El arte de ser familia: La familia una gerencia irrenunciable

Los tiempos que vivimos, nos han obligado literalmente de manera intempestiva, a reconocer, asumir, entender e internalizar que gerenciar una familia es una tarea irrenunciable, que requiere de presencia plena, asumiéndola con responsabilidad y compromiso. Los padres gerencian contenidos y procesos. Gerenciar contenidos implica vestir, calzar, pagar colegio, ofrecer atención a todo lo que está afuera. Gerenciar procesos, es atender todo lo que está en el interior del ser, es cuidar a los hijos y su experiencia de vida, es guiarlos a tener visión y objetivos de vida claros, es alimentar sus emociones y guiarlos en el desarrollo de sus competencias.

Ambas áreas gerenciales es imprescindible que estén en equilibrio para compensar al mismo tiempo ese equilibrio en los hijos. ¿Cómo se logra? DEDICÁNDOLES TIEMPO. Y tiempo es lo que básicamente nos sobra hoy, tras casi tres meses de resguardo en casa, donde muchas familias se han estremecido precisamente por no saber manejarse en la gerencia de procesos, que implica además negociaciones, comunicación, manejo emocional, reenfoque, disciplina, etc. demandas intangibles que requieren de una mayor inversión y valoración humana, en principio de los padres como modelos de referencia para sus hijos.

El punto de partida papá y mamá para ser un buen gerente es autoevaluarse y precisar que áreas requiero fortalecer internamente. Un buen gerente está dispuesto a cambiar, a adaptarse a los cambios, garantiza seguridad y confianza, tiene iniciativa y es creativo para encontrar respuestas y soluciones.

Da un buen ejemplo, se maneja con respeto y transparencia, reconoce las fortalezas de cada miembro y sus debilidades sin caer en comparaciones, solo equilibra. Un buen gerente sabe apreciar la escucha consciente, y está allí atento para conocer las necesidades y formas de pensar de cada uno. Fomenta en la familia el clima de la confianza y motivación, hace sentir que todos son importantes para ese proyecto. Un familia feliz implica una producción de calidad y efectiva, en la que la mayor inversión está en el crecimiento personal.

Aprecia este tiempo de cuarentena como una oportunidad para dedicarle tiempo a tus hijos: un tiempo propio para ell@s sin excusas, organiza en casa actividades sencillas que te permitan compartir sus espacios, sus necesidades o intereses, acarícialos, abrázalos, escúchalos, juega con ellos. De esta manera fomentaras los vínculos, el crecimiento y paz interior, bienestar, seguridad y solvencia emocional. Recuerda un padre presuroso, con poco tiempo para hablar, compartir, para abrazar, para escuchar y estar con sus hijos, es un padre ausente quizás con cuerpo presente, que no le da importancia al contacto; y muy probablemente no tiene contacto consigo mismo. Este tipo de padre son los que fabrican hijos indiferentes, propensos a somatizar el abandono, el rechazo, la humillación, la traición y la injusticia; sentimientos estos que lesionan profundamente el ser y no les permiten crecer, que solo transmiten dispersión, confusión mental, indecisión y muchos vacios afectivos.

Este es un tiempo para aprender a estar más presentes y disfrutemos del tiempo con nuestros hijos como un recurso para el crecimiento y el bienestar. Es un tiempo para padres con presencia física y emocional, focalizados y comprometidos con la hermosa misión de crear Seres Humanos plenos y capaces y sobre todos sanos emocionalmente.

Lcda. Irma Vecchionacce
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach

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