El oposicionismo se requebrajó

Los lectores de muchas partes me escriben que opine sobre los cien dólares ofrecidos al sector salud ¿Y qué es de la oposición?
Bien, la oposición venezolana como es de lógica y de ley, se mantiene allí con la esperanza de un cambio de gobierno; mientras que los oposicionistas jefes de los partidos políticos que representan a la oposición cada día están más debilitados. (Hay que saber qué oposición es una cosa y oposicionismo es otra cosa).

En cuanto a los cien dólares por tres meses ofrecidos a los médicos, enfermeras y a los empleados públicos del sector salud por el autoproclamado Presidente Juan Guaidó, por sus arduos trabajos en la pandemia covid-19, se espera que esa cantidad de dinero se cristalice. Escribo que se cristalice, porque todo el dinero venezolano confiscado en el exterior, Guaidó solo ha podido tener acceso a los recursos que quedaron en las cuentas bancarias dentro de los E.E.U.U. Por consiguiente es inexistente que Guaidó tenga control de toda la totalidad del dinero que se encuentra en el exterior etc. Eso lo sabe la mayoría en el mundo. Entonces ¿de dónde saldrá ese realero? De suceder, seguro que nos enteraremos y, se le recuerda que esa ayuda también la merecen los militares, los policías, los periodistas y todos los empleados públicos que de una u otra manera están aportando para esta causa, porque también han bregado con tesón en el combate contra este virus que perjudica a todos.

Los oposicionistas se resquebrajaron como un día lo reseñó alguien, no han entendido ni entenderán el linaje del venezolano, andan locos inventando lo que no se puede inventar, han fracasado en todo. Fíjense: Primero, fue la abstención lo que propusieron en mayo de 2018, pero se dieron las elecciones y como no las ganaron, las declararon no válidas. Después la irresponsable tesis de la Presidencia interina con la que han engañado a un gentío en el país y a sus financistas en el exterior, cuando todo el mundo sabe que en Venezuela para ejercer la Presidencia hay que ganar primero unas elecciones.

Los oposicionistas “autoproclamaron” a Guaidó y se creyeron hacerse con el poder. Después el golpe de estado fallido del 30 de abril del que ahora se horrorizan cuando lo recuerdan y se hace los locos. Después los levantamientos fracasados en cuarteles. Luego se afincaron en las sanciones económicas para agravar la crisis y de esa manera promover un cambio violento de gobierno. Todo eso envuelto en el lenguaje y las ofertas de violencia y odio que han copiado y heredado de la anti política y que lo despliegan en las redes porque en las comunidades no están presentes. Lo de ellos es de lejitos: desde las redes y desde Miami y España.
Durante todo el tiempo han promovido la arbitrariedad, lo único que saben hacer es confrontar violentamente a quien tenga el poder y que no hay salida pacífica. Después la operación tenazas desde Brasil y Colombia. Posteriormente profundizaron sus diligencias para aislar a Venezuela para que no entrara ni un dólar al país para acabar con lo poco que queda de actividad económica. Detrás, los intentos de magnicidio y golpe de estado desde Colombia. E inmediatamente acusaron a Maduro de narcotraficante desde un tribunal en New York y Ahora la desesperada propuesta de que renuncien ambos.

¿Y a qué tendría que renunciar Guaidó si él no está al frente de ninguna Oficina pública? Y pensar que era tan sencillo haber dado la cara y haber ido a las elecciones de mayo de 2018. Con ese irresponsable llamado a la abstención comenzó todo ese absurdo en el que están los sectores extremistas y golpistas que no saben en qué palo ahorcarse. Le hicieron creer al país que absteniéndose se cambiaba el gobierno. Engañaron al pueblo. Le han hecho creer al pueblo venezolano que no tiene ningún poder y que debe esperar que Trump, o cualquiera de los jefes de la oposición extremista y violenta (Pompeo; Abrams; Almagro) les instruya lo que tienen que decir y hacer.
Señores al pueblo hay que decirle la verdad, él cree en el voto y sabe que el voto masivo le gana al ventajismo y a la trampa. Él quiere que todo el mundo participe para plantear cambios en políticas, en medidas económicas y plantear las justas aspiraciones de los venezolanos en forma pacífica y no con la promoción de una guerra interminable entre venezolanos; eso es lo que él quiere.

Hasta el próximo.

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