El Diván en la Radio: De tal palo tal astilla

El refrán “de tal palo, tal astilla” da inicio a la primera columna de este año que apenas comienza, se emplea para referir a las personas que imitan o adquieren algunas características o cualidades de sus padres o del entorno en el cual crecen o se crían. En sentido explícito, significa que la astilla que se desprende de un palo tendrá, por fuerza, las mismas características de este.

El significado implícito, en cambio, alude a las relaciones de semejanza existentes entre padres e hijos, bien por herencia genética, bien por educación, según lo cual los hijos se parecerán a sus padres en su comportamiento, gustos, forma de ser o de actuar, así como en el físico, entre otros.

En un sentido general, se puede decir que lo que significa el dicho “de tal palo, tal astilla”, es que todo, de un modo u otro, se parece a su origen o a aquello de lo que proviene.

El primer agente socializador para los seres humanos es la familia, es allí donde el individuo aprende los valores, creencias, actitudes normas y pautas sociales que corresponden a la cultura dominante. Las interacciones familiares son las primeras en la vida de un individuo y son en gran medida un modelo de comportamiento social cuando la persona se relaciona fuera del hogar.

La palabra crianza deriva de creare que significa nutrir y alimentar al niño, orientar, instruir y dirigir (Real Academia Española, 2001)

Baumrind, Maccoby y Martin señalan que existen cuatro estilos parentales de crianza, también llamados estilos educativos paternos.

• Estilo autoritario, con padres inflexibles, exigentes y severos a la hora de controlar el comportamiento, con muchas reglas. Exigen obediencia y autoridad. Están a favor del castigo como forma de controlar el comportamiento de sus hijos. Genera niños con tendencia a ser irritables, aprensivos, temerosos, temperamentales, infelices, irascibles, malhumorados, vulnerables al estrés y sin ganas de realizarse.

• Estilo democrático, cuyos padres son cariñosos ofreciendo apoyo al niño, pero estableciendo límites firmes. Intentan controlar el comportamiento de sus hijos a través de reglas, diálogo y razonamientos con ellos. Escuchan la opinión de sus hijos sin estar de acuerdo. Genera niños con tendencia a ser amistosos, enérgicos, autónomos, curiosos, controlados, cooperativos y más aptos al éxito.

• Estilo permisivo, padres tolerantes al extremo que autorizan todo a sus hijos, acuden a la menor demanda de atención, se oponen a impartir castigos o restricciones. Valoran la individualidad del hijo y las reglas dentro de la familia. Valoran la autoexpresión y autorregulación. Tienen bajos niveles de control respecto a las normas y baja exigencia de madurez a sus hijos, pero se muestran altos en comunicación padre-hijo y afectividad.

• Estilo Negligente, se trata de padres indiferentes, poco accesibles y tienden al rechazo; y a veces pueden ser ausentes. Genera niños que tienden a tener poca autoestima, poca confianza en sí mismos, poca ambición y buscan, a veces, modelos inapropiados a seguir para sustituir a los padres negligentes.

Del estilo parental que hayamos tenido de nuestros padres, así como el que se decida implementar en cada núcleo familiar, se tendrá como resultado la astilla, que entonces va a provenir del tronco que cada uno de nosotros representa en un ecosistema tan complejo llamado familia.

En todo este entramado de consideraciones teóricas se encuentra la necesidad de la educación, fomento, promoción y de consideración a favor de los adultos mayores. Así como se educan hijos a quienes se les enseña a respetar a los padres, vecinos, amigos, maestros, y hasta los jefes entre otras personas que representan de alguna manera autoridad, también se hará necesario inculcarles el respeto hacia los adultos mayores, se tenga o no alguna filiación respecto a ellos.

Les dejamos a título de recomendación lo que se puede proponer en casa con respecto al trato que se le debe dispensar a los adultos mayores, sin obviar que también la recomendación vale a quien dirige el núcleo familiar:

Al adulto mayor, Dígale Usted, ello le genera respeto e identificación.

Colabore con ellos, ceda su puesto, alcance algo que se les dificulte, abra una puerta cuando lo necesite.

Sea paciente, el adulto mayor se vuelve lento, no tiene su misma agilidad.

Hable con total normalidad, no utilice expresiones como “abuelito” “viejito”.

Ayude a que sean útiles, trate en lo posible que realicen las actividades, aunque sea de manera lenta, no lo inutilice.

Evite el aislamiento, con ocasión al COVID-19, trate de propiciar encuentros entre familiares evitando exposición innecesaria. Llámelo por teléfono, dígale una bonita frase de “buenos días”.

No les haga sentir que están solos.

La crianza, la astilla, ni todo lo que implica la ecología familiar va a estar ligada a dinero y fama, está ligada al amor, al respeto y a los valores.

Estamos comenzando el año, buena fecha para apoyar esta iniciativa.

Que la astilla que se desprenda de las familias, sea una astilla capaz de reflejar nuestra propia humanidad. Usted decide el tipo de madera.

Nos leemos en la próxima columna.

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Marina del Valle Bianchi

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