El Arte de Ser Familia: Separarnos es una pérdida, no un fracaso
Hablar de separaciones y divorcios es abordar un tema de gran amplitud que más allá de juzgar es importante comprender, ya que no existe una causa única que impulse esta decisión, la falta de amor es según mi opinión una de las causas minúsculas, la mayor intensidad estaría en el conjunto de factores que originan precisamente la pérdida de ese amor.
Entre ellas, la infidelidad, los problemas de comunicación, la monotonía, el desamor, las expectativas irreales, las dificultades de negociación de las diferencias, los celos, el autoritarismo, la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, las adicciones, las alteraciones conductuales de alguno de los miembros, la aparición de algunos rasgos psicopáticos o trastornos mentales que hacen difícil la convivencia, entre otros tantos.
Sea cual sea la causa la separación o un divorcio representa la ruptura de un vínculo, que queramos o no y por muy preparados que estemos para dar el paso, es un proceso difícil para ambos miembros y los hijos involucrados, sean grandes o pequeños.
Es la absoluta transformación del Nosotros que ha representado una conjugación de experiencias profundas que ahora representa un Yo y un Tu lleno dolor, desilusión, tristeza, rabia y sentimientos de culpa.
Mirar la separación o el divorcio desde una nueva perspectiva es comprender que si bien es cierto implica perdida, puede para muchos representar una oportunidad de crecimiento liberadora que aporta crecimiento emocional.
Por supuesto, lograrlo será una tarea individual. Entender que no es un fracaso, sino mas bien una pérdida, un duelo que sin lugar a dudas atravesará todas sus etapas hasta llegar a la aceptación asumiendo en adelante el nuevo rol que corresponde en la vida de la expareja, mirándose como padres en caso de tener hijos; en caso de no tenerlos llegar a valorarse como seres imperfectos que un día cruzaron sus vidas.
Una experiencia de este tipo ante la frustración y el dolor, puede devolvernos al centro de nuestro Yo.
En este proceso no hay fórmula perfecta para vivirlo sin sentir dolor, lo que sí es importante brindarse la oportunidad de liberar aquello que este contenido en el interior sea que lo puedas exponer al otro, escribirlo o hablarlo simulando tenerla la persona al frente.
Es valioso y muy liberador agradecer y aceptar lo vivido, para mitigar el resentimiento y abrirse a nuevas experiencias de vida. Integrar que este evento no nos define como persona, tan solo es una experiencia elegida que se vivió para aprender de lo imperfecto de la vida y convertirnos en seres más compasivos dispuestos a renacer.
Lcda. Irma Vecchionacce
Psicóloga
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irma.vecchionacce
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