Opinión

El Arte de Ser Familia: Reflexiones 2020

Ciertamente la experiencia 2020 no ha sido igual para todos, muchos han vividos perdidas humana, económicas, laborales, etc.
jueves, 31 diciembre 2020

El inicio del año 2020 estuvo impregnado de grandes propósitos y planes, se vislumbraba con una visión perfecta donde se pensaba que todo estaría bajo control y sería una época de cambios radicales, y vaya que así ha sido.

En el primer tercio del año se hizo manifiesto en nuestro país el alerta de una pandemia que en sus inicios veíamos muy lejana a nuestra realidad y que por estar tan lejos no nos sacudiría como lo ha hecho.

El Covid trascendió las fronteras y nos sorprendió como un balde de agua helada, que ha cambiado de forma radical nuestra vida, a esto le sumamos el resto de las condiciones que se manifiestan en el macro sistema venezolano, pudiera decirse entonces estos 365 días han sido un viaje de aventuras y malabares que ha permitido poner en relieve lo peor y lo mejor de las personas.

En mi descripción personal nos descongelamos, perdimos la frialdad ante la vida, dejamos de reaccionar para accionar y muchos hemos hecho consciente lo importante que es ser Cocreadores de realidades.

Ciertamente la experiencia 2020 no ha sido igual para todos, muchos han vividos perdidas humana, económicas, laborales, etc. Y al mismo tiempo ha permitido integrar significativos aprendizajes de vida como lo es el priorizar y aferrarnos a lo verdaderamente importante, las personas.

Nos mostró cuan vulnerables somos, y la necesidad perentoria de cultivar la humildad. A muchos le proporcionó autoconocimiento, el despertar de la creatividad, la innovación, la cristalización de oportunidades.

A otros los encaró con sus estados emocionales, miedo, incertidumbre. En definitiva ha impuesto un nuevo presente, un presente consciente de caminar más pausado, de escuchar, de revisar y responder asertivamente.

Por otro lado puso a la luz las crisis familiares, aquello que se omitía y no se asumía en la convivencia cotidiana se hizo visible.

El 2020 nos obligó entre otras cosas al distanciamiento físico transformando la interacción, en toda una revolución digital que obligó a las familias, amigos, profesionales, escuelas, empresas, entre otros a innovar y reinventarse, esto resignificó en nosotros la importancia del contacto físico y del estar presentes en el otro en todos los niveles, lo valioso ha sido trascender en la manera de relacionarnos.

Por supuesto de igual manera ha expuesto lo peor o no tan agradable de muchas personas el egoísmo, la rivalidad, la viveza…y eso también es crecimiento, aprendo de lo que eres no de lo que deseo o espero que seas, elijo y decido quedarme o apartarme. Lo cierto es que ya no seremos los mismos y nuestra vida tampoco.

El 2020 nos puso ante las puertas de un nuevo futuro que es ya un presente donde era necesario desmontar paradigmas que hoy ya resultan obsoletos para pasar de la cultura del TENER a la cultura del SER, del BIEN-ESTAR al BIEN-SER, donde exista una mayor consciencia de cómo impactamos en los otros, mayor conciencia de sí mismos y de las emociones, de la salud, de la alimentación, de la salud mental, una nueva realidad que impulsa a avanzar hacia el logro de una economía basada en la confianza, la seguridad, lo social, la salud.

Nos plantó para ser mas resilientes, para enfocarnos en propósitos, para reenfocar nuestras necesidades y priorizar, para afrontar los cambios y convertirlos en oportunidades, nos ha empoderado socialmente, hemos descubierto nuevas habilidades que han revertido la manera de valorarnos profesionalmente, ha dado surgimiento a nuevos modelos de negocios, nuevos planes de vida, el consumo se vuelto más consciente más ético y sostenible; la valoración de lo familiar prima por encima de todas las cosas, el encuentro se tiñe de nuevos significados más profundo, se ha hecho manifiesto el verdadero arte de ser familia.

En definitiva estamos en proceso de trascendencia y estoy segura que falta todavía mucho más, lo cierto es que somos cada uno de nosotros quienes debemos decodificar la experiencia vivida y asignarle un significado, que debería ser un significado de poder, de crecimiento, de aprendizaje; de no serlo nos anclaríamos en la queja, el dolor y el pesimismo y se seguirá repitiendo la misma historia.

Es el momento para accionar con firmeza y certeza, con convicción en las oportunidades y posibilidades infinitas.

Hoy han trascurrido 365 días y faltan solo unas horas para despedir el 2020 y abrir nuestro corazón y nuestra mente al 2021 con Fe y Esperanza no solo en el año que está por llegar sino en nosotros como cocreadores de historia.

Hoy es el día para reflexionar que hicimos y que dejamos de hacer, que podemos retomar y replantear para el nuevo año; para fijar nuestra mirada en como viviremos trascendidos el nuevo ciclo, fíjate una meta para el nuevo año que sea clara específica, alcanzable y que dependa de ti; enlista aquello que te pesa del 2020 y quémalo para libertarte; has tu lista de Gratitud al 2020 y anticipa tu gratitud al 2021, limpia tu casa, desecha o regala lo que no te sea útil a alguien le servirá, en fin define tu propio ritual de cierre de ciclos.

¿Ya estás listo para abrir tus brazos elevar la mirada al cielo y expandir tu ser a vivir lo que será el mejor año de tu vida? Entonces Bienvenidos… ¡¡FELIZ AÑO 2021!!

Lcda. Irma Vecchionacce
Psicóloga
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach

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