En política, lo podemos hacer mejor
Me relataba un gran amigo que vive en Europa, cuan impresionado quedó con el ejercicio de la política en Venezuela y el comportamiento de algunos de sus líderes, oficialistas y opositores, por igual. Me decía, que, recientemente, había viajado a su pueblo natal, Barrancas del Orinoco del estado Monagas, con el fin de visitar familiares y amigos.
En esa ocasión, tuvo la oportunidad de asistir a dos reuniones de carácter político, realizadas en esa pequeña ciudad, a las cuales asistió acompañando a sus hermanos, quienes militan en organizaciones opuestas, opositor uno y oficialista el otro. En ambos casos, quedó impactado.
Por ejemplo, en la mañana de un día miércoles cualquiera, el secretario de Organización del partido opositor XYZ, citó para una reunión “plenaria”, la cual debía tener lugar esa misma tarde; ella fue convocada para las 5:00 p.m.
Pues bien, a esa hora no estuvo presente ni el portero y para hacer el cuento corto, esta comenzó, con mucha informalidad, a las 6:45 p.m.
De 45 personas convocadas, apenas comparecieron 12. La mayoría de los ausentes, ni siquiera se excusó.
El local requería un poco de pintura y orden; las sillas estaban dispersas y en las paredes habían alguna que otra foto de presuntos y diversos candidatos.
No había cartelera, ni consigna alguna. Aquello podía ser la sede de cualquier cosa, menos la de un partido político.
Al comenzar la reunión, pudo ver y escuchar a un orador, torpe en la expresión en el podio y no menos de dos grupos paralelos, conversando entre sí.
En ningún momento, se leyó el contenido del acta correspondiente a la reunión anterior; tampoco se informó al auditorio del orden del día o agenda a ser tratada para esa ocasión.
En cuanto a las intervenciones, solo tres fueron realizadas, en voz lánguida, tono aburrido, soso y en ocasiones, con lenguaje soez.
Los temas eran intrascendentes; dos de ellos, se destacaron por el culto a la personalidad del “Líder”, de quien, más que exaltar sus virtudes, le endilgaban cualidades divinizantes; por lo demás, el contenido de las intervenciones, exceptuando la faceta de adulancia, se caracterizó por una alta carga de chismes locales, lo cual restó trascendencia y notoriedad al evento.
Terminó la reunión sin plan de acción, ni conclusión alguna.
Se perdió una oportunidad más para la concientización y el desarrollo.
La siguiente cita, correspondió a la del sector político oficialista, convocada para las 6:00 p.m. Los escasos asistentes, terminaron de arribar a las 6:50 p.m. Todos parecían muy amigos.
El líder local se dirigió a los escasos participantes para anunciar la visita próximamente, de un alto dirigente estatal y para pedir se mantuvieran en “pie de lucha” contra el “bloqueo económico” que sufría el país ¿?. También se refirió al tema electoral, como el punto de mayor importancia de dicha reunión.
Se habló de la fecha en la cual sería distribuida la bolsa Clap.
Se le instruyó a los pocos Jefes de calle presente, su obligación de mantener el contacto con sus vecinos; también tocaron otros temas de carácter personal, todos con chismes.
Terminó la reunión sin mas acuerdos que el de permanecer en “pie de lucha contra el imperialismo y su bloqueo”.
En ningún momento se habló de como abatir la inflación, incrementar el empleo, combatir el hampa o resolver el problema de falta de suministro de combustibles, la destrucción de los Bosques del Sur o de la rapiña masiva del oro.
En ambos casos, se observó una absoluta inobservancia de buenos modales y de la más elemental cultura política: la falta de puntualidad fue muy impactante, como también la informalidad y poca destreza con que se condujeron las reuniones (no se nombraba director de debates, no se levantaba actas de las reuniones, no había agenda alguna, no se otorgaba el derecho de palabra, sino que hablaba quien más levantara la voz; no se concluía los temas tratados y no se acordaba fecha de próxima reunión).
Los asistentes a las reuniones, inicialmente, mostraban un cierto “entusiasmo”, pero luego, se podía notar decaimiento y tristeza en sus rostros; era gente que había sido engañada múltiples veces y que se mantenían en pie, por inercia.
Eran personas, que, con estupor y como duendes, proseguían una marcha pesada y sin esperanzas. Contrasta este sonambulismo colectivo actual, con el carácter del venezolano de otros tiempos, siempre alegre, entusiasta y dicharachero.
En algunos países europeos, por el contrario, las sedes de los partidos políticos, son más parecidas a aulas de clases. Se destaca la pulcritud de los espacios.
Existen horarios y charlas o encuentros, para tratar temas muy variados: la polución y sus consecuencias; el tema climático en Europa y el mundo; energía renovable; los bosques y su rol, y un largo etc…
Estas charlas y/o mesas de diálogo, como se les conoce, son en esencia, una forma complementaria e inteligente de hacer política, construyendo discursos y diseminando cultura. Esas mesas de diálogo, están coordinadas por conocedores del tema a tratar.
En su funcionamiento, los participantes gozan de libertad e igualdad absoluta, manteniendo, sin embargo, el respeto por las normas de universal aplicación, para el desarrollo de diálogos de esta naturaleza.
Concluida la reunión, se elabora el acta respectiva y a la conclusión de la ronda de diálogos, se elabora un documento que es revisado, discutido y aprobado por una Junta Superior del Partido.
Ese documento, es entonces enviado a un representante (equivalente a nuestros diputados) para que le sirva de dossier a los efectos de crear o modificar alguna ley.
También hay fechas preestablecidas para escuchar e interactuar, una vez al mes, con un representante del pueblo, (equivalente a nuestros concejales y diputados), ante quienes la gente presenta sus puntos de vista sobre asuntos legislativos fundamentalmente. Al entrar a uno de esos locales, puedes percibir el respeto y un orden institucional.
Puedes observar en carteleras, calendarios de eventos en los cuales el ciudadano puede participar, sin sentir que “sumando, resta”.
La filosofía del partido es que el ciudadano aprenda como funciona su gobierno, sus instituciones, incluido su partido político y como de una manera organizada, estos pueden interactuar con las autoridades del partido para aprender y/u ofrecer sus puntos de vista en la búsqueda del cambio.
En muy pocos de esos países, existe la membresía política.
Votar es un derecho y se hace por quien el ciudadano piensa, es el mejor.
En las sedes de los partidos, se dictan charlas y conferencias, a las cuales el ciudadano común puede asistir sin que nadie te pida un “carnet” a la entrada de un evento.
Eso sí es democracia, libertad, organización y control sin opresión.
CE.mgarciat84@gmail.com
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