Opinión

El extraño Twitter venezolano

Twitter es uno de los principales canales de información e intercambio de opinión, es casi un periódico, pero hay que tener en cuenta que esta red social no es del todo el resultado del pensamiento reposado y racional de la gente
Pablo Andrés Quintero
lunes, 21 julio 2025

Las redes sociales son parte de nuestra cotidianidad, se han convertido en una especie de órgano nuevo para el cuerpo humano. La dependencia a ellas es peligrosamente cada vez mayor y en algunos casos, esto ha sido problemático. A diario, se suman más usuarios que consumen contenido por diferentes canales, con más interlocución, más información y más opinión. Las redes digitales son un espacio de catarsis emocional cuyos escritores intentan de vez en cuando comunicarse.

En Venezuela, Twitter es uno de los principales canales de información e intercambio de opinión, es casi un periódico, pero hay que tener en cuenta que esta red social no es del todo el resultado del pensamiento reposado y racional de la gente. Tanto Twitter como Instagram son una simple caja de resonancia emocional llena de sesgos que opera desde diferentes burbujas; unas más radicalizadas, estas con la capacidad de influir en las percepciones, creencias y comportamientos de los consumidores. Cada opinión visceral es una percepción y la suma de muchas componen lo que conocemos como opinión mediática según el escritor y politólogo español José Luis Sampedro.

La regla del 80/20 o principio de Pareto puede aplicarse al iceberg digital. Nos referimos a que el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas y la mayor parte del tiempo los usuarios se disputan por dos cosas en la red social, atención y tiempo. A pesar de esto, son muy pocos los políticos que verdaderamente entienden cómo lograr atención y retención inmediata. Muchos ignoran el potencial de esta fórmula, así como también la influencia de las redes sociales en la construcción y fortalecimiento de las creencias. Hay un grupo de personas que consideran que la tierra es plana y que en 2025 caerá un meteorito, esto por que un usuario con muchos seguidores lo dijo en Twitter y más de dos mil quinientas personas lo repostearon. La persona que distribuye ese tipo de información suele ser un anónimo que tiene ochocientos mil seguidores y la cuenta verificada. Este es el pan de cada día.

Todos nos juntamos con los que se parecen a nosotros, con los seguidores. La robotización de las opiniones nos revela como estamos en diferentes burbujas informativas anclándonos así en un reduccionismo virtual con ausencia de debate y exceso de opiniones irrefutables. ¿Será Twitter un reflejo de la sociedad? Pues no. Menos del 20% son los que generan más del 80% del contenido según un estudio en Estados Unidos en el Pew Research Center. Una realidad que con lupa observamos en Venezuela. Sin embargo, desde que el gobierno nacional bloqueó la red social en el 2024, hay un descenso considerable en el consumo de información en Twitter por encima del 60%, es decir, esta red social la leen muy pocas personas.

En Venezuela, la twitterpolítica criolla no solo debe ser analizada en base al contenido, su origen y sus canales de distribución, también en aquellos autores que pretenden definir hasta el más pequeño tema de conversación. Muchos buscan representar a la sociedad entera en sus opiniones llegando a la falsa conclusión de que “Mientras más retweets tenga, más personas piensan así”. La misma red social los cataloga como “los vendedores de humo”, personas dedicadas a promover narrativas ficticias con tal de promover desde el fanatismo a un líder político.

Uno de los grandes enemigos en el país es la desinformación y la incertidumbre. No hay usuario que no haya sido víctima de una “Fake News” o noticia falsa. En política el uso de estas se ha ido incrementando debido a su efectividad no solo en campañas electorales sino también en gestión y comunicación política en crisis. Es importante comprender que la información no se analiza solo en su cantidad ni en sus voceros sino también en su calidad. En Venezuela la calidad informativa se ha perdido, hay mucha gente “experta” opinando sobre todo con muy poco grado de profundidad.

El Twitter o “X”, más allá de ser una red social con una intensa preponderancia en la política, se ha convertido en el verdadero periódico y noticiero para un sector reducido de los venezolanos. Es un gran difusor de información permitiéndole a muchas personas expresarse libremente. Multiplicar los mensajes y saber comunicarlos efectivamente es uno de los retos de la política venezolana bajo este contexto polarizado y altamente conflictivo. Pretender reducir una realidad a una opinión de cortas líneas es observar un conflicto en dos colores, blanco y negro.

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