Opinión

El cambio es indetenible

Comenzaron a decaer los precios petroleros y se hacían escasos los alimentos y las medicinas
martes, 19 febrero 2019

A los seres humanos nos llegan momentos que estamos enceguecidos por el odio y la ira. Solo tenemos un solo objetivo y no es otro que exterminar a quien consideramos enemigo. Lo peligroso de esa realidad se genera cuando quienes están dominados por esa tenebrosa aberración anímica, poseen instrumentos capaces de producir daños terribles y convierten en víctimas a quienes asumen como contrincantes. Lo peor es cuando se utilizan para herir, castigar y dañar, los recursos del Estado, los cuales, comparados con otros, son inconmensurables y es casi imposible hacerles frente. Millones y millones de seres humanos han sido eliminados por estas perversiones mentales de quienes detentan el poder. Las atrocidades de Stalin, son uno de los peores ejemplos del mal uso del poder. Exterminó a todos aquellos que se suponían sus amigos y no sus súbditos.
En Venezuela hemos llevado la lucha política al individualismo total y quienes detentan el poder, se creen con derecho de determinar el destino de quienes los enfrentan y no es un secreto la cantidad de dirigentes y activistas políticos, acusados de delitos que no cometieron y algunos de aquellos que estuvieron involucrados en las acusaciones se han arrepentido, pero el mal está hecho.
La lucha política en Venezuela se ha convertido en una verdadera pesadilla para los opositores. Cuando no los ponen presos, los inhabilitan o le anulan a sus partidos políticos para que no participen en las elecciones y se abstengan de votar por otro opositor. Todo ha sido tergiversado para beneficiar a los candidatos del gobierno, incluyendo el uso indebido de los instrumentos de comunicación de masas propiedad del Estado.
Mientras el sector político dominante pudo disfrutar de los inmensos recursos provenientes de la venta del petróleo, todo se les hacía fácil y se le sumaban adherentes buscando disfrutar de los privilegios y era imposible vencerlos. Pero comenzaron a decaer los precios petroleros y se hacían escasos los alimentos y las medicinas y hasta los bolívares para obtenerlos, si se lograba conseguirlos. Estoy llevando el asunto al final del deterioro del proceso económico, el cual es absolutamente irreversible para quienes administran los bienes del Estado en la actualidad.
Para obtener la última victoria electoral, se hizo absolutamente todo lo que no se debería hacer en una democracia. Liquidaron a los contendores principales y adelantaron el acto electoral, de manera indebida, para impedir que la oposición lograra hilvanar un equipo con alguna posibilidad de vencerlos. La gran mayoría de la población electoral no acudió a votar y este mensaje era su decisión de no reconocer los resultados que ya se presumían.
La población opositora entró en abulia y tristeza absoluta, todo se desintegró incluyendo a la MUD. Realmente la oposición había sido anulada. Mientras tanto el hambre y la miseria se acentuaban a lo largo y ancho de Venezuela. El agua, la electricidad y el transporte se van achicando en su capacidad de responder a la demanda.
Llega el 5 de enero y la inhabilitada, pero no rendida, Asamblea Nacional, elige al diputado Juan Guaidó como presidente. El 10 de enero el presidente Nicolás Maduro, termina su periodo presidencial y debe entregar el poder y no es a otra persona sino a él mismo, por cuanto había obtenido la victoria no reconocida por la oposición. Ya sabemos que no fue al legítimo parlamento nacional a juramentarse, sino al Tribunal Supremo de Justicia. Fiestas por todos lados.
La oposición convoca para el 23 de enero a grandes movilizaciones y aparecen las inmensas multitudes alrededor de Juan Guaidó, nuevo presidente del parlamento y este se juramenta como presidente provisional de la república, en vista que consideraba ilegal la victoria del señor Nicolás Maduro. Aquello estremeció totalmente a los miles de asistentes y a gran parte del territorio venezolano.
De inmediato comienzan muchos países a reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y a esta fecha suman 52, lo cual obliga a convocar unas nuevas elecciones presidenciales, pero el gobierno se niega y nos encontramos en esa bochornosa situación donde no existe otra alternativa que no sean elecciones o el uso de la fuerza de parte y parte, aunque creo que al final se impondrá la sindéresis e iremos a unas elecciones, donde el gobierno puede ganar si en realidad posee la capacidad de recolectar 10 millones de firmas para enviarlas a EEUU y no sé por qué no se van por el lado fácil. ¡Buena suerte!
@dabega26

 

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