Opinión

El chicle

Investigando descubrí algunos datos curiosos.
sábado, 08 agosto 2020

¿Desde cuándo usted no se tropieza o pisa una goma de mascar en la calle, o desde cuándo no ve en un mostrador una caja de chicles?

Este producto fue de gran consumo, era parte del inicio de un romance, se compraba una cajita la cual contenía 2 pastillas de chicle, marca Adams, la cual costaba 5 céntimos o “una puya” y era el preámbulo o el primer obsequio que se le daba a una damisela a la cual se quería conquistar.

¿Quién no colocó chicles en el escritorio de la profesora?, ¿Quién no escondió un chicle en la parte baja de una mesa o una silla?, ¿Quién no le dijo a la novia “mi amor, pásame el chicle” y ella lo hacía sublimemente?

En los cines era el lugar donde más chicle se consumía, y luego de haberlo masticado a la saciedad se dejaba en la butaca para luego reírse de la maldad causada.

Investigando descubrí algunos datos curiosos: los antiguos griegos masticaban una goma de masilla hecha de la resina del árbol de lentisco, el hábito de masticar chicle ha existido desde el neolítico.

En Finlandia, específicamente en Kierikki, se ha mostrado goma de mascar con 6.000 años de antigüedad hecha de alquitrán de la corteza de abedul con huellas de dientes, se cree que dicho material posee propiedades antisépticas y otros beneficios medicinales; otras culturas han masticado sustancias similares al chicle, hechos de resinas, plantas y hierbas.

En dicha investigación, recordé cuando nuestras madres o novia decían “pareces un chicle” refiriéndose al hecho de ser excesivamente “meloso”.

Se dice que los sabores de chicle más consumidos eran: menta, tutifruti, canela, hierbabuena y pepsina.

Recuerdo cuando venían en cajitas con 12 pastillas, las cuales costaban 0,25 céntimos de bolívar y otras de 2 pastillas, ya antes mencionadas las cuales costaban 5 céntimos.

En ocasiones, en las bodegas las daban de “ñapa” o como vuelto de una compra realizada, la marca más conocida era la Adams en honor a su creador Thomas Adams, quien al comprobar que el material con el que hacía el producto no tuvo éxito como sustituto del caucho, lo cortó en tiras agregándoles sabor para así luego comercializarlos bajo el sello “Adams New York Chewing Gum” en el año 1871, aunque el primer chicle con sabor fue creado en la década de 1860 por John Colgan un farmacéutico de Louisville, Kentucky.

Sin importar la región, creencias o cultura, mascar chicle es el hábito humano más común en el mundo, a pesar de que en Singapur está totalmente prohibido el consumo del chicle, al menos que sea recetado por un doctor, la razón de la prohibición de dicho producto es mantener limpio el ambiente, de no cumplirse la ley se debe pagar una multa que está alrededor de los 6.000$.

El país con mayor producción de chicle es Turquía, dejando así a Estados Unidos en el segundo lugar.

Algunos beneficios que se obtienen al consumir chicle son: reducir acidez bucal y estomacal, reducir caries y disminuir la ansiedad, incluso ayuda a dejar de fumar, aliviar las náuseas, combatir el estrés así como también reducir la ingesta calórica.

Culminando, quiero recordarles los chicles Fruna, los chicles por metro, Bolibomba, Bubaloo, Trident, entre otras marcas.

Se dice que en nuestra cultura, es de mala educación mascar chicle, otros dicen que se debe hacer con delicadeza, como otros opinan y dicen a sus parejas “Pásame el chicle que tienes en tu delicada boca”.

Hasta la próxima entrega, un beso y un chiclito.

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