El Arte de Ser Familia: Resignificar la Navidad
Durante los últimos nueve meses hemos vivo una realidad inédita que ha suprimido todo nuestro accionar cotidiano, han sido para muchos meses de experimentar perdidas, rupturas, quiebres, caídas entre otras; así como para otros ha sido todo lo contrario, un resurgir, renovarse, progreso, encuentro, conexión.
En general nos ha tocado desarrollar habilidades y destrezas, confrontar nuestras sombras y debilidades con las fortalezas y luces, y lo único cierto es que no somos los mismos seres que éramos antes de la pandemia ni seremos los mismos después de ella.
Sin embargo, quiero rescatar que sea lo que sea que nos haya o este tocando vivir este momento, este ahora, es prodigarnos una Navidad con un nuevo significado por y para nosotros nuestros hijos y la familia.
En el interior de cada Familia podemos resignificar esta época, validar la tradición desde una perspectiva más natural, espontanea sin artificios,, más sublime, de mayor conexión y unión. Resignificar la navidad es un acto invaluable.
Es un compromiso tuyo, mío, de todos por amor a nuestros hijos, nuestra pareja, nuestra familia, asumir el resignificar esta realidad, la Navidad, más allá de todos los agregados materiales que se entretejen alrededor de la navidad, cada uno de nosotros como padres, como hijos, como hermanos, sobrinos… podemos disponernos para preservar los matices más esenciales explorando en el ser interior de cada persona, más aun de los hijos, de esas criaturas que día a día esperan más y más de nosotros.
Resignificar la Navidad no implica hacer borrón y cuenta nueva, al contrario, es permitirse darle un nuevo valor empoderante a la experiencia y elegir en el hoy que voy hacer con lo que tengo, para reconociendo lo valioso que si se posee y de esta manera, accionar para proporcionártelas y a los tuyos.
El resignificado te lleva a trazar un mapa de ruta para encontrar el baúl de tu tesoro interior, donde están depositadas las riquezas que quizás no habías descubierto porque te conformabas con todo lo que según tú tenías y te hacía feliz.
La primera gran riqueza es el milagro de la vida, la segunda riqueza.
Resignificar la navidad es evitar que bajo ninguna te roben la diversión, la oportunidad de disfrutar, que sea esta una máxima a alcanzar, diseña y crea esos espacios para compartir con tus hijos, tu pareja, tus padres, tu familia de una manera espontánea, sencilla y natural, con la sencillez de tus posibilidades darás valor agregado a tu vida y a la de tu familia. Los hijos copiarán este modelo dignamente.
Resignificar es evitar que nada te aleje de ti mismo, te desconecte de tu amor por ti, no te abandones, cuida de ti, no te agredas, escúchate a ti mismo, reconoce lo que necesitas, como te sientes, préstate atención para proveerte.
No permitas que ninguna circunstancia te robe la felicidad y tu plenitud, ambos estados son proyección de tu mundo interior; cada día los debes cuidar y cultivar cual jardín, cual sembradío.
Resignificar la navidad es convertirte en el jardinero de tu ser para podar la maleza, renovar el abono; y ofrecer a los tuyos un jardín más florido y esplendoroso.
Cultiva en ese jardín una navidad donde el intercambio sean regalos de unión, confianza, comunicación, amor, conexión, presencia, alegría y felicidad.
Aprópiate del hábito de la Gratitud, recuerda que es la clave que convierte los problemas en bendiciones, da sentido a tu pasado, a lo vivido, te permite vivir el presente llen@ de paz y te alienta avanzar en el futuro. La gratitud es más que un “gracias”.
Una navidad resignificada desde la gratitud, trae consigo la felicidad y te aleja de la queja. Es una forma de honrar, tu vida y la de tu familia. Te enfoca en lo que tienes no en lo que careces.
Lcda. Irma Vecchionacce
Psicóloga
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach
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