El Arte de Ser Familia: La familia un enfoque para el crecimiento
Si hay una realidad que no podemos negar es que todos y cada uno de nosotros nacemos en el seno de una familia.
Y ninguno ha tenido la opción de escoger en que familia quiere nacer, crecer y formarse; ciertamente es una de esas opciones de la vida en la que no hay selectividad, solo se da.
Pensar en la familia nos lleva ineludiblemente a evocar nuestras emociones, para algunos recordar a su familia los lleva a un viaje de recuerdos amorosos, de risas, de compartir, de peleas y juegos entre hermanos, de reconciliación, de respeto, afectos imborrables… para otros pensar en familia, los conecta con abandono, dolor, peleas innegociables, tristezas, sufrimiento, castigos…
Hoy en día cada adulto sea cual sea ese recuerdo que le evoca la familia es hoy lo que es, o lo que han decidido Ser. Así como lo lees, podemos llegar a ser adultos tal cual nos ha modelado la experiencia de interacción familiar, o bien esa misma experiencia nos convierte en seres sensibles, amorosos y solidarios porque así lo hemos decidido aun cuando esa realidad familiar nos moldeó de manera diferente con dolor, sufrimiento.
Sin embargo, también existen adultos que se quedan atrapados en esa granja de emociones dolorosas y solo proyectan que su realidad siempre estará teñida de dolor, rechazo, abandono… tal cual se integró en ese núcleo primario, negándose para sí cualquier otra opción de vida familiar y personal.
Asumir que ciertamente pertenecemos a una familia también otorga la oportunidad hoy por hoy de ser autónomo para definir cómo será en adelante la vida y considerar el deseo de romper con algunos de esos estereotipos familiares que muy probablemente estancan o limitan, el decidir avanzar y crear una familia saludable afectiva, psicológica y funcional. Sin embargo, todo esto es y será posible en la medida que hagamos conciencia desde el amor que queremos para y por nuestro bien emocional.
Es completamente ecológico para nuestras emociones que nos permitamos elegir relaciones afectivas, de amistad que sean saludables y enriquecedoras, que nos impulsen a crecer, a alimentar el deseo de ser cada día una mejor edición de nosotros mismos; transformando cualquier vestigio de sufrimiento, dolor, rechazo, etc. que haya dejado la familia de origen en la impronta emocional y asumir esa instancia como una oportunidad de mejora, un paraban donde nos vestimos con un nuevo traje para darle la cara a la vida y seguir haciendo camino.
Mantén siempre presente que lo que a futuro te definirá no es solo la familia de donde provienes sino la que formaras, desde tu elección consciente y responsable, porque es esa la que te reta cada día a tu desarrollo personal.
Asumirlo de esta manera no expone tu lealtad a la familia, por el contrario, refuerza tu capacidad de transformar las circunstancias de impacto en energía positiva y poner tu vida en la cúspide de honor que se merece, pues si hay una riqueza que nos fue heredada de la familia de origen, esa es, Nuestra Vida.
Por ello te invito a asumir a corazón abierto la potestad de ser responsable de tu propia vida, escoger que hacer resignarte, mejorar, ser creativo o destructivo contigo mismo, no olvides que tu vida es tuya, ser familia es una pertenencia irrenunciable que hoy más que nunca estamos en el compromiso de darle su sitial de honor.
Lcda. Irma Vecchionacce
Psicóloga
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irma.vecchionacce
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