El peón envenenado
El ajedrez, también llamado “El juego ciencia” debido a sus características tan especiales y complejas, ni decir de la profundidad de sus infinitas variantes, requiere de, entre muchas otras condiciones, conocer de dos variables fundamentales: Estrategia y Táctica.
Quien lo practica, es presa fácil al carecer del conocimiento de estas variables, pues sencillamente, se trata de un combate entre dos bandos, una batalla cuerpo a cuerpo entre dos ejércitos, cuya finalidad es la caída del rey contrario, con lo cual se decreta el vencedor. Podemos ver entonces que, la estrategia y la táctica tienen un carácter indispensable dentro de este juego.
Dentro de lo táctico, eventualmente, puede plantearse una muy particular situación, protagonizada por la pieza de menor valor; una jugada que aparenta ser inoficiosa o descuidada, pero detrás de lo cual se esconde una intención muy estudiada con fines engañosos, en el argot del juego, esto es llamado “el peón envenenado”.
En el ajedrez, cada pieza tiene un valor específico y a su vez un valor relativo, el peón es considerado como la pieza de menor valor, pero en determinada circunstancia puede ser de muy alto valor tanto estratégico como táctico.
La política es un arte y una ciencia, mediante la cual llegan y se sostienen los gobernantes en el poder. En el ejercicio de ella podemos ver cosas muy similares a las del ajedrez.
En Venezuela, hemos visto y sigue viéndose, la ocurrencia sostenida de un plan estratégico, finito, grueso, con usos y prácticas desde lo micro a lo macro; plan delineado, llevado y revisado paso a paso desde el máximo nivel del régimen imperante y ejecutado en cada una de sus instancias subalternas del poder.
En la lucha que se sostiene para salir del régimen, es muy común ver individuos usados como “el peón envenenado”.
Las narrativas ambiguas, diríamos también incoherentes de, a veces sí a veces no, indiscutiblemente, contrastan con la noble causa libertaria. A tantos años después, el origen y las causas reales del desastre y la destrucción del país; de la familia; del trabajo; de los derechos de los trabajadores y de todo tipo de reivindicaciones del pueblo está sobradamente determinado, ya los tiempos no dan para permitirse ambigüedades y falsedades.
Estas narrativas y actuaciones en boca y uso de muchos, aparte de ser dañino y falso, comprueba “el veneno” y fortalece al régimen. Insistimos entonces en afirmar: que flamantes lucen como “peones envenenados”.
Así es y así se encuentran las cosas en Venezuela. ¿Qué hacer para salir del atolladero?…
En general:
– INSISTIR, PERSISTIR Y RESISTIR EN LA LUCHA LIBERTARIA CON UNIÓN VERDADERA.
En cuanto al tema tratado:
– ADVERTIR LAS MALDADES Y LOS RIESGOS DEL CAMINO.
– IDENTIFICAR Y RECHAZAR “LOS PEONES ENVENENADOS”
– TENER CLARO QUE LA AMBIGÜEDAD, EL “A VECES SÍ A VECES NO” ES UN “COMPUESTO” DEL RÉGIMEN… A LA VISTA ESTÁN.
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