El Arte de ser Familia: La familia y el caos
Cuando se piensa en familia muy comúnmente se proyectan imágenes de felicidad, sonrisas, compartir, unión etc., y esto no es que no sea real; si bien es cierto la familia es el núcleo donde se tejen relaciones humanas vinculares de amor, comunicación, tolerancia e interacción mutua, es también el espacio donde se gesta la satisfacción de las necesidades materiales, emocionales y psicológicas.
Esta dinámica de existencia familiar posee su propio proceso evolutivo que implica grandes demandas de ajuste, donde además como microsistema se permea de las exigencias, cambios e impacto del gran macrosistema llamado Sociedad, por lo cual, según la dinámica interna de la familia más que por su estructura, la misma estará más o menos preparada para asumir esos retos en pos de su evolución familiar.
Como ya se ha planteado, la familia, es un sistema en continuo proceso de cambio, cambios que hablan de su crecimiento y adecuación. Cuando la familia no trasciende o se adecua a nuevas etapas o exigencias de la dinámica interna o externa, entra en proceso de Caos.
Por lo general, el caos es visto como un estado negativo al cual se le resiste muchas veces a aceptar porque implicaría asumir algo que no se ha hecho bien, o no aceptar por exponer nuestra incapacidad de asumir nuevos retos, en este caso como familia, o como gerentes de la unidad, sería como declarar la quiebra de la empresa familiar.
Lo cierto es que hasta en la familia el caos puede ser un gran maestro, bien porque pone en el tapete la necesidad de ajuste de ciertos patrones de funcionamiento sea en la comunicación, interacción, roles, normas o límites.
Sin embargo, también la familia cambia porque el contexto cambia tambaleando la estructura y dinámica. Y es este el momento justo donde también debe revisarse, evaluar sus fortalezas, debilidades y amenazas para definir las oportunidades de crecimiento y fortalecimiento familiar que esta situación aporta.
La tendencia es a evadir las situaciones difíciles, error que muy comúnmente se comete y que lejos de afianzar las bases de la familia va corroyendo lentamente hasta desmoronarla ante una nueva dificultad.
La familia debe ser una entidad funcional y armónica que se complemente ante situaciones placenteras y situaciones de estrés, cuando esto no sucede, entonces es la oportunidad para revisar y ajustar lo que sea necesario, para ello se requiere de madurez emocional, tener claro el papel que representa en la unidad familiar, sentirse perteneciente y corresponsable de esta dinámica, de esta manera entre todos podrán encontrar las herramientas y recursos para asumir proactiva y resilientemente esa situación de caos.
Es como ser una familia antisísmica, lo cual implica prepararse, trabajar día a día en el fortalecimiento de la base familiar entre todos sus miembros para que cuando llegue el movimiento telúrico, poner a demostración la gran fuerza que los une.
Evaluarse como familia ante el CAOS pasa por preguntarse:
¿Qué recursos poseo para hacerle frente a esta situación?
¿Hacia dónde nos conduce como familia esta situación si no la solventamos?
¿Lo que ocurre que debilidades del sistema se ponen en evidencia?
¿Qué otras situaciones ha experimentado mi familia y como las hemos asumido?
¿Qué es aquello que se ha debido hacer y aún no se pone en práctica en la familia?
¿Qué necesitamos como familia para funcionar efectivamente?
Cada miembro puede preguntarse
¿Qué es lo que debo aportar para que mi familia sea más sólida?
¿Cuál será mi compromiso con la familia?
No podemos olvidar que Ser Familia es un compromiso vital consigo mismo, con cada miembro y con la sociedad. Miremos el CAOS, como un Camino para Alcanzar Oportunidades para SER una mejor Familia.
Lcda. Irma Vecchionacce
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach
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