El arte de ser familia ¡No estamos de vacaciones!
En un período excepcional urge diseñar e implementar medidas excepcionales, considerando que hay áreas como la educativa que sigue su curso bajo condiciones también excepcionales. Es importante que los chicos posean una rutina diaria similar a la que poseían habitualmente, pero no de manera rígida. Para ello es preciso diseñar un plan de rutinas para cumplir con las obligaciones escolares, comenzando por levantarlos temprano, no necesariamente a la misma hora de asistiría al colegio; cumplir con su aseo, desayuno, cambio de ropa y, posteriormente, preparar sus materiales de trabajo escolar a utilizar y disponerse a iniciar con sus tareas. Preferiblemente ubicarlos en un espacio fuera de la habitación de ser posible.
Es recomendable estructurar las tareas según el horario escolar por día, y de ser posible según el avance de materias que establece ese mismo horario. O de otro modo, organizar de acuerdo a las fechas de consignación que le fue indicada, nivel de dificultad y/o dominio de manera que le resulte motivante avanzar con sus compromisos académicos. Puede trabajar una hora por asignatura siendo acompañados y supervisados con atención plena por alguna figura parental (sustituto del maestro); es necesario derribar las resistencias a ser sus tutores académicos de emergencia. Mientras más pequeños sean más supervisión requieren, si es posible los padres se pueden alternar en el acompañamiento al chico.
Ya que hemos debido incorporar la modalidad educativa desde casa y con soporte on line, una experiencia novedosa y retadora, es necesario tomar en cuenta que cada niño es una unidad de aprendizaje diferente, algunos pueden ser visuales y necesitan de la guía e instrucción modelada para realizar las actividades y la diagramación; otros pueden ser auditivos y al escuchar la explicación de qué hacer y cómo hacer captan y la desarrollan, en cambio, otros es necesario establezcan contacto kinestésico con el instructor, sentir el acompañamiento pero sobre todo vivir la experiencia de aprendizaje asociándola a las sensaciones y movimientos.
Es clave orientar en cuanto que también bajo esta modalidad se pueden presentar dificultades, por ejemplo, de conexión a internet, entonces los inducimos a continuar con otras actividades, hasta lograr solventar la situación. De igual manera, se les puede permitir hacer un descanso a mitad de mañana y dar una merienda de ser posible, para luego continuar con las tareas y culminar a tope arribando al mediodía, en este momento los padres revisan el producto de lo realizado e indican las correcciones que hayan a lugar o gratifican por el avance. En las tarde por lo común, los hijos asistían a actividades extracurriculares, pues bien, vamos a mantener cierta esencia de ellas. En casa se puede poner en marcha actividades musicales, artísticas, recreativas, de juego libre, ejercicios físicos, arte, entre otras según el caso de cada niño y sus habilidades además de los recursos que posean para desarrollarlas, y pueden variarse cada día.
Todas estas rutinas son negociables pero es importante que exista el compromiso de cumplirlas y la supervisión debida, los niños y adolescentes siempre van a tener la tendencia de distraer las normas, por otro lado, hay que tomar en cuenta las edades para el establecimiento de las rutinas y su nivel académico. Hay que dejarle claro que si no cumplen con sus tareas escolares será su responsabilidad porque padres y maestros están haciendo lo que corresponde a su rol.
No podemos olvidar que los niños y adolescentes son seres activos a los cuales el encierro, la falta de esparcimiento y el confinamiento a un solo contexto les puede generar hiperactividad, irritabilidad, frustración, confusión, ansiedad como por mencionar algunos estados emocionales; para lo cual es importante que los padres o figuras de autoridad mantengan la calma y cultiven la paciencia hacia ellos, la idea es vivir estos días de la mejor manera posible, hacerles ver que esta situación a todos nos afecta y que los adultos sienten igual que ellos. Este es un buen momento para fortalecer los lazos familiares, para aprender a conocer nuestro aservo emocional y aprender a gestionarlo, pero sobre todo para negociar y cultivar la comunicación en el ambiente familiar.
Es innegable que la situación que vivimos es tan novedosa para los adultos como para los niños y adolescentes, que según las circunstancias de contención que vivan los fortalecerá o debilitará. Hoy más que nunca ellos necesitan de la familia, de un ambiente emocionalmente ecológico,donde puedan expresar lo que sienten tal como lo sienten sin temor a ser juzgados, donde, ellos puedan percibir que sentir es parte de Existir. Los niños y adolescentes necesitan ahora más que nunca sentirse amados, identificarse con sus figuras parentales, tener normas claras que faciliten el mantener un clima familiar saludable. Es necesario establecer normas y límites, consensuarlas con ellos en función de su edad y al mismo, tiempo pactar las consecuencias de su no cumplimiento. Pero la primera, situación que ellos deben tener presente y completamente claro es que NO ESTÁN DE VACACIONES, solo transitando un período de excepción donde aún hay que cumplir rutinas, responsabilidades, compromisos en condiciones, modalidades y acciones diferentes pero igualmente cumplirlas.
Lcda. Irma Vecchionacce
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach
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