El arte de ser familia: La familia, proyecto de amor y felicidad
Existen muchas maneras de definir la Felicidad. Una de las dimensiones que más incidencia tiene en la felicidad humana es la familia, todo lo que tiene que ver con las relaciones que se gestan en su interior. El buen trato, los buenos momentos y tradiciones compartidas, el apoyo en los momentos difíciles, fijarse tareas comunes, tener compañía para enfrentar los retos, el apoyo a la hora de enfrentar los problemas, aportan reservas emocionales que contribuyen a construir vínculos de calidad, y luego se proyectan en nuestro interior como indicadores de bienestar y satisfacción.
Es en la familia donde las personas satisfacen, a través de los afectos y el cuidado, las necesidades afectivas más profundas, como la identidad, el sentido de pertenencia, la aceptación y el reconocimiento. Todo esto conduce a que cada miembro que compone la familia se sienta amado, confiado y seguro de sí mismo. Sin embargo, y a conciencia que es el espacio vital para fortalecer al Ser y gestar su felicidad, sabemos que en la práctica muchas veces no se cumple y la calidad de los encuentros y vínculos personales no siempre es la mejor.
Valorar que cada familia es única, que cada grupo familiar tiene sus propios indicadores de éxito. Que no existe una fórmula única que asegure la duración, el bienestar, la satisfacción y, en últimas, la felicidad en la familia. Por ello, es importante identificar y valorar las dinámicas familiares en cada contexto para potencializar aquellas que nos enriquecen y aportan y transformar las que afectan negativamente la vida de sus miembros.
Tener presente que en la dinámica de vida familiar existen momentos alegres y momentos difíciles. Internalizar que así como existe la armonía, la alegría y la posibilidad de disfrutar y sentir confort en la relación existen el aburrimiento, la intranquilidad, la desilusión o la inestabilidad. En el proceso evolutivo familiar transitaremos por situaciones inesperadas y a veces poco agradables en las que se ponen a prueba el amor, la paciencia, la tolerancia y la capacidad de autocontrol de cada uno de sus integrantes. Combinar y equilibrar el Amor y el Compromiso aporta la fuerza emocional que se requiere para sacar adelante el proyecto de vida que es la familia. Los vínculos afectivos fuertes y estables no se dan de manera espontánea sino de manera paulatina a través de los contactos y la convivencia. Incrementar el patrimonio emocional familiar es un aporte individual y colectivo que requiere trabajo y esfuerzo. Una buena vida familiar se hace de prácticas cotidianas y positivas mediante los encuentros amables en familia, mostrar interés por el otro, cuidarse y ayudarse mutuamente o disminuir el estrés, esto en conjunto aumenta la probabilidad de ser feliz. Enfocarse en un proyecto común que permita ver las dificultades en perspectiva, teniendo claro que en el tránsito evolutivo las familias atraviesan por conflictos, inconvenientes y tensiones, por peleas, problemas económicos, de salud y discusiones con los hijos, etc. Llegar a entender esa dimensión real y tener la capacidad para elegir la manera más efectiva y eficaz para manejarlo es un desafío del día a día. He allí la importancia de cada miembro y su participación pues muchas veces con que solo uno de ellos genere un cambio de actitud se suscitan grandes modificaciones en el resto de sus integrantes y la dinámica.
Ser feliz en familia pasa por entender que las relaciones familiares transitan permanentemente por cambios positivos y negativos y que la adaptación creativa y flexible está en concebirlos como parte de las relaciones familiares, más que de una crisis. Toda familia tiene su propio nivel de bienestar. La felicidad involucra la alegría, pero también la ilusión, la esperanza, el regocijo, que pueden pasar desapercibidas, pero también incluye compromiso, lucha, reto e incluso dolor, que no son precisamente positivas. Llegar a concebir y comprender la vida en familia de esta manera nos llevara a asentir y apreciar lo que se tiene, reconocer las cosas buenas de la familia, dejar de sufrir por lo que se carece, disfrutar del proceso que lleva a alcanzar las metas y no solo de los resultados, genera alegría de manera indirecta y amplia nuestro margen de felicidad.
(*) Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional/Especialista PNL
@irmavcoach
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