otros. La vida nos está dando otra oportunidad de ser felices y para entender que en la naturaleza no hay cuarentenas, solo hay eternidad. Tarea que nos obliga y nos hace responsables para enfocarnos en lo que realmente deseamos como seres humanos; no podemos seguir reduciéndonos por culpa de los poderes económicos, financieros, políticos y armamentistas.

Es de vida o muerte reflexionar, si no lo hacemos seguiremos viviendo en angustias, con hambre, en miserias y con llanto enterrando a nuestros deudos ante de sus muertes naturales, gracias a los poderes arriba mencionados que hoy nos sembraron el Cora vid 19, y que mañana si llegamos a superar a este, nos derramaran otra peste más letal y zúas se acabó el mundo ¿Eso es lo que quieren cuerdas de… analfabetos?
Hasta el próximo.

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