Opinión

En la cresta de la ola: Colegio de oficiales de la Marina Mercante de Venezuela

Ese primer paso, quizá originó numerosos cambios más, realmente no los conozco, pero así lo hipotetizo.
miércoles, 19 abril 2023

Los Oficiales de la Marina Mercante venezolana, hombres de Mar, en estos días del año 2023 estamos marcando un rumbo verdadero, en el mejor momento, en la búsqueda, que así será, de rescatar y renovar el Colegio de Oficiales de la Marina Mercante de Venezuela (Colegiomar).

Es propicio pues, el apogeo necesario, imprescindible, demostrado por un grupo selecto de hombres y mujeres preparados y experimentados, para llevar a puerto seguro una institución tan importante de nuestra sociedad, cuyas incidencias económicas y culturales pueden ser optimizadas y justamente valoradas para nuestro país y sobre otros países del mundo entero son inocultables.

Demás está decirlo, pero el aporte de la Oficialidad de la Marina Mercante de Venezuela en provecho de todos los venezolanos nace desde el mismo instante en que por propia decisión ingresaron a nuestra Alma Mater, la Escuela Náutica de Venezuela.

Por naturaleza, por convicción propia, esos deseos y sacrificios de Hombre de Mar son inherente a sus vivencias como profesionales de tan singular carrera o disciplina dentro de lo académico y laboral.

Con las Elecciones de la nueva Junta Directiva de Colegiomar, no se está dando un simple paso administrativo. Es algo más profundo, existencial, de muchísima raigambre y dignidad como marinos de verdad, civiles, cuya única arma es nuestra inteligencia, tenacidad y sacrificios como trabajadores con sentido colectivo, solidario y con muchas ganas de hacernos sentir ante el resto de los profesionales venezolanos.

Es esta una nueva oportunidad. Sin ánimo de herir, susceptibilidades, a veces pudiéramos sentirnos un tanto apesadumbrados ante situaciones y hechos que lejos de coadyuvar a la unión de los agremiados, lo que se alcanzó fue un descreimiento y desconfianza en el Gremio que se suponía debía estar actuando conteste con sus ofrecimientos de campaña, ante las necesidades propias de sus miembros (las plausibles por supuesto).

Pero bueno, lo real es que, por la receptividad de participar de los Oficiales, se evidencia que se está “pasando la hoja”. Y, que la idea y propósito fundamental en estos momentos son “Fomentar el Desarrollo y Profesionalización de la Marina Mercante de Venezuela”, no solo como consigna sino como acción prospectiva de emprendimiento pertinente, eficaz y efectivo de Colegiomar.

No quiero se me observe como vehemente en mis palabras, pero no puedo cerrar estas líneas sin hacer una apología del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante de Venezuela.

Primero, referirme a un contexto conocido por todos. Y no es otro, que recordar que nuestro país tiene un vastísimo espacio marítimo 3.726 kms. de costas marítimas y 1.008 kms., de costas oceánicas (Caligiuri, Augusto R. y Jorge Petit M, p. 70), puerta de entrada a la América del Sur, cuyas fronteras geopolíticamente están en relación natural, geográfica con disimiles países, con una Zona Económica Exclusiva de 188 millas náuticas (Caligiuri, Augusto R. y Jorge Petit M, Op Cit., p.74).

Ello nos lleva a reflexionar acerca del ¿Por qué no tenemos una flota mercante poderosa? ¿Y qué pasó con nuestra CAVN? ¡Sobre todo, cuando sabemos a ciencia cierta que la Marina Mercante debe tener un papel significativo en el movimiento de cargas hacia el resto del mundo!

Volviendo sobre nuestros pasos, sobre el rescate y puesta a flote del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante de Venezuela verbigracia, Colegiomar, por parte del distinguido grupo de marinos mercantes que dirigen esa acción (Y que nosotros también nos sentimos parte de ellos), es conocido que en tiempos pretéritos del mes de agosto de 1966, fue publicado en Gaceta Oficial Nº 28103, el Primer Reglamento del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante.

Ese primer paso, quizá originó numerosos cambios más, realmente no los conozco, pero así lo hipotetizo. Debo confesar que mi estadía marinera fue muy breve, sin embargo, mi corazón de marino no se ha perdido, sobre todo por mi herencia paterna, sin lugar a duda.

Así pues, el Colegiomar, está “montado sobre la cresta de la ola”. Son días, de actividades prometedoras de reunión y UNIÓN fraternal de los profesionales de nuestra Marina Mercante, a través de la puesta a flote de ese poderoso y gran buque representado en nuestro “Colegio de Oficiales de la Marina Mercante Venezolana”.

Todo ello, pensando un poco en la navegación de antaño, permiten hacer uso del repique de la campana de proa avisando que, se está yendo avante y con rumbo seguro hacia el futuro exitoso, y, que se irá dejando en las estelas del pretérito la vorágine, el maremágnum de circunstancias adversas, de los vientos y corrientes en contra.

Campana cuyos sonidos pueden quedar plasmados en un poema profundamente marinero de un colega, Omar Jiménez, titulado “A la hora de zarpar (II-III-XXI)”, que en uno de sus versos con gran sensibilidad y un dejo de melancolía, con el cual me adscribo, nos regala: “En él se fue algo de mí; en una bita se fueron mis sueños, y por una claraboya, se embarcaron mis recuerdos de cuando fui marinero”.

Así pues, colegas, esa embarcación está saliendo del dique de la historia, ahora renovada, crecida con tripulantes experimentados y calificados. Oficiales de náutica en distintos mares del mundo. Guerreros del mar, cuya única arma, repito, es su conocimiento, profesionalismo, sacrificio, moral y ética.

Es hora, llegó el momento de hacer uso de la Constitución y las leyes nacionales e internacionales de la Marina Mercante para mejorar y coadyuvar al impulso y fomento del desarrollo y optimización de la profesionalización de la Marina Mercante de Venezuela.

Pero, eso ha de lograrse, lógicamente con el apoyo mancomunado, solidario, tenaz, inteligente, sin prejuicios y con mucha intención de éxito colectivo por encima de actuaciones individualistas que tan sólo propenden al ostracismo institucional dentro de la sociedad, que, aunque no quería mencionarlo, probablemente deviene de factores políticos no democráticos. Eso, prima facie: ¡A Desecharlo, despreciarlo!

Así pues, ayudemos con nuestra participación y apoyo en la búsqueda de los puntos más significativos de las actividades planificadas y desarrolladas por el equipo de profesionales que pondrán al (Colegiomar), como institución consolidada, factible, creíble y en general eficiente y eficaz en la representación de todos sus miembros Oficiales de la Marina Mercante de Venezuela. Así entonces, les invito leer como pertrechos de reflexión afín a esa navegación ya emprendida, las siguientes frases:

“Los marineros, con su sentido incorporado de orden, servicio y disciplina, realmente deberían estar gobernando el mundo”. (Nicholas Monsarrat).

“No es tanto el barco como la hábil navegación lo que asegura el viaje próspero”. (George William Curtis).

“Un faro no salva a los barcos ni sale a rescatarlos, es solo este pilar que ayuda a guiar a la gente a casa.” (Lea Michele).

“Saber cómo y cuándo cambiar de rumbo es importante para conseguir el éxito. La duda es un faro que te impedirá encallar, no naufragues en las rocas del tiempo, mantente dispuesto a repensar tus decisiones y cambiar de rumbo.”(Harley King)

Calgary, Canadá, abril 2023

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